Por qué un centenar de autos clásicos de los años 20 a los 80 recorren Bariloche y la región
Arrancó la 35 edición de las Mil Millas que reúne 100 automóviles clásicos sport de Argentina, Estados Unidos, Chile, Italia, Alemania y Suiza.
Los 100 autos clásicos sport se estacionaron alrededor del Centro Cívico en Bariloche esta tarde mientras los turistas y los locales no podían ocultar su fascinación y no se cansaban de tomar fotografías. Pasadas las 17.30, arrancó la larga simbólica que dio comienzo a tres jornadas de recorridos por la región cordillerana.
La tradicional Mil Millas, organizada por el Club Automóvil Sport, alcanzó las 35 ediciones consecutivas, con la excepción del año de la pandemia. En esta ocasión, el evento contó con la participación de 100 tripulaciones al volante de vehículos fabricados desde los años 20 hasta 1984, conforme a las regulaciones de la Federación Internacional de Vehículos Ancianos (FIVA).
En esta ocasión, se anotó desde un Amilcar, un automóvil francés de 1927 hasta una Ferrari de los 80. También participa el Lancia Delta Integrale con el que el cordobés Jorge Recalde ganó el Campeonato Mundial de Rally, convirtiéndose en uno de los seis pilotos no europeos en ganar una carrera. Entre medio, hay un abanico de todo tipo de autos propiedad de conductores de Salta, Córdoba, Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe, Estados Unidos, Suiza, Italia, Alemania y Chile.
«El evento es un clásico y el más importante de América. Forma parte del calendario de la FIVA«, sintetizó Daniel Claramunt, director ejecutivo de las Mil Millas.
La idea de una competencia de autos clásicos en Argentina comenzó en la década del 80. Por aquel entonces, su padre era presidente del Club Automóvil Sport y participó, junto a Lorenzo Barra, de las 1000 Miglia, el evento que atraviesa Italia de este a oeste, uniendo los dos mares del Adriático al Tirreno. «En una noche de copas, se preguntaron: ‘¿Por qué no lo hacemos en Argentina?’. Así comenzó la historia en 1989: en ese momento, se largaba de Buenos Aires hacia Córdoba. Y fue tomando auge hasta 1996 cuando nos mudamos a Patagonia donde pasó a ser un evento internacional», indicó.
Cupo de cien participantes en el Mil Millas en Bariloche:
A lo largo de tres jornadas, los competidores recorrerán un total de 1.300 kilómetros, con desafiantes pruebas de regularidad y precisión, poniendo a prueba la calidad de los vehículos y su destreza para no recibir penalizaciones.
«Este año solo inscribimos a 100 participantes. Tuvieron prioridad los autos más antiguos. Algunos quedaron afuera. El motivo es el tráfico, una catástrofe no solo en Bariloche sino en la zona. La caravana es tan larga que se termina haciendo extensa. En algún momento, siempre la agarra el horario pico», indicó. «Por eso -agregó-, hicimos un cupo de cien participantes con una largada temprano. De esta forma, podemos manejar mejor la situación».
Las pruebas son de regularidad y precisión y habrá un ganador. «Son en total 90 pruebas. Por cada centésimo de error respecto al tiempo es un punto en contra. Quien gana hace de promedio tres centésimas», detalló.
Al comienzo de la competencia, los italianos solían resultar ganadores. Hoy, los organizadores, compiten de igual a igual de igual a igual.
Durante las tres jornadas, los autos salen y regresan al hotel Llao Llao, al oeste de Bariloche. La primera etapa consiste en un recorrido por la ruta 23, Villa La Angostura hasta el límite con Chile. La segunda etapa llega hasta San Martín de los Andes, Junín de los Andes y Alicurá. Mientras que la tercera y última etapa, el sábado, implica un recorrido hasta El Bolsón.
«Hay inconvenientes mecánicos de todo tipo. Hay que tener en cuenta que son autos muy antiguos. De modo que los conductores vienen con mecánicos de asistencia«, explicó.
Destacó que «tiempo atrás, todo el evento se desarrollaba en el Llao Llao. Hoy, lo trasladamos al Centro Cívico donde se arma un parque cerrado para que la gente pueda disfrutar de los autos.Es impresionante la reacción de la gente al ver estos autos no se ven todos los días».
Claramunt participó varios años de la competencia y desde hace cinco, se sumó como organizador del evento. «Consideramos que al evento le faltaba integrarse a la comunidad en todos los sentidos. Tiempo atrás, la organización venía de Buenos Aires; hoy excepto yo, todos los que trabajan son de la zona. El recurso humano es local», señaló.
Además, parte de lo recaudado es donado no solo al Banco de Alimentos sino a la Fundación Challenger de Bariloche, la asociación Puentes de Luz, de San Martín de los Andes, el Fondo Alimenticio de Villa La Angostura y la escuela 181 de El Foyel. Este año, también, se donaron 100 rosales al Centro Cívico de Bariloche.
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