Visitaron la Unidad 12 de Neuquén y registraron sobrepoblación, falta de ventilación y comida de mala calidad
La cárcel tiene un cupo para 36 personas y actualmente hay 41. De las 16 celdas relevadas, sólo siete poseen ventanas.
La U12 está en Venado Tuerto y Matheu de Neuquén capital. Foto Matías Subat.
El Comité contra la Tortura de Neuquén recorrió la Unidad 12 (U12), ubicada en el barrio San Lorenzo, para relevar las condiciones de detención de los presos. ¿Con qué se encontró? Sobrepoblación; escasa o nula iluminación natural en algunos espacios; ausencia de vidrios en las ventanas; presencia de cucarachas, hormigas, lauchas; deterioro o inexistencia de grifería y sanitarios; comida deficiente; dificultades para el acceso a la salud y el trabajo.
El monitoreo se realizó el 18 de junio pasado, después de la declaración de emergencia carcelaria. Justamente la función del comité es visitar los lugares de encierro con el fin de prevenir los tratos inhumanos y degradantes.
El organismo comenzó a funcionar en el último trimestre de 2023. Hasta ahora sus integrantes relevaron la Unidad 11, 13 comisarías de la región Confluencia y la cárcel de mujeres.
Cada uno de los informes son públicos y se envían a las autoridades.
Cupo excedido
En total el comité entrevistó a 26 detenidos, en sus respectivas celdas, conversó con el jefe de la unidad, con el personal a su cargo, con los responsables de las áreas de Salud, Trabajo, Educación y Revisión de visitas y paquetería (la requisa).
Sus integrantes recorrieron todas las instalaciones del establecimiento: pabellones, celdas, patios internos, talleres, áreas educativas, de salud, trabajo, tanques de agua. La inspección fue sorpresiva.
La unidad tiene un cupo para 36 personas y en aquel momento había 41. De las 16 celdas, sólo siete contaban con ventanas, y únicamente dos tenían todos sus vidrios o acrílicos completos. En aquellas donde faltan se utilizan frazadas y nylon para aislarse de las temperaturas extremas, tanto bajas como altas.
Durante la inspección, el comité comunicó de manera urgente al ministerio de Seguridad una situación de peligro inminente relacionada con un problema eléctrico en el pabellón 4. La avería estaba localizada en la caja de electricidad empotrada, que alberga las llaves térmicas y un disyuntor, cuya base se encontraba inundada.
En cuanto a la presencia de vectores infecciosos, en todos los pabellones relevados se denunció y/o constató una infestación por cucarachas.
En los pabellones hay baños de uso colectivo que cuentan con dos o tres inodoros cada uno, sumando un total de nueve para toda la población de la unidad. De estos, solo siete están en funcionamiento. En el pabellón 2, el baño no tiene puerta que garantice la privacidad. En cuanto a la grifería, hay nueve canillas disponibles, pero seis están operativas. Cada baño colectivo tiene una ducha; una funciona, siendo además la única que cuenta con una cortina.
No pasar hambre
Al igual que en el resto de las unidades relevadas por el comité, la alimentación en la U12 es de pésima calidad. La comida es provista por empresas de viandas, pero los detenidos comen los que les llevan sus familiares, y comparten con el resto porque no está en buenas condiciones.
Sólo dos de los 26 dijeron que la consumen todos los días porque no les queda otra opción para no pasar hambre, y lo que hacen es reciclarla: sacan el trozo de pollo que contiene y elaborar con ello una comida diferente.
Según los testimonios, las viandas constan la mayoría de los días de guisos de fideos o arroz, acompañado generalmente de pollo, y una o dos veces por semana contiene algo de verdura, con la misma frecuencia reciben frutas.
Ninguna de las personas trabaja en las condiciones en las que prevé la ley 24.660. Hay un mínimo porcentaje de prácticas laborales autogestionadas entre ellas y sus familiares, y realizan tareas en el marco del Programa de Laborterapia.
En lo que respecta a la salud, se observan las mismas dificultades que en la cárcel de mujeres: al no contar con médicos propios y tener que acudir a la U11 o a los hospitales la atención se torna deficiente, ya sea por los procesos burocráticos para obtener un turno, o por la dificultad en el traslado ante la falta de móviles.
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