Los 10 mandamientos del zombi
Los zombis siempreestán volviendo de la muerte. Nuevas películas y series mantienen con “buena salud” este subgénero del terror.
1. Sin explicaciones
No hay explicaciones rotundas para los zombis. No hay verdaderos decálogos. No hay manuales de uso. Los zombis son. Las conjeturas siempre anidan en el lugar más cómodo: apenas teorías carentes de peso.
El zombi surge como propulsado por fuerzas misteriosas y cuando lo hace es para que la sangre irrumpa en escena. Un día están y al siguiente quién sabe. Virus, experimentos tecnológicos fugados de los laboratorios, todo es factible. Los zombis exponen un argumento irrebatible y despiadado: aun muertos se alimentarán de los vivos.
2. El zombi que no cojea corre
Se los ha visto arrastrar las piernas con la determinación de quien ha pagado por su destino. Las piernas o lo que aún quede indemne de sus extremidades.
Con el ánimo intacto, con la frente en alto (si es que alguien no les voló la cabeza de un disparo), los zombis avanzan hacia el cuerpo del ciudadano común, usted señor, usted señora.
El sonido de los pies confrontando el asfalto de la calle: ése es el sonido más zombi de todos los sonidos.
Por supuesto, con el paso de los años y las remakes de las remakes surgieron excepciones a la regla.
claudio andrade
candrade@rionegro.com.ar
En algunas películas contemporáneas los zombis aprendieron a correr. Histérica, desesperadamente. Correr con las bocas abiertas y los ojos desorbitados. El propósito es el mismo: almorzar lo que quede de humanidad. Pero las causas por lo general son otras: un virus letal, dinámico y furibundo que los empuja al infinito. Los verás correr, y mucho, en “28 días después”.
3. Los zombis saben bailar
Sólo Michael Jackson podía conseguirlo. “Thriller”, dirigido por John Landis, es más una película que un video. Un corto nacido para promocionar el disco del mismo nombre. En él Jackson, que por entonces formaba parte de las huestes de los Testigos de Jehová, interpreta a un joven de mirada limpia que disfruta junto a su pareja (Ola Ray) de una película de terror en un cine. Cuando el argumento se pone feo, la chica le pide a su chico levantarse y salir. Lo hacen caminando. Todo más que bien hasta que los chicos se internan por calles oscuras y los zombis empiezan a aparecer. Después del susto inicial, la situación, al menos para la piba, se vuelve aún más extraña cuando descubre que su “boyfriend” se ha convertido en un muerto viviente. Y lo que es peor: su amado inmortal ha transfigurado en el líder de todos los muertos del barrio. En principio no parecen muy interesados en hacerle daño pero sí en mostrarle los dúctiles que son para el baile. Una y otra vez los zombi-bailarines exhiben sus acrobacias antes los ojos aterrados de la chica. En el cierre, la bella Ola huye hacia una casa abandonada hasta donde los cadáveres la persiguen para comérsela o, tal vez, para continuar con las clases de baile.
4. Los zombis también pueden ser buenos padres
Todo zombi fue alguna vez el hijo de alguien. Pero que un zombi sea padre, bueno éstas ya son palabras mayores. Un día ocurrió aunque el asunto no prosperó. Cuenta el argumento de “El despertar de los muertos”, de Zack Snyder, el caso de un hombre que se debate entre el amor que siente por su mujer embarazada, ya convertida en zombi, y la posibilidad de que en su vientre albergue un bebé zombi. “Su” bebé zombi. Antes que matarla y ahorrarse las molestias del caso, el personaje en cuestión decide mantener atada a su pareja. El parto de la joven no puede ser más horroroso. Sólo comparable con los “partos” que suelen verse en la saga de “Aliens”. El bebé, al menos, tiene los ojos de la madre. Una historia menor dentro de una entretenida película que cuenta con la actuación –impensada– de una actriz sensible como Sarah Polley.
5. Los zombis no mueren porque ya están bien muertos
Ésta podría constituir una de las máximas controversias filosóficas alrededor del universo zombi. Se los ha llamado, no sin razón, los muertos vivientes. Porque aunque están muertos se mueven con un propósito. También es cierto que los galanes de turno siempre apuntan a la cabeza de los zombis con la certeza de que ya no se levantarán nunca jamás. Y si no se levantan es porque están muertos: una obviedad y una paradoja. No hay teorías concluyentes al respecto. En algunos filmes, aun después de un escopetazo entre ceja y ceja las partes sobrantes persisten en su marcha tal y como lo hacen las colas de los reptiles. Aunque aquí no hablamos de espasmos nerviosos sino de actos conducentes. La mano errante busca el cuello de su presa. Por ahora la manera más cómoda y espectacular de matar zombis es por medio de balazos y no de artillería pesada, fuego o bombas atómicas (se ha hecho pero poco). De modo que los viejos métodos aún se mantienen vigentes en la pantalla grande. Pero así como no se puede juzgar dos veces a una persona por un mismo crimen tampoco se debería matar (de nuevo) a quien ya ha muerto.
