Damascos: cuándo conviene plantarlos y tres trucos para lograr una cosecha espectacular
Tener un damasquero en tu jardín no solo te regala frutos dulces y deliciosos, sino que también añade un encanto especial con su frondosa copa y delicadas flores. Estos árboles, conocidos por su resistencia y belleza, se adaptan bien a diversos climas, convirtiéndose en una excelente opción para quienes buscan disfrutar de una cosecha casera llena de sabor.
En Argentina, los damasqueros son especialmente valorados en regiones con inviernos definidos y veranos cálidos, como en la Patagonia, el Cuyo y las zonas serranas. Sin embargo, con los cuidados adecuados, también pueden prosperar en otras partes del país. Si querés saber cuándo y cómo plantar un damasquero, además de algunos trucos para garantizar una cosecha abundante, seguí leyendo.
¿Cuándo plantar un damasco?
El momento ideal para plantar damasqueros es durante el otoño o el invierno, cuando el árbol está en reposo vegetativo. Este periodo permite que las raíces se adapten al suelo antes de que llegue la primavera, momento en el que el árbol empezará a brotar con fuerza.
Si comprás un damasquero joven en viveros, podés plantarlo incluso en primavera o verano, siempre que tengas cuidado con el riego y el sol. Elegí un ejemplar con raíces bien desarrolladas y asegurate de proporcionarle un suelo enriquecido y bien drenado. Así le darás un buen comienzo para crecer y producir frutos saludables.
Tres trucos para una cosecha espectacular
- Elegí el lugar correcto
Para que un damasquero prospere, necesita al menos seis horas diarias de luz solar directa. Buscá un lugar con buen drenaje y evitá zonas donde el agua pueda acumularse. Si el terreno no es ideal, trabajalo previamente con compost o estiércol bien descompuesto para enriquecer el suelo y mejorar su estructura. - Dale una poda estratégica
La poda es esencial para el desarrollo del damasquero. Durante el invierno, realizá una poda de formación para eliminar ramas secas o cruzadas y mejorar la estructura del árbol. Esto permitirá una mejor entrada de luz y aire, favoreciendo la producción de frutos. En verano, podés hacer pequeñas podas de mantenimiento eliminando brotes que desvíen energía innecesaria. - Nutrilo correctamente
Los damasqueros necesitan nutrientes específicos para florecer y dar frutos. Durante la primavera y el verano, aplicá fertilizantes ricos en fósforo y potasio, que son claves para la floración y fructificación. También podés usar abonos orgánicos como harina de huesos o compost casero. Evitá el exceso de nitrógeno, ya que favorece el crecimiento de hojas en lugar de frutos.
Cuidalo de plagas y enfermedades
Para mantener tu damasquero sano, es importante estar atento a posibles plagas como pulgones o arañuelas, especialmente en verano. Podés protegerlo con productos naturales como jabón potásico o aceites vegetales, que son efectivos y amigables con el medioambiente.
Aunque los damasqueros pueden tardar algunos años en dar frutos, la espera vale la pena. Una vez que comiencen a producir, disfrutarás de damascos frescos, jugosos y perfectos para consumir directamente o preparar mermeladas y postres. Con un poco de paciencia y dedicación, este árbol se convertirá en una fuente constante de sabor y un orgullo para tu jardín.
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