Cunde el miedo en las “rutas de la muerte” de Tamaulipas

El miedo se ha apoderado de las carreteras del estado mexicano de Tamaulipas, convertidas en “rutas de la muerte” a raíz de los frecuentes ataques contra autobuses del transporte público, el secuestro de pasajeros y el reciente hallazgo de fosas clandestinas.

El temor de la población, según el diario regional “El Bravo” de Matamoros, está disgregando comunidades y convirtiendo a muchas de ellas en verdaderos “pueblos fantasmas”.

Tras el hallazgo de diez fosas en el municipio de San Fernando, donde fueron encontrados 72 cadáveres, aparentemente pertenecientes a pasajeros secuestrados días antes de dos autobuses, al menos tres empresas de transporte decidieron suspender sus recorridos por las carreteras regionales, rutas habituales de los emigrantes que buscan cruzar la frontera hacia Estados Unidos.

San Fernando es el mismo municipio donde fueron secuestrados y asesinados en agosto pasado 72 inmigrantes, centroamericanos y sudamericanos en su mayoría, por presuntos sicarios del cártel de Los Zetas, organización a la que también se le atribuye la última masacre.

Pasajeros que acudieron a la central de autobuses de Matamoros se encontraron con que la empresa Transportes del Norte había cancelado la venta de billetes para los viajes a Ciudad Victoria a la espera de garantías de las autoridades. La misma decisión habían adoptado previamente otras dos compañías.

Otras líneas de transporte mantienen sus viajes interurbanos, pero con recorridos directos, sin paradas en San Fernando ni en las comunidades aledañas.

Ni los empleados ni los reponsables de las compañías dieron explicaciones sobre la suspensión de los viajes, pero la prensa de Tamaulipas dijo que el temor a los ataques y a los secuestros está provocando también una reducción del número de viajeros, sobre todo en los horarios vespertinos y nocturnos.

“La gente tiene mucho miedo de subir a un autobús. Muchos choferes tampoco quieren viajar”, dijo a dpa un periodista de un diario regional al referirse al clima que impera en la zona fronteriza.

Según testigos citados por autoridades y medios de prensa, la delincuencia organizada está convirtiendo los asaltos armados a autobuses en una “práctica común”, con el aparente objetivo de cobrar “cuotas” a los pasajeros, reclamar rescates a los familiares e incluso “reclutar” sicarios.

De acuerdo con el diario “Reforma”, al menos seis autobuses han desaparecido en carreteras del estado de Tamaulipas en los últimos meses.

Morelos Canseco Gómez, secretario de Gobierno de Tamaulipas, admitió que las primeras investigaciones sobre las últimos fosas encontradas en San Fernando han permitido detectar una nueva forma de operar de la delincuencia organizada.

En declaraciones a una radioemisora capitalina, afirmó que los delincuentes detienen a los autobuses, “bajan de manera selectiva a algunos de sus ocupantes” y los secuestran “con intenciones que no son conocidas”, que están siendo investigadas a partir de las declaraciones de 14 personas detenidos en relación a los hechos.

Un vecino de Guanajuato, que dijo haberse salvado de un secuestro en la carretera, relató que al llegar a San Fernando, un grupo de personas armadas detuvo el autobús. Dos de los sujetos, vestidos con uniformes, solicitaron a los pasajeros identificarse. “Pensé que era una revisión de rutina para detectar a emigrantes centroamericanos, pero me sorprendió cuando bajaron a cinco de mis compañeros, los subieron a otro autobús y ya no volví a saber nada de ellos”, dijo.

Según las autoridades, las cuerpos encontrados en las diez fosas de San Fernando pertenecerían a los pasajeros de dos autobuses que viajaban de San Luis Potosí a Reynosa y fueron asaltados en los últimos días de marzo. Las denuncias de familiares y testigos fueron las que llevaron al hallazgo de las fosas.

El gobierno mexicano, según anunció el secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, decidió reforzar la vigilancia en Tamaulipas con más agentes federales y efectivos militares, a fin de garantizar la seguridad de sus habitantes y de quienes transitan por sus carreteras y zonas aledañas.

Los pobladores de San Fernando suelen describir la situación que prevalece en la región como un ambiente de guerra. “Nada más vemos volar los helicópteros, ya sabemos que hubo asesinatos. Ya nos hemos acostumbrado a ver correr sangre”, declaró un vecino.

Por Juan Carlos Salazar – DPA .-


El temor de la población, según el diario regional “El Bravo” de Matamoros, está disgregando comunidades y convirtiendo a muchas de ellas en verdaderos “pueblos fantasmas”.

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