6. Cómo evitar convertiste en un zombi
Quién lo hubiera dicho: Bill Murray, un muerto viviente. O, mejor dicho, un actor que aprovechándose de sus vastas dotes actorales encuentra la fórmula para sobrevivir en medio del Apocalipsis. En una tierra poblada de seres hambrientos, Murray no tiene mejor idea que disfrazarse como tal. La cabellera desordenada. El rostro surcado por profundas ojeras. El traje rasgado y sucio. Un zombi. No obstante. Murray no puede evitar que uno de los personajes de “zombiland” lo adorne a puro plomo al confundirlo con un zombi verdadero. A Murray le queda el consuelo de saber, antes de palmar, que ya no será alimento de los monstruos famélicos. La participación de Murray es uno de los momentos más cómicos de una de por sí cómica película protagonizada por Jesse Eisenberg, Woody Harrelson y Emma Stone.
7. Sí, también se puede andar en bicicleta entre zombis
La escena está empapada de un aura “cool”: Max avanza por un camino rural en una bicicleta al estilo Harley Davidson. Viste de negro, lleva anteojos oscuros y sí, es un lindo chico. No parece el mejor momento para dar un paseo sobre dos ruedas pero ante la falta de energía la bicicleta representa para Max una manera rápida de trasladarse. Luego de que deje su bicicleta oculta entre unos arbustos vendrá el fastuoso y cadavérico resto: cientos, miles de zombis hambrientos, infectados por un virus experimental con el que “alguien” pretendía arrasar la excesiva población planetaria. Max es un sobreviviente y también un profeta. Porque en su sangre se esconde la oportunidad de un nuevo mundo. Pletórica de momentos y gestos estéticos en medio de un baño de sangre zombi, “El cazador de hombres”, de Matthew Hope, es uno de los mejores filmes del género que han aparecido en años. Con Ray Bullock.
8. Los zombis tienen sentimientos
Nadie los había visto llorar hasta que George Romero se reinventó a sí mismo. Romero es palabra santa entre las páginas de la enciclopedia de los zombis. Sus muertos vivientes han aterrorizado a generación tras generación. Su sangre ha manchado a otras tantas camadas de malos y buenos actores. Su película más reciente acerca del tópico dejó un sabor amargo en el paladar de sus fanáticos. La producción estuvo a la altura de los anteriores trabajos del célebre director de “La noche de los muertos vivientes” (1968), sin embargo Romero quiso ofrecernos su punto de vista comprometido acerca de la sociedad que lo rodea. Nada mal para una película de domingo por la tarde como “El amanecer de los muertos”. Romero se acordó de la exclusión social, de la división de poderes y de las consecuencias de la segregación económica. Aquí es donde los ricos, los poderosos, los bien alimentados corren mientras los zombis lloran a sus compañeros caídos en el campo de batalla. Con el gran Dennis Hopper.
9. Hasta una modelo puede ma-tarlos
Pocos apostaban a que Milla Jovovich lograría un perfecto batacazo con una película de zombis. Una fría ninfa entre cadáveres humeantes. Los pronósticos fueron refutados. La modelo ucraniana resultó la actriz perfecta para continuar en la pantalla grande el éxito del videojuego “Resident Evil”. Jovovich jamás les ha sacado el cuerpo a los papeles intensos. Fue “Juana de Arco” y un ser divino en “El Quinto Elemento”, ambos filmes de Luc Besson. Como si fuera poco practica artes marciales desde hace diez años. Paul W. S. Anderson aprovechó la belleza y la vitalidad de su actual mujer para explotar todas las posibilidades del personaje. El exitoso último capítulo de la saga –“Afterlife”– indica que Milla continuará arrancando cabezas por un tiempo.
10. Los zombis puede ser vampiros
A veces los zombis atraviesan los contornos más obvios de la imaginación y se convierten en chupasangres. Existen otros casos, otros momentos cinematográficos, en los que los muertos vivientes entran al círculo siniestro sin mayores explicaciones para luego adquirir el comportamiento de cualquier enfermo aquejado de la más horrorosa y devastadora de las enfermedades.
No podría aseverarse que en el fondo todo zombi es un chupasangre, pero casi. A lo largo y ancho de estos años de cine clase B los hemos visto alimentarse de carne humana y vacuna e incluso de cerebro humano. Para encontrarlos enfermos y desagradables, el filme coreano “Infection”, de Masayuki Ochiai, tiene respuestas a todas las preguntas médicas; para descubrirlos convertidos en vampiros “Soy leyenda”, con Will Smith, y su versión original, “El último hombre vivo”, con Charlton Heston, saciarán la sed de líquido rojo.
“Sanctuary”
Alberga monstruos de todo tipo, con historias muy simples. En SyFy los domingos a las 23.
Mucho romance y conflicto adolescente en Mystic Falls, los miércoles a las 22 en Warner Channel.
Mantener su humanidad es lo que quieren una fantasma, un vampiro y un hombre lobo en Cityvibe.
Zombis y mucha sangre en la casa de “Gran Hermano” por I.Sat los lunes a las 22:30.
(Continúa en la página 40)
(Viene de la página 39)
1. Sin explicaciones
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