«Era solo un robo y se me fue de las manos», dijo Espinoza, que fue declarado culpable del doble femicido de Cipolletti
Así lo relató el acusado ante el tribunal que lo declaró autor penalmente responsable de homicidio agravado criminis causa con alevosia y femicidio. Cometió los asesinatos de sus dos vecinas la mañana del jueves en el barrio 432 Viviendas.
El jueves por la mañana, Horacio Manuel Fernando Espinoza golpeó la puerta del departamento donde vivían sus vecinas Lidia Tapia (86) y Stella Maris Natalini. Las conocía desde hace años. Convivían en el mismo barrio 432 Viviendas de Cipolletti. Por eso, cuando las mujeres lo vieron parado en la puerta lo invitaron para que entrara. Nunca imaginaron que esa visita ocasional del vecino era para ejecutar un plan criminal.
Espinoza relató este miércoles en la audiencia de juicio abreviado ante el tribunal, integrado por la jueza Alejandra Berenguer y los jueces Guillermo Baquero Lazcano y Marcelo Gómez, cómo asesinó a sangre fría sus vecinas.
El tribunal admitió el acuerdo parcial presentado por la fiscalia y la defensa oficial y declaró culpable a Espinoza por los homicidios agravados de sus vecinas. Antes de dictar su decisión por unanimidad, los jueces escucharon la confesión de Espinoza.
El acusado dijo que el jueves salió a las 8 de su departamento. “Alrededor de las 8.30 le golpeo la puerta a las vecinas. Ellas me abren, Ingreso con ellas. La vecina Estela, la menor, abrió una de las persianas del departamento y en el momento cuando va a abrir la segunda ventana es que yo la ataco”, comentó.
El acusado se apoderó de 370 mill pesos
“Era solo para un robo porque tenía una deuda, y se me fue de las manos”, explicó. “Nunca fui una persona agresiva. Luego de eso, aparece la madre, que es Lidia y ahí fui contra ella, en la entrada del pasillo del departamento”, indicó.
Omitió contar que las atacó con un cuchillo y que las apuñaló varias veces, según la acusación fiscal. “Una vez hecho lo que hice, simplemente recorrí el departamento viendo si encontraba dinero. Encontré un poco de dinero y me fui del lugar a las 9.15 o 9.30”, reveló.
La fiscalia consignó en la acusación que Espinoza había robado 370.000 pesos que había en el departamento de las víctimas.
Dijo que salió del departamento de las mujeres asesinadas y que puso el cuchillo en una bolsa. También, colocó la campera “porque la había manchado”. Detalló el recorrido que hizo esa mañana hasta que dejó la bolsa, que contenía la campera manchada con sangre y el cuchillo, en un canasto de basura, a varias cuadras de su domicilio. Después, regresó a su departamento.
Comentó que alrededor de las 15.30 del jueves, salió en su biciceta en dirección al lugar donde había ocultado la bolsa. Quería confirmar si el camión de la basura se la había llevado. Pero la bolsa seguía en el canasto.
Dijo que agarró la bolsa y la llevó hasta el balneario el 30 donde se deshizo de esos elementos. Luego, regresó a su departamento. La noche del sábado, los investigadores tocaron a su puerta para detenerlo.
La acusación de la fiscalia y las evidencias
El fiscal jefe Santiago Márquez Gauna, el fiscal Martín Pezzetta y el fiscal adjunto Juan Pablo Escalada le atribuyeron al imputado el hecho perpetrado en el domicilio de las víctimas y lo calificaron como homicidio agravado criminis causa con alevosia y femicidio todo en concurso real.
Y expusieron una abundante cantidad de pruebas para sostener la acusación contra el imputado que cuando finalizó su confesión reconoció estar aliviado.
“La verdad que es bueno soltarlo porque desde el primer momento desde ese jueves a la mañana me estaba haciendo muy mal. Yo desde el primer momento quería entregarme y la verdad que fue bueno”, aseguró Espinoza.
“Horacio comentame, ¿qué es lo que te lleva hoy a contar esto?”, le preguntó el defensor oficial Marcelo Caraballo. ¿Qué pretendés de este proceso, de este juicio?”, insistió.
“Tengo que pagar por lo que hice porque hice algo malo y aparte porque pienso en mi familia, que es toda gente muy buena que no tienen nada que ver”, respondió Espinoza.
“Ellos deben estar muy mal porque no deben entender por qué hice eso. Imagino que deben estar mal y no quiero que ellos estén mal o que sufran, cuando el único que tiene que pagar soy yo. Yo soy el responsable”, aseveró.
“¿Hay algo que quisieras decirles a las familias de estas dos señoras?”, le consultó el defensor, “Quisiera pedirle nuevamente disculpas porque eran dos personas que no lo merecían, eran muy buenas. No merecían lo que les pasó. Mil disculpas”, expresó Espinoza.
El tribunal aceptó el acuerdo parcial presentado por la fiscalía y la defensa
La presidenta del tribunal quiso saber si Espinoza entendía los alcances de un acuerdo parcial como el que había presentado la fiscalía, con el consentimiento de su defensor. El imputado dijo que comprendía el planteo de la fiscalia y también la calificación legal.
Tras un cuarto intermedio, que el tribunal se tomó para analizar si el acuerdo parcial era válido, Berenguer informó que había sido aceptado.
“El tribunal ha merituado la prueba objetiva que ha detallado la fiscalia con la anuencia de la defensa, que no ha efectuado objeciones, sino que ha brindado información de importancia para que el tribunal pudiera arribar a esta homologación del acuerdo”, explicó la presidenta del tribunal.
Y destacó las pruebas presentadas por los fiscales que surgieron de una investigación que esclareció los crímenes en tiempo récord.
Las pruebas que acorralaron al vecino de las víctimas
El tribunal valoró las filmaciones de las cámaras de seguridad que fueron secuestradas “que permitieron reproducir el derrotero del acusado el dia del hecho previo y a posteriori”.
Mencionó la existencia del dinero que fue secuestrado y se encontraba depositado en el consorcio que administra las 432 viviendas de Cipolletti. Los datos recuperados del telófono que se denunció como sustraído a una de las víctimas.
“Las huellas de pisadas con los rastros levantados en el lugar del hecho más el secuestro del calzado del acusado, que estaba en el domicilio al que se ingresa previo allanamiento otorgado por la jueza de garantias interviniente”, recordó Berenger.
También valoró la existencia de la “huella dactilar como también los testimonios recabados que permitieron reconstruir lo ocurrido antes, durante y despúés de este luctuoso suceso”,
El tribunal destacó adempas entre las pruebas presentadas por la fiscalía, los resultados preliminares de la autopsia que hizo el cuerpo médico forense y los aportes científicos a partir de la labor de los forense de Criminalísta y personal especializado del Ministerio Público Fiscal.
Berenguer dijo que la calificación legal propuesta por la fiscalía era válida. Por eso, el tribunal declaró culpable por unanimidad a Espinoza, que seguirá detenido con prisión preventiva.
Su defensor pidió al tribunal que resguarden la seguridad del acusado cuando sea enviado a un penal por las posibles amenazas que recibió. Por el momento, permanece arrestado en la comisaría de Contraalmirante Cordero.
En los próximos días se deberá hacer la audiencia para definir la condena contra Espinoza. Aunque por la calificación legal del hecho que se le atribuyó, la única pena posible es la prisión perpetua.
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