Alertan sobre síntomas asociados al contacto con cianobacterias en aguas dulces

Durante los últimos días se han detectado floraciones de cianobacterias en el agua del embalse Ramos Mexía de Villa El Chocón y en los embalses de Mari Menuco y Los Barreales de la provincia del Neuquén. Sonaron las alertas porque algunas especies pueden ser dañinas para la salud de los seres humanos y de las mascotas.

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Según la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) de los ríos Limay, Neuquén y Negro, el agua del embalse Ramos Mexía tuvo el viernes y ayer la apariencia superficial de «yerba dispersa», es decir, pequeñas manchas verdes, lo que indicaba una presencia baja de cianobacterias. Hoy, en cambio, la floración se verá en la orilla similar a «mancha de pintura» y eso indicará que hay un riesgo medio, una categoría que significa que hay que evitar contacto con manchas verde, y tener especial cuidado con los niños y mascotas.

En diálogo con Diario RIO NEGRO, la médica y titular de la dirección de Salud y Cambio Climático de la provincia, María Andrea Echauri, explicó que el monitoreo se hace principalmente en primavera y verano. 

Hasta el viernes no hubo ningún registro de personas que hayan estado en contacto con los espejos de agua y las cianobacterias y que hayan consultado a los centros de salud. Sin embargo, es clave que la población esté atenta.

Para Echauri, es necesario que se fomente el autocuidado, especialmente entre los bañistas. “La idea es fomentar la construcción de la salud preventiva y el autocuidado para que no sea necesario que haya otra persona que nos diga qué debemos hacer”, acotó. 

La consulta médica se debe hacer si aparecen algunos de los síntomas después de haber estado expuesto al agua con cianobacterias.

Los síntomas son irritación de la piel y las mucosas, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea, mareos, fiebre, entumecimiento, calambres, y dificultad respiratoria.

Un problema ambiental y sanitario

Las floraciones de cianobacterias han aumentado durante las últimas décadas en todo el mundo en cuanto a su frecuencia y a su distribución. “Factores como el cambio climático, el vertido de fertilizantes y aguas residuales, y la construcción de represas que favorecen el estancamiento del agua contribuyen a que las floraciones sean más frecuentes”, según señaló la doctora Graciela Salerno, investigadora del Conicet y profesora emérita de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Las floraciones de cianobacterias son más comunes durante la primavera y el verano, cuando las temperaturas más altas y el aumento de horas de sol crean condiciones ideales para su proliferación. Además, el exceso de nutrientes como fósforo y nitrógeno, provenientes de desechos cloacales, fertilizantes y plaguicidas, acelera el proceso de eutrofización en los cuerpos de agua, lo que favorece el crecimiento de estos microorganismos.

Según explicó Salerno, las cianobacterias tóxicas pueden entrar en contacto con las personas a través de diversas vías: al nadar en ríos, lagos o lagunas contaminados, al consumir alimentos o pescados provenientes de aguas afectadas, o incluso al inhalar aerosoles generados por deportes acuáticos como el kayak o el remo.

Los niños son especialmente vulnerables a estas toxinas cuando juegan en las orillas de los cuerpos de agua y se llevan las manos a la boca.

Qué se debería hacer

El impacto de las floraciones de cianobacterias no se limita a la salud. También genera costos adicionales en el tratamiento del agua para consumo humano y afecta actividades económicas como la pesca y el turismo. En este contexto, un grupo de investigadores de Suecia, Chile, Uruguay, Colombia, Paraguay y Brasil publicó una revisión en la revista Harmful Algae, en la que recomendaron a los gobiernos implementar planes de monitoreo a largo plazo y políticas para gestionar mejor las floraciones y evaluar los riesgos asociados.

En Argentina, Salerno subrayó la importancia de reactivar el programa nacional de cianobacterias, que en el pasado permitió realizar vigilancia epidemiológica y capacitar al personal de salud para diagnosticar y tratar casos de intoxicación. Además, destacó la necesidad de reportar anualmente los casos de personas afectadas y de fortalecer la gestión de los cuerpos de agua para prevenir nuevas floraciones.

La Subsecretaría de Recursos Hídricos de Buenos Aires publicó un Manual de Buenas Prácticas sobre Floraciones de Cianobacterias, que incluye recomendaciones para minimizar los riesgos.

Entre las medidas sugeridas se encuentran evitar el ingreso a aguas con manchas verdes o de color verdoso, impedir que los niños jueguen en zonas contaminadas y no consumir pescados provenientes de cuerpos de agua afectados. También se aconseja lavar el cuerpo y la ropa con agua y jabón neutro tras el contacto con aguas contaminadas y consultar a un médico en caso de presentar síntomas como mareos, dolor de cabeza o malestar digestivo.