Seguridad y matones
Como en los partidos de fútbol, a veces para palpar ciertas realidades hay que estar lejos de los palcos. En Azcuénaga y Viamonte (lugar previsto para la prensa) se evidenció la prepotencia de personajes encargados supuestamente de proteger a la gente. Después de una recorrida por los accesos este cronista –al igual que un reportero de la CNN– quiso aproximarse al escenario con la credencial y el documento con que se había acreditado. Pero varios matones impidieron cumplir con el trámite. “No entra nadie”, dijeron. El jefe de prensa de la AMIA, Daniel Berliner, no sólo no dejó a nadie para verificar identidades sino que tampoco se acercó al lugar pese a que por teléfono prometía hacerse presente. Pedido el auxilio de la Policía Federal, el jefe del Operativo indicó: “Nosotros no podemos hacer nada, estos individuos tienen el dominio de la calle”.
Como en los partidos de fútbol, a veces para palpar ciertas realidades hay que estar lejos de los palcos. En Azcuénaga y Viamonte (lugar previsto para la prensa) se evidenció la prepotencia de personajes encargados supuestamente de proteger a la gente. Después de una recorrida por los accesos este cronista –al igual que un reportero de la CNN– quiso aproximarse al escenario con la credencial y el documento con que se había acreditado. Pero varios matones impidieron cumplir con el trámite. “No entra nadie”, dijeron. El jefe de prensa de la AMIA, Daniel Berliner, no sólo no dejó a nadie para verificar identidades sino que tampoco se acercó al lugar pese a que por teléfono prometía hacerse presente. Pedido el auxilio de la Policía Federal, el jefe del Operativo indicó: “Nosotros no podemos hacer nada, estos individuos tienen el dominio de la calle”.
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