Aunque «la recesión ha terminado», la construcción sigue un 25% abajo que un año atrás

La frase fue pronunciada por el presidente Milei esta semana. Pese al gran presente de Vaca Muerta y la buena campaña gruesa del agro, hay sectores cuyo nivel de actividad aún dista de los niveles previos al cambio de gobierno.

La construcción se recuperó en septiembre un 2,4% con respecto a agosto, en términos desestacionalizados. Sin embargo, la actualidad de uno de los motores económicos de la Argentina está lejos de ser bueno.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informó que en septiembre de 2024 el nivel de actividad de la construcción se encontraba un 24,8% por debajo del que tenía un año atrás, y que en los primeros nueve meses acumula una contracción interanual del 29,5%. Pese a la recuperación «mes a mes», el momento de la construcción en Argentina sigue siendo crítico.

La paralización de la obra pública y el fuerte encarecimiento en dólares del costo de la construcción, sucedida tras el salto inflacionario entre diciembre y marzo, son las principales razones de la abrupta contracción de este sector clave.

Los rubros de la construcción donde mayores caídas interanuales se observaron en septiembre fueron artículos sanitarios de cerámica (-47,4%), mosaicos graníticos y calcáreos (-44,2%) y hierro redondo y aceros para la construcción (-36,5%).

«La recesión ha terminado», dijo Milei


La confirmación de estos duros datos oficiales se dio el mismo día que el presidente Javier Milei afirmó que «la recesión ha terminado y el país ha comenzado a crecer» y que «los estimadores de actividad económica dan igual agosto que diciembre». Las sentencias son ciertas, pero constituyen generalizaciones.

Las caídas del producto bruto interno (PBI) y del estimador mensual de actividad económica (EMAE) han sido suavizadas por el fuerte repunte de la actividad agrícola. La benévola meteorología en la zona núcleo ha posibilitado que los rindes y volúmenes obtenidos en la última campaña gruesa se hayan incrementado con inusual fuerza.

Por el contraste con la histórica sequía de la temporada anterior, el crecimiento interanual del agro ha sido espectacular, lo que ha magnificado el efecto amortiguador sobre la contracción de los índices globales de actividad económica.

Otro sector que ha contribuido a atenuar la caída del PBI es el de minas y canteras, que incluye a la pujante Vaca Muerta.

Otro sector que ha contribuido a atenuar la caída del PBI es el de minas y canteras, que incluye a la pujante Vaca Muerta. Los elevados precios internacionales del petróleo crudo, el contexto geopolítico y los excelentes índices de productividad de las explotaciones no convencionales que se realizan allí hacen que el presente de la cuenca neuquina sea brillante.

En paralelo, hay otros sectores que continúan operando en niveles sumamente deprimidos, entre ellos la construcción. Las esperanzas para esta actividad radican en que la expansión de los créditos hipotecarios y la inclusión de los proyectos inmobiliarios como posible destino de los capitales que se adhieran al blanqueo permitan recuperar el terreno que se perdió con el freno a la obra pública.

Otro sector clave que sigue muy resentido es el de la industria. Su nivel de actividad en septiembre pasado era un 6,1% menor al que tenía un año atrás, y en los primeros nueve meses del año acumuló una contracción del 12,7%. El achicamiento del mercado interno por la pérdida de poder adquisitivo es la causa principal.


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