Lo fascinante de lo horripilante
El palacio de Nüremberg acoge ahora un nuevo centro de documentación
El viejo palacio de congresos de Nüremberg que albergó las colosales manifestaciones de glorificación a Adolf Hitler acoge ahora un nuevo centro de documentación, que refleja la labor, entre fascinante y horripilante, de la propaganda nazi.
Los cuatro kilómetros cuadrados de recinto que, entre 1933 y 1938, sirvieron de escenario a los congresos del Partido Nacionalsocialista (NSDAP) ofrecerán al visitante, a partir del próximo fin de semana, una nueva perspectiva de las entrañas del Tercer Reich.
Un corredor de acero y vidrio cruza en diagonal la antigua estructura del denominado «Coliseo» nazi y brinda el acceso a los 1.300 metros cuadrados dedicados al centro de documento y la exposición permanente «Fascinación y Violencia del Partido nazi».
Ya en su interior, el visitante se ve confrontado con una combinación de documentos originales, películas, montajes de video y animación por ordenador, que hacen revivir las delirantes arengas del «Führer» ante su militancia. «Sólo tratamos de explicar y reflejar la historia», justifica el director del centro de documentación, Franz Sonnenberger, ante la visita de los medios de comunicación, previa a la inauguración, el próximo sábado, por el presidente de Alemania, Johannes Rau.
Pero lo cierto es que escuchar los estridentes discursos de Hitler, desde el escenario que pisaron hasta un millón de afines al régimen que asistieron a los congresos nazis, es sobrecogedor.
El recinto de Nüremberg es el mayor exponente de la arquitectura nazi que permanece en pie. Lo preside la «Tribuna Zepelin», desde donde la cúpula nazi asistió a los desfiles con que el régimen del Tercer Reich escenificaba sus manifestaciones de autoglorificación.
El encargado de modelar el recinto fue Albert Speer, el «arquitecto de cabecera», además de ministro de Armamento, de Hitler y uno de los altos funcionarios del régimen que fue juzgado por crímenes de guerra, precisamente en los Procesos de Nüremberg. Speer nunca llegó a terminar su proyecto original, que, de acuerdo con los deseos de Hitler, hubiera abarcado una superficie equivalente a cinco veces el casco antiguo de la ciudad, que el «Fuhrer» había convertido en «capital» de los congresos del NSDAP. Con el estallido de la II Guerra Mundial (1939-1945) quedaron aparcadas las obras, tal como ocurrió con el gran proyecto «Germania», ideado por Speer para convertir Berlín en metrópolis arquitectónica del nazismo. (EFE)
El viejo palacio de congresos de Nüremberg que albergó las colosales manifestaciones de glorificación a Adolf Hitler acoge ahora un nuevo centro de documentación, que refleja la labor, entre fascinante y horripilante, de la propaganda nazi.
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