La foto con la que un diputado quiere probar que los presos «comen medialunas todos los días» en Neuquén
Alberto Bruno dijo que recibió "una denuncia anónima" y que "tiene pruebas". Su bloque presentó un pedido de informes al ministerio de Seguridad.
El diputado Alberto Bruno, de Fuerza Libertaria, aseguró que las personas privadas de su libertad en Neuquén «comen medialunas todos los días». Desde el Comité contra la Tortura invitaron al legislador a «visitar al azar cualquier comisaría o unidad de detención para comprobar que es una falsedad absoluta».
Bruno acompañó con su firma un pedido de informes de su compañera de bloque, María Cecilia Papa, para que el ministerio de Seguridad informe los detalles del presupuesto asignado a la alimentación de las personas privadas de su libertad e identifique a las empresas proveedoras.
Papa elaboró su informe a partir del minucioso relevamiento del Comité contra la Tortura en tres Unidades de Detención y en 13 comisarías, que permitió detectar que «el tema de la alimentación es, junto con el hacinamiento general y las pésimas condiciones de habitabilidad, el mayor problema».
Sin embargo, Bruno sorprendió con sus declaraciones públicas sobre la supuesta dieta de los internos.
Información anónima
Consultado por diario RÍO NEGRO, el diputado dijo que la información le llegó «de manera anónima». También aseguró que como prueba tenía fotos de las medialunas, pero no las quiso compartir porque «aparece la empresa proveedora y no la quiero escrachar».
Ante la insistencia de este medio envió una foto en la que aparecen tres medialunas y media. Cuando se le dijo que la imagen no tiene ningún contexto, respondió que es un recorte para que no se vea la marca.
También se le preguntó si podrían ser facturas llevadas por familiares durante la visita, y lo negó de plano pero sin explicar cómo le constaba.
Bruno dijo que «mi intención no es estigmatizar a los presos, por mí que coman medialunas todos los días, pero que los chicos de los comedores también reciban alimentos de calidad».
«Absolutamente falso»
Pablo Scatizza, integrante del Comité contra la Tortura, afirmó por su parte que «es absolutamente falso lo que dice el diputado, es evidente que no fue nunca a una unidad de detención o una comisaría».
«Lo invito a que vayamos al azar, a cualquiera, a ver las pilas de viandas que se ponen feas porque no las comen», agregó. «Entrevistamos a más de 300 personas privadas de su libertad y el 90% no la consumen porque es ácida, se fermenta porque la empresa las cocinan a la mañana y las dejan para todo el día».
El relevamiento que el Comité Contra la Tortura realizó en la Unidad 11 entre febrero y abril -y que está en poder de la Legislatura- señala, en el apartado Alimentación: «La comida es provista por empresas de viandas y servicios, que llevan la misma una vez al día. Dicha vianda consiste en la provisión de un saquito de té o mate cocido y un sobre de azúcar a modo de desayuno y merienda, y dos bandejas con comida, una para el almuerzo y otra para la cena».
El reciclado de las viandas
De todas las personas entrevistadas, «solo 30 indicaron que la consumen, coincidiendo que lo hacen porque no les queda otra opción para no pasar hambre, y que cuando la consume, (como en aquellos casos en que declararon consumirla “a veces”) lo hace no directamente de la vianda, sino reciclando luego de sacarle el trozo de pollo que contiene y elaborar con ello una comida diferente. En tal sentido, destacaron la solidaridad de muchas de las personas que reciben comida de sus visitas y la comparten, o bien se organizan para cocinar de manera colectiva recuperando lo que se pueda de la vianda y recocinándola con lo que tienen a su alcance».
El pedido de informes que presentaron Papa-Bruno dirigido al ministro Matías Nicolini solicita un detalle de las «partidas específicas y los montos destinados a la alimentación en unidades de detención y comisarías; los gastos por tipo de alimento, incluyendo frescos y envasados; las empresas proveedoras de las viandas, los contratos vigentes y los criterios de selección de los proveedores; los procesos de adquisición de alimentos y cualquier mecanismo de control de calidad implementado».
El Comité Contra la Tortura pidió tres veces esa información sin obtener respuesta.
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