El adiós a un histórico comercio de Roca: Gladis y Oscar bajan las persianas tras 30 años

El local ubicado en Avenida Roca 1171 cerrará el 16 de noviembre.

Después de más de 30 años de servicio, el comercio Tecno G&M ubicado en Roca, se despide. Una pareja al servicio de sus clientes. La historia detrás de la noticia.

Con la misma dedicación con la que comenzó en el año 1991, los fundadores, oriundos de la zona y apasionados por el rubro, han decidido poner fin a una etapa marcada no solo por un proyecto familiar, sino por el vínculo indiscutido con sus clientes roquenses que hoy se despiden agradeciendo la atención cercana y personalizada que caracterizó a este local.

Gladis Martín y Oscar García fundaron Tecno GyM en el año 1991. Sin embargo, la historia del local se remonta años atrás. Ambos nacieron y se criaron en Roca. «Estudiamos en la Universidad del Comahue y los dos somos ingenieros industriales«, contó la dueña del local.

Su camino por el comercio comenzó mientras trabajaba en la Universidad. «Yo conseguí un trabajo en una electrónica y el dueño se mudó a Buenos Aires. Nos quiso vender el fondo de comercio, pero nosotros estábamos dispuestos a abrir nuestro propio negocio«, relató.

Los papás de Oscar les dieron un espacio de su casa para comenzar con el proyecto. «Lo hicimos en el frente de la casa y abrimos en el año 1991«, señaló Gladis.

En un lugar estratégico y céntrico de la localidad se levantó Tecno GyM, que cosechó cientos de clientes que hasta el día de hoy siguen buscando los productos. «Seguramente todos lo conocían más por –La Renga– que por el nombre», expuso Gladis. «Los argentinos estamos acostumbrados a calificar y como yo tengo una dificultad motriz, lo nombraban así», explicó.

Cierra el 16 de noviembre. Foto: Juan Thomes.

En 1993 los dueños armaron un primer piso en local que funcionaba como taller y depósito. Además de vender productos de electrónica, reparaban televisores y arreglaban radios. «Al principio yo era la que hacía la parte de audio y mi marido hacía la parte de televisión. Después yo ya dejé de reparar Oscar hacia las dos cosas», narró la dueña.

Oscar se encargó de la reparación y Gladis de la atención al cliente. Así fue durante 30 años hasta que llegó la pandemia. «No queríamos tener a nadie más en el taller porque es una complicación, teníamos que tener mucho control sobre lo que se hacía y la idea siempre fue que trabajar cómodos y tranquilos«, contó. Luego de la pandemia, el equipo dejo de reparar y se dedicó solo a la venta.

Durante tres décadas Gladis no solo se encargó de atender a los clientes, sino que lo que más le gustaba era transmitir sus conocimientos. Desde Villa Regina hasta Fernández Oro llegaban los estudiantes al comercio de Gladis y Oscar.

«Di clases en la universidad y en colegios secundarios... me quedó un poco el alma de maestro», dijo. Por eso, lo que más disfrutó durante estos años fue «atender a los chicos de las escuelas técnicas». «Lo que me interesaba era que aprendan. Se deben acordar porque los retaba siempre que no sabían las cosas», comentó entre risas.

Lo más lindo es que hoy «los primeros chicos que venían, ahora vienen con sus propios hijos», contó la dueña de Tecno GyM.

A pesar de que su clientela favorita eran los estudiantes, la gente llegaba desde todos lados a comprar alguna pieza electrónica. «Hay gente que quiere cablecitos, a veces técnicos que necesitan cosas específicas, circuitos integrados, electrolíticos y más«, relató Gladis.

La ingeniera industrial comentó que nunca falta la persona que viene a buscar «el coso del cosito». «A veces llega gente que te da toda la información lo mejor que puede para que entiendas y hay gente que te dice -usted es el que sabe-, pero yo no sé qué es lo que el cliente quiere«, explicó.

Tecno G&M no solo se convirtió en un referente para los vecinos de Roca. Durante décadas, fue el lugar donde acudían instituciones de toda la región. El hospital de Los Menucos, los bomberos de Regina, y otros municipios y clínicas de ciudades cercanas confiaban en el equipo para sus necesidades.

Gladis relató cómo, muchas veces, algún cliente institucional le enviaba un mensaje para coordinar el retiro de un equipo, confiados de que el servicio sería siempre de la mejor calidad. “Saber que van a extrañar el negocio es lo que más nos pesa”, confeso.

El cierre no fue una decisión fácil. A lo largo de los años, la idea de bajar las persianas fue tomando fuerza, sobre todo a partir de la pandemia, cuando se complicó la obtención de materiales. En ese momento pensaron en cerrar, pero querían esperar que su empleado, Carlos, se jubile.

Oscar, Gladis y Carlos. Foto: Juan Thomes.

«Dijimos que cuando Carlos se jubile íbamos a cerrar, pero se jubiló y nosotros seguimos«, contó. Sin embargo, Gladis comentó que la decisión se reafirmó tras enfrentar situaciones personales recientes que terminaron por definir que era hora de decir adiós.

«No tenemos recambios generacionales y ya somos lo suficientemente grandes para dejar de trabajar y poder disfrutar. Yo trabajé 44 años en el rubro, es bastante tiempo», expuso.

La dueña comentó «la gente está mucho más preocupada por el cierre que nosotros». Al contar la noticia en redes sociales, la publicación se llenó de comentarios con anécdotas y deseándoles lo mejor para lo que se viene.

Gladis aseguró que para ellos, es «un alivio», darle un cierre a esta era. «Estoy tranquila porque ya es una etapa cumplida», expresó.

Tecno GyM bajará las persianas el 16 de noviembre y, aunque se llevan muchos recuerdos que probablemente generarán nostalgia, lo harán con la satisfacción de un proyecto cumplido que duró más de tres décadas y se convirtió en un emblema de la localidad.


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