La lección que

La Universidad Católica (4) le hizo ver a Vélez (3) que jamás hay que dar un partido por ganado ante de tiempo. Ese pecado le costó carísimo a El Fortín, ya que de estar 3-1 arriba, terminó perdiendo 4-3.

Fue un partidazo, más por el nivel que mostró el equipo que es líder en el fútbol chileno -nunca había ganado en Argentina- que por el pobre rendimiento de Vélez, que volvió a demostrar -como en el torneo doméstico- que está lejos de su versión de fines de 2010.

Tan desconcentrado está el equipo argentino, que cuando apenas iban 40 segundos le marcaron el primer gol, que convirtió Lucas Pratto después de aprovechar una infinidad de errores -entre ellos, del arquero Barovero-.

La Católica manejó el balón, pero se descuidó cuando promediaba el PT y lo pagó: primero a los 19, cuando Fernando Ortíz marcó la igualdad tras un buen centro de Maxi Moralez; y después a los 21, porque se escapó el petiso Moralez de vuelta, habilitó a Augusto Fernández y el ex River no perdonó. Antes de ir al descanso, Papa con un frentazo puso el 3-1.

¿Partido liquidado? Para nada. Juan Antonio Pizzi se la jugó y no erró. Vélez dejó venir a su rival y primero lo aprovechó Tomás Costa con un bombazo de lejos, a falta de dos minutos puso las cosas 3-3 Pratto, con una media vuelta implacable, y a los 45, tras gran pase de Marcelo Cañete, el que enmudeció el Amalfitani fue el ingresado Francisco Pizarro.

Rostros que hablan por sí solos. Un Vélez perdido que se quedó sin nada ante la Católica.

copa libertadores