En plan de cautela y moderación, la CGT reúne en Bariloche a todas sus seccionales patagónicas

El encuentro reúne a referentes de cinco provincias y fue calificado de "histórico". El dirigente nacional Horacio Otero participa de las deliberaciones y se mostró defensor de la línea "dialoguista".

El plenario patagónico de la CGT que reúne a las conducciones regionales de La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz comenzó a sesionar en esta ciudad hoy por la mañana, con la mirada puesta en generar acciones “políticas”, pero sin menciones a un eventual plan de lucha.

La CGT nacional envió a su coordinador de Interior, Horacio Otero (UOM), quien se encargó de poner en claro la posición predominante hoy en esa central, cuidadosa de no confrontar con un gobierno que mantiene apreciables índices de popularidad y “al que le quedan tres años”.




Refirió frente a la crisis de empleo y la caída del salario las acciones gremiales deben “agotar los procedimientos” antes de plantear un conflicto abierto, y “en el orden local no va a ser distinto”.

Otero dijo que la CGT tiene “proyectos y programas de trabajo orientados a incidir en la política” y consideró que los dirigentes de extracción sindical deberían contar con más presencia a futuro en el Congreso y en los parlamentos provinciales. “Llegamos a tener el 33% y hoy esa representación es mínima -afirmó-. La intención para el año que viene es lograr espacios en las listas en Nación, en las legislaturas provinciales, en los municipios”. Dijo que “en principio”, son peronistas pero también podrían competir en representación de otros partidos.

Otero aseguró que el plenario de hoy en Bariloche “es histórico, por su trascendencia política” y porque no registra antecedentes desde el retorno de la democracia. Destacó la presencia de dirigentes provenientes de “las dos regionales de Santa Cruz, las tres de Chubut, tres de Río Negro, una de Neuquén y dos de La Pampa”.

Consultado por este medio sobre la posible adopción de un plan de lucha, el dirigente metalúrgico reconoció que “las condiciones están dadas, pero también hay etapas. Un paro general es la última instancia y no da resultado inmediato”.

Repasó la existencia de conflictos en marcha por “despidos en la construcción, achiques del Estado en educación, en el Conicet, el problema que viven los gastronómicos por ejemplo en Bariloche, con el mal momento del turismo y las medidas económicas que afectan a los trabajadores”.

Pero el dirigente nacional negó que la reciente renuncia de Pablo Moyano a la conducción de la CGT sea producto de una crisis. “Los cargos no son de las personas sino de las organizaciones y su organización (por el Sindicato de Camioneros) no se fue. En reemplazo de Pablo fue designado Jorge Taboada, de Chubut, que es el adjunto de la federación nacional”.

El dominio de la línea conciliadora

El plenario regional de Bariloche se organizó en comisiones por tema, para debatir y elaborar un documento que será difundido al cierre de la jornada, según informó el secretario general de CGT Zona Andina de Río Negro, Luis Cionfrini.

Otero defendió la línea de acción seguida hasta hoy por la central obrera a nivel nacional. “Esta CGT hizo ya dos paros con el nuevo gobierno, uno en enero, el otro en mayo. Y logró frenar la reforma laboral incluida en el DNU 70 y la reforma de ley de asociaciones sindicales. También querían privatizar como 50 empresas y tuvieron que reducir. Pero todo es gradual: camino largo y pasos cortos” esgrimió el dirigente, en respuesta a quienes les demandan una postura más confrontativa.

Reconoció que existe un deterioro en los salarios y que hubo en el último año una caída del 40% en el poder adquisitivo de los trabajadores. Pero señaló que ese tema “se negocia individualmente y cada organización lleva adelante su propia paritaria”.

Dijo que “hay que esperar que el diálogo y la negociación den resultados, y eso no quita que un sindicato, llegado el momento, lleve adelante una medida, como hicieron los de transporte”. Pero en lo personal, se declaró más cercano a las expresiones recientes de Andrés Rodríguez, mandamás de UPCN, quien se mostró en desacuerdo con ahondar los conflictos y opinó que “no hay clima” para una medida de fuerza.

Otero dijo que las conducciones gremiales “no pueden olvidarse de que el 56% de estos trabajadores”, los mismos que padecen el ajuste y los salarios magros, “votaron a este gobierno”. Pero celebró que, a su juicio, y después de los dos paros “varias estrategias del gobierno empezaron a adaptarse a las medidas del movimiento obrero”.

Otero señaló que los dirigentes sindicales “deben ser parte de la conducción política” y tener más presencia en los cuerpos legislativos y antició que buscarán lugares en las listas. “Si nosotros no llevamos los planteos nadie los va a llevar por nosotros -refirió-. En principio somos peronistas, pero también podremos ir por nuestro lado, o con partidos autonomistas, provinciales. Hay muchas maneras”.


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