La necesidad de construir desde nuevas masculinidades
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el concepto nos da la chance de reducir la violencia estructural, promoviendo igualdad, respeto y corresponsabilidad.
*Alan Molíns, licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Facilitador en prevención de violencia de género.
Ante un flagelo incesante que ataca a nuestra sociedad con cifras alarmantes y en crecimiento, un nuevo enfoque sobre nuestros vínculos y relaciones puede traernos respuestas y soluciones.
El 2025 y la telaraña política
El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer; fecha establecida por la ONU con el objetivo de sensibilizar sobre la violencia y establecer agendas de políticas públicas que apunten a su erradicación.
Nuestro país enfrenta desde hace muchos años una situación crítica en el tema, y aunque se ha avanzado en la implementación de leyes importantes como la Ley Micaela (Que establece la capacitación obligatoria en género y violencias para personas que trabajan en el Estado) y la Ley 26.485 de Protección Integral; la violencia de género sigue siendo una realidad constante, presente y creciente.
1. Datos preocupantes
Cada día se registran más casos y las estadísticas arrojan datos preocupantes, durante el 2023 se registraron al menos 322 femicidios, equivalente a un promedio de una mujer asesinada cada 27 horas, un 74% de las víctimas tenía algún vínculo con el agresor, siendo generalmente una relación sexoafectiva, en el contexto del hogar. En este año 2024, la situación sigue siendo muy grave con 225 femicidios registrados.
Este difícil contexto nos marca una urgencia en comprender que necesitamos de todas las herramientas disponibles que como sociedad podemos utilizar para comenzar a obtener soluciones, generando cambios culturales y estructurales que protejan a las mujeres.
2. Las Nuevas Masculinidades: Repensarnos es parte de la solución.
La noción y promoción de las nuevas masculinidades resulta un remedio esperanzador, ya que desafía los estereotipos tradicionales de masculinidad asociados a la dominación, la agresividad y la falta de empatía, proponiendo modelos más igualitarios, respetuosos y solidarios, ya que se trata de un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que promueven la igualdad de género, el respeto por la diversidad y la construcción de relaciones más saludables y equitativas.
3.Bueno, pero ¿qué puedo hacer; cómo puedo ser parte?
Debemos comprender que somos hombres por medio de una construcción social, y la violencia se basa en el poder de dominio y control que algunos hombres ejercen en las relaciones con las mujeres, incluso con otros hombres.
El poder y la violencia no son atributos naturales, son el resultado directo de la construcción social de la masculinidad, que se nos impone por una serie de Mandatos (Reglas sociales que nos enseñan a los hombres sobre cómo “debemos” comportarnos) y Costos (Consecuencias negativas que enfrentan los niños y adultos por intentar cumplir con los estereotipos de “cómo debe ser un hombre”) que conlleva esta masculinidad tradicional.
Entonces, podemos trabajar en pequeños grandes hábitos y costumbres que se van a ver reflejados en un resultado positivo en medio de este gran problema, con diferentes acciones y nociones como: La deconstrucción de estereotipos, cuestionando las ideas que tenemos aprendidas sobre lo que significa ser hombre; la promoción de la igualdad, valorando las diferencias entre géneros, haciendo una sociedad más equitativa; el desarrollo de la empatía, poniéndonos en el lugar del otro comprendiendo sus sentimientos; la construcción de relaciones saludables, basadas en el respeto mutuo, la comunicación y la colaboración; y la corresponsabilidad, compartiendo las tareas del hogar con nuestra pareja y la crianza de los hijos, de manera equitativa.
4. Hacia un comprometido trabajo personal y en comunidad.
Ser conscientes y proactivos del rol que los hombres tenemos en la sociedad respecto a la violencia de género, nos permite transformar este grave flagelo en una posibilidad para el cambio. Las nuevas masculinidades nos brindan la oportunidad de reducir la violencia estructural hacia las mujeres promoviendo la igualdad, el respeto y la corresponsabilidad, sólo así logrando generar un cambio cultural profundo y duradero.
Estas son herramientas fundamentales para prevenir la violencia de género y construir una sociedad más equitativa.
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