Preocupación en Patagonia por el aumento de guanacos: productores denuncian una pérdida del 30% de ovejas

Desde el INTA evalúan los impactos y destacan la posibilidad de aprovechar la carne de la especie.

El incremento poblacional de guanacos en Río Negro, Chubut, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego despierta la atención de investigadores desde hace años. Pero en el último tiempo, los productores denuncian una pérdida del 30% de ovejas en la Patagonia y exigen medidas para controlar la población de guanacos.

Dos años atrás, las federaciones rurales de la Patagonia se reunieron en Comodoro Rivadavia para plantear la problemática. «Quisimos poner el tema en agenda con las autoridades nacionales y provinciales a fin de encontrar un sistema que permita un equilibrio entre la producción ovina y el incremento poblacional de guanacos«, relató el productor Osvaldo Luján, presidente de la Federación de Sociedades Rurales de Chubut.

Agregó que hay un crecimiento exponencial de los guanacos que supera ampliamente a las ovejas. En este sentido, advirtió que «no vamos contra la fauna, pero creemos que es necesario hacer un control del crecimiento poblacional dado que hoy corre peligro la producción ovina y la desertificación de la Patagonia«.

Lujan mencionó un crecimiento vegetativo estimado en 250 mil guanacos por año. «En su momento, había un control natural: se vendia el cuero del guanaco y eso daba lugar a la caza. Esto hoy está prohibido por la protección de la fauna», dijo.

Luján planteó la necesidad de buscar alternativas para evitar el deterioro de los campos. «Los guanacos se van trasladando y el stock ovino en la Patagonia se ha reducido en un 30%. Sin embargo, no está vinculado solo a los guanacos sino también al aumento de predadores como zorros, perros y jabalíes», indicó.

Recalcó que las autoridades están tomando conciencia respecto a la necesidad de implementar políticas para alcanzar soluciones. «La población de guanacos sigue creciendo y el pastizal no es ilimitado. Los recursos son finitos. Debe haber un método de control que nos permita ser sustentables en la producción como en el mantenimiento de la fauna», manifestó.

Conservación o producción de guanacos en la Patagonia:


La ingeniera agrónoma Carla Cepeda, del Departamento de Recursos Naturales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Santa Cruz, aseguró que el guanaco forma parte de los proyectos del organismo desde hace más de 20 años. «Siempre apuntamos a la convivencia de la ganadería ovina con la silvestre y la interacción de ambos con los pastizales», señaló.

Una teoría, mencionó, plantea que «los guanacos, al haber coevolucionado con los pastizales de la Patagonia, no generan impactos negativos en los ambientes negativos que habitan. Es decir, si el guanaco es de acá y la oveja es introducida, el primero no tendría por qué generar un impacto en los pastizales».

Cepeda inició un trabajo de investigación en una zona de Santa Cruz durante 5 años que confirmó que «sí hay un impacto del guanaco sobre los pastizales«. Parte del estudio fue publicado por una revista científica de botánica experimental.

Gabriel Oliva, doctor en Ciencias Biológicas y coordinador de Investigación del INTA Santa Cruz, insistió en que este estudio permitió demostrar que «al sacar los guanacos, el pastizal se recupera. Además, aumenta la biodiversidad, mejora la cobertura, el reciclaje y los nutrientes«.

«Durante 100 años, hubo sobrepastoreo de ovejas en altas cargas, cuando comenzó el parque nacional, se retiraron los animales y hubo un descanso de los pastizales. Después de unos años, la cantidad de guanacos fue equivalente a lo que había de ovejas -o más-. El efecto de los guanacos es similar al que vemos de las ovejas desde hace 30 años«, planteó el investigador.

Oliva desestimó que la presencia del guanaco impacte en la desertificación de la Patagonia. «El problema es que las estancias tienen hoy otro herbívoro que duplica la carga y esos pastizales están en peligro. El guanaco tiene la habilidad de que, cuando escasean los mejores pastos, se van a pastizales de menor calidad. Se defienden mejor«, advirtió.

Cepeda insistió en que la densidad poblacional del guanaco es «solo un parámetro» ya que estos animales no se distribuyen de manera homogénea. «Hay sitios en mayor riesgo que otros. No es que la Patