Panchos Charly: la historia detrás del carrito de panchos más elegido en la noche de Neuquén
Miles de anécdotas guarda este histórico carrito que llenó miles de bocas luego de una noche de baile.
Por muchos años estuvo ubicado en Avenida Argentina y Roca. Con el tiempo, se movió a Carlos H Rodríguez e Yrigoyen. Lo que nunca cambió fue la misión de Panchos Charly en Neuquén: ser el carrito nocturno que atiende a cientos de jóvenes hambrientos que salen del boliche.
Alex se topó con la historia de este emblemático carrito casi de casualidad. El empleado que ahora pasa sus noches en el puesto de panchos contó que hace solo dos meses trabaja ahí. Sin embargo, fue tiempo suficiente para descubrir que Panchos Charly no es solo un carrito de comida, sino un verdadero símbolo de la noche neuquina.
La primera vez que se vio rodeado por un grupo de jóvenes hambrientos, pensó que sería solo otra noche de trabajo. Lo que no esperaba era que se acaben los panchos a las seis de la mañana. La gente empezó a hacer fila, hasta que uno le dijo en forma de chiste que ‘le iba a dar vuelta el carrito’. Casi sin querer, comenzó a entender la razón de ser de Panchos Charly.
Es que son muchos los años que tiene este carrito en la ciudad. Fundado por Eduardo Salguero hace más de 15 años, durante el 2009 y 2010, se formaron grupos en Facebook de fanáticos del carrito. Allí, mucho se sacaban fotos con él o con los panchos y la subían a redes sociales.
«Vine de Roca a trabajar y un amigo me consiguió este laburo. Apenas empecé me di cuenta que era muy famoso«, contó Alex.
«Las personas que vinieron a comprar un pancho siempre me contaron algo del carrito, por ejemplo que antes estaba en la esquina y hoy está acá», relató. «Todos tienen alguna historia de Charly para contar, como que se hacen filas larguísimas o se junta mucha gente», agregó.
Cuando las luces de los boliches comienzan a apagarse y se escuchan las últimas canciones que anuncian la despedida a los fiesteros, Panchos Charly se convierte en el centro de la acción. Los jóvenes se acercan en grupos, con la energía de una noche de baile, y se forman en fila para esperar el famoso pancho de la madrugada.
Es que Charly es el elegido por muchos que salen del boliche. Abre de siete de la tarde a siete de la mañana. Alex comentó que hay más actividad a partir de las 11. «A las cuatro es cuando hay mucho movimiento«, indicó.
A pesar de que está hace poco, Alex ya cosecha cientos de anécdotas. «La primera vez me pasó que muchos me vinieron a reclamar porque se me terminaron los panchos«, relató. «Todos empezaron a hacer fila, pero les tuve que decir que no tenía más», agregó.
«Me pasó también que otros me preguntaban dónde estaba Charly, que había que llamarlo porque no podía ser que no tenga más panchos», agregó.
Los viernes, sábados y feriados son los días que más gente llega a buscar el famoso pancho. «El feriado pasado todos salían del boliche o venían desde el río y se llenó», señaló Alex.
Acerca de la oferta, indicó que venden panchos y gaseosa. Para agregar hay salame, salsa golf, ají, papas fritas y más. «De las cosas más raras algunos piden aceitunas y fugazetta«, contó. Sin embargo, el más pedido es «el clásico». «Con mayonesa, mostaza y papitas y queso parmesano arriba. Siempre tiene que estar el parmesano», aseguró Alex.
A pesar de las largas jornadas y el intenso movimiento, Alex asegura que el trabajo en Panchos Charly tiene algo especial. “A veces es aburrido cuando no hay gente, pero cuando se llena está re bueno«, manifestó.
Panchos Charly, con su eterna fila de jóvenes hambrientos y su ambiente de anécdotas nocturnas, sigue siendo una constante en la vida de los neuquinos. Y aunque Alex lleva poco tiempo ya sabe que más allá de los panchos, el ingrediente más importante de este emblemático carrito es su comunidad.
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