Por las gaseosas, aumentan las enfermedades crónicas: la Argentina entre los países más afectados
Un estudio de Nature Medicine advirtió que serían responsables de millones de casos nuevos de diabetes tipo 2 y patologías cardiovasculares cada año. Argentina y Colombia, los más complicados.
El consumo de bebidas azucaradas sigue dejando un impacto significativo en la salud global, especialmente en América Latina. Según un reciente estudio publicado en Nature Medicine, estos productos están relacionados con un aumento alarmante de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las patologías cardiovasculares.
Cada año, estas bebidas serían responsables de más de dos millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y alrededor de 1.2 millones de enfermedades cardiovasculares, lo que equivale al 9,8% y al 3,1% del total de diagnósticos anuales a nivel mundial. En América Latina, la situación es particularmente preocupante, ya que más del 10% de los nuevos casos de enfermedades cardiovasculares en la región se atribuyen a su consumo.
Argentina, entre los más afectados
El estudio, realizado por especialistas de la Universidad Tufts (Estados Unidos), analizó datos de 184 países y reveló que Argentina es uno de los países más afectados. En 2020, el país registró 544 nuevos casos de diabetes tipo 2 por cada millón de habitantes atribuidos al consumo de bebidas azucaradas, ubicándose entre las naciones con mayor incidencia.
A nivel regional, América Latina y el Caribe presentan una tasa alarmante: el 24,4% de los nuevos casos de diabetes tipo 2 en esta zona se atribuyen a estas bebidas, una cifra significativamente superior a la de otras partes del mundo.
Una conexión preocupante:
El vínculo entre las bebidas azucaradas y las enfermedades metabólicas se debe principalmente a los efectos de los azúcares de rápida absorción, que elevan los niveles de glucosa en sangre y sobrecargan al páncreas al estimular la producción de insulina. Este proceso no solo fomenta el aumento de peso, sino que también contribuye a la resistencia a la insulina, uno de los factores clave en el desarrollo de la diabetes.
Además, el consumo excesivo de estos productos favorece la acumulación de grasa visceral, lo que impacta directamente en órganos vitales como el hígado y el corazón. Según el estudio, estas bebidas no generan la misma sensación de saciedad que los alimentos sólidos, lo que lleva a un consumo excesivo y, en consecuencia, a un mayor riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Impacto en los jóvenes y desigualdad social:
En América Latina, los adultos jóvenes y los hombres son los grupos más afectados debido a su alto consumo de bebidas azucaradas. En las ciudades, la promoción masiva y el fácil acceso a estos productos agravan la situación, mientras que en áreas rurales, muchas veces se consumen como alternativa al agua potable, profundizando la desigualdad sanitaria.
Por su parte, el estudio también destaca que las regiones de ingresos bajos y medios, como África subsahariana, están experimentando un aumento en el consumo de alimentos procesados, lo que incrementa los casos de enfermedades crónicas relacionadas con estas bebidas.
Ante este panorama, los especialistas insisten en la necesidad de implementar medidas efectivas para reducir el consumo de bebidas azucaradas. “Es urgente abordar este problema con intervenciones basadas en evidencia, antes de que más vidas se vean afectadas por los efectos de la diabetes y las enfermedades cardíacas”, advierten los autores del estudio.
La combinación de un consumo elevado per cápita y la falta de acceso equitativo a servicios de salud hace que esta problemática sea especialmente crítica en nuestra región. A nivel global, este llamado implica no solo educar a la población, sino también desarrollar políticas públicas que promuevan alternativas saludables y regulen la comercialización de estos productos.
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