Es posible ilusionarse

En el primer año de su mandato, el gobierno de Javier Milei ha implementado una serie de reformas económicas que han marcado un cambio significativo en la trayectoria de Argentina. Estas políticas han buscado desmantelar las estructuras intervencionistas que durante décadas dominaron la economía del país, y los resultados, aunque incipientes, comienzan a evidenciarse. Asimismo, el 2025 presenta una oportunidad única para que Vaca Muerta aproveche las ventajas competitivas generadas por este nuevo enfoque. 

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La Argentina de Milei durante 2024, siguiendo con la línea de razonamiento presentada por el presidente en cadena nacional esta semana, nos muestra un país viviendo un shock de ordenamiento macroeconómico. Hay un proceso inflacionario a la baja que plantea para el 2025 una inflación cercana al 20% anual, una baja sostenida de la tasa de referencia del Banco Central que es acompañada por una política monetaria restrictiva anclada en un blanqueo de activos muy exitoso, un freno total a la emisión monetaria, un superávit fiscal inclaudicable, y un superávit comercial que va a sostenerse en base al agro, minería y energía. Todo esto ha llevado a una unificación de facto de los tipos de cambio. La Argentina se encamina en enero próximo, luego del pago de los vencimientos de deuda, a una nueva caída del riesgo país, posiblemente por debajo de los 600 puntos. 

Nuestro país se puso de moda en el mundo de la mano del presidente, y eso se observa principalmente en los últimos dos meses, donde todas las publicaciones políticas y económicas, así como medios o podcast lideres a nivel global, comentan sobre el cambio radical que viene ocurriendo. Esta vitrina ayuda mucho a la Argentina en su estrategia de posicionamiento internacional rumbo al objetivo de volver a los mercados voluntarios de deuda en el 2025. Este objetivo se encuadra en el colapso del riesgo país por debajo de los 400 puntos básicos, que podrían llegar durante el próximo año, impactando positivamente sobre el financiamiento de los grandes proyectos de infraestructura energéticas del país. 

La Argentina de Milei se asienta sobre el concepto de una inserción internacional traccionada por las ventajas comparativas del país, esto significa la industria energética, minera, agrícola ganadera, turismo y del conocimiento. En este nuevo paradigma que nos presenta el Gobierno, los vectores de crecimiento alinean el crecimiento económico con un ordenamiento fiscal férreo que abre la economía argentina a la inversión directa extranjera y la profundización del mercado financiero, que será el puente necesario para brindar combustible al proceso de crecimiento económico nacional. 

Vaca Muerta en el nuevo entorno

En este contexto favorable, Vaca Muerta es uno de los vectores de crecimiento del país, que ya muestra récord tras récord de producción en petróleo y gas, lo que en consecuencia ha llevado a nuevas inversiones en infraestructura desde la finalización del gasoducto Perito Moreno hasta la total reversión de TGN hacia Bolivia. Si analizamos la curva de crecimiento de la producción petrolera nacional que podría llegar antes de lo previsto al millón de barriles diarios, así como la llegada a los 200 millones de m3/día de gas natural en el corto plazo, nos muestra que el volumen de inversión en evacuación y transformación de la materia prima solo tenderá a crecer.  

En la actualidad, gracias al inicio del ordenamiento macroeconómico, junto a un marco regulatorio especial como el RIGI, el país volvió recrear los grandes proyectos de infraestructura privados. Ejemplos de ello son el Vaca Muerta Sur con una inversión estimada de YPF de US$2.200 millones para transportar cerca de 390 mil barriles diarios, o el proyecto de Otasa al Pacífico y el de Oldelval hacia el Atlántico que suman una inversión conjunta de US$2.400 millones y transportarán otros 360 mil barriles diarios al mercado internacional.

Pero si se observa el caso del gas natural y sus derivados, proyectos de transporte como la reversión del TGN y su posible ampliación hacia el mercado brasileño, la ampliación del Perito Moreno con una inversión superior a los US$1.400 millones abrirán una demanda agregada a Vaca Muerta de 30 millones de m3/d adicionales. Pero si a todo esto incorporamos los proyectos de GNL, con inversiones superiores a los US$10.000 millones en su primera etapa podría agregar al mercado internacional más de 5 MTPA. Esto significa multiplicar la producción de gas natural en los próximos 5 a 10 años al menos. 

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Pero todo esto solo es posible si la macroeconomía sigue su rumbo, sosteniendo el superávit fiscal y generando nuevos marcos de desregulación burocrática que consoliden el fenómeno que ya se observa de grandes compañías del sector energético argentino, financiándose por debajo de los 700 puntos básicos de riesgo.  

Con este entorno de colapso del riesgo país, unificación cambiaria, superávit fiscal y desregulación con apertura de la economía, quedará en manos de la comunidad empresaria y sus emprendedores adaptarse y aprovechar las oportunidades de un nuevo ambiente de negocios que Argentina no vivió en décadas. 

(*) Director de Abeceb.