Sorpresa: por qué el campo reapareció con una lluvia de dólares en noviembre
A contramano de la estacionalidad, los agrodólares llegaron en cantidad en el último bimestre. El dólar, las tasas y los precios mundiales son las claves.
El sector agrario volvió a hacerse sentir octubre y noviembre, meses en los que la estacionalidad marca otra dinámica. El Banco Central rompió récords, al acumular en el bimestre compras netas por más de 3.200 millones de dólares. El blanqueo de capitales no ha sido el único motivo.
Históricamente, los meses de mayor liquidación de exportaciones agrícolas han sido mayo, junio y julio, debido a la comercialización de la cosecha gruesa. Sin embargo, condiciones macroeconómicas y expectativas mediante, el calendario del campo se ha visto modificado en 2024.
Argentina registró este año el mejor octubre de su historia en materia de ingreso de dólares por agroexportación; esto incluye a los industriales oleaginosos y a los exportadores de cereales. Así lo informaron la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
En total, en octubre 2024 se liquidaron US$2.553,2 millones por envíos de productos agroindustriales. Esto representa un incremento del 62% con respecto a la liquidación promedio de los 15 meses de octubre previos (2009-2023) y equivale a 3,4 veces lo exportado durante el mismo mes del año pasado.
Para ilustrar acabadamente lo extraordinario del guarismo, cabe agregar que este récord se dio en un contexto de precios internacionales bajos. Esto da cuenta de un escenario aún más positivo en materia de cantidades exportadas.
La tendencia se ha mantenido y noviembre podría ser también récord. Como se aprecia en el gráfico adjunto, el mes pasado se encaminaba a cerrar con un muy fuerte incremento del volumen de soja comercializado. En los primeros 16 días hábiles de noviembre, se acumularon operaciones de compraventa por un total de 1.763.879 toneladas de soja, según desprende del monitor SIO-Granos de la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Si se compara ese valor con los 16 días hábiles de noviembre de los años anteriores, se obtienen dos datos llamativos. Primero, es más del triple de lo operado el año pasado. Segundo, se trata del registro más alto de la serie; el año 2019 es el único con niveles similares, debido a que la expectativa de aumento de retenciones por parte del entonces presidente electo, Alberto Fernández, motivó a los productores a apurar la liquidación.
Este año, detrás de tan particular dinámica, también subyacen factores especulativos y, además, una coyuntura macroeconómica específica. A continuación, ofrecemos una explicación de la inusual llegada de agrodólares durante el bimestre octubre-noviembre.
Tipo de cambio
La conversión a pesos de las exportaciones de Argentina se realiza con un tipo de cambio diferencial: el denominado dólar blend. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) calcula diariamente el valor de este, que se compone en un 80% del precio comprador del Banco Nación y en un 20% de la cotización del dólar contado con liquidación (CCL).
Si el atraso cambiario resulta evidente en el tipo de cambio oficial, lo es aún más al considerar el dólar de exportación, pues la caída nominal del dólar CCL acentúa los efectos del crawling peg al 2% mensual. Desde su entrada en vigor (13 de diciembre de 2023) hasta el pasado 27 de noviembre, el dólar blend aumentó un 21,2% nominal, tres puntos menos que el dólar oficial minorista. Simultáneamente, la inflación acumulada fue cinco veces mayor.
Dato
- 21,2%
- Fue la suba del dólar exportador (blend) desde su creación en diciembre.
La pregunta es por qué, ante este escenario, los productores agrícolas decidieron sacar la soja de las silobolsas en octubre y noviembre, y liquidarla en el mercado único de cambios. La respuesta radica en las expectativas: descartan un salto discreto del tipo de cambio oficial e incluso asignan una alta probabilidad a la reducción al 1% de la tasa de crawling peg.
En otras palabras, los productores venden la soja acopiada con un tipo de cambio real bajo porque sospechan que, en el corto plazo, será aún más bajo. Con una brecha cambiaria en mínimos, estos actores económicos consideran que la hoja de ruta trazada por el Gobierno es creíble y sostenible.
Precios internacionales
Una de las variables exógenas más determinantes para la economía argentina es el precio internacional de los commodities agrarios, sobre todo el de la soja por tratarse del principal complejo exportador del país. La cotización del poroto en Chicago tocó en la semana sus valores más bajos desde 2020, y las perspectivas no son buenas para la Argentina.
El economista agrario, Gustavo López, señaló que se prevé una sobreoferta global de soja para la próxima campaña. “Las proyecciones de oferta y demanda mundial del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) mantienen un récord en Brasil, una muy buena la cosecha en Argentina, y una leve reducción en Estados Unidos: va a haber una oferta que no va a ser compensada con los consumos”, explicó.
“Es difícil que el precio rebote, no hay ninguna variable clara que muestre una situación más atractiva.”
Gustavo López, economista agrario.
Por tal motivo, pronostica que el precio internacional se mantenga en niveles bajos o que, incluso, profundice la tendencia a la baja. “Es difícil que rebote, no hay ninguna variable clara que muestre una situación más atractiva. Ganó Trump y habla de nuevos aranceles, y eso deprime más el mercado”, agregó especialista.
La lógica es la misma que al analizar el tipo de cambio: ¿por qué los productores eligen liquidar con precios tan bajos? Porque esperan que los precios sean aún más bajos en el corto plazo. “Sigue bajando el mercado y el productor empezó a tomar conciencia de que el nuevo valor iba a ser mucho más bajo, esto no encuentra un piso claro”, afirmó López.
Tasas de interés
La actividad agrícola, como cualquier otra actividad, tiene costos. Hasta hace unos meses, tras sucesivos recortes de la tasa de interés de referencia por parte del Banco Central y con una inflación bastante más alta que la actual, los productores aprovechaban las tasas reales negativas para tomar deuda y financiar la compra de capital de trabajo. En cambio, decidían no liquidar sus cosechas a la espera de un salto devaluatorio y de un alza de precios que nunca llegaron.
Hoy el panorama es diferente. La vertiginosa baja de la inflación hizo que el escenario de tasas de interés reales negativas no sea tan nítido. Algunos productores, acuciados por un panorama desfavorable, se vieron en la obligación de liquidar total o parcialmente sus stocks de soja para afrontar los costos de las campañas venideras: endeudarse dejó de ser una oportunidad clara.
La vertiginosa baja de la inflación hizo que el escenario de tasas de interés reales negativas no sea tan nítido.
Por otro lado, aquellos productores más holgados financieramente decidieron vender producción para hacerse de pesos y hacer carry trade. Esto es particularmente válido para explicar la alta liquidación de octubre, ya que el 1 de noviembre el Banco Central recortó 10 puntos la tasa de política monetaria.
En suma, el uso de capital de propio para financiar inversiones en capital de trabajo o bien inversiones bursátiles ayuda a explicar las inusualmente altas liquidaciones en octubre y noviembre.
Liquidación futura: precios y cantidades
Pese a la aceleración de las liquidaciones agrícolas, hay un significativo stock remanente de soja acopiado. “Según mis cálculos, quedan todavía unos US$8.000 millones o un equivalente de 18 millones de toneladas de soja por liquidar”, señaló Gustavo López. Gran parte de ese inventario pasará al próximo año.
Las campañas venideras lucen prometedoras en volúmenes. La cosecha fina podría ser récord, gracias a favorables condiciones climáticas. Sobre la próxima temporada de soja, López señaló que “hasta ahora se presenta como muy atractiva, ya que aumentó el área, con cerca de 18 millones y medio de hectáreas. El USDA dice que Argentina va a producir 51 millones de toneladas y todos los operadores locales hablan de 55 millones, con lo cual te vas a encontrar con una súper oferta que va a permitir moler mucho, exportar y seguir con stock altos”, detalló el especialista.
Resta conocer en qué plazos se liquidará esa producción, y la disposición de los productores a comercializar. Como hemos visto, todo dependerá de las condiciones y expectativas en tres mercados: el cambiario, el financiero y el granario internacional.
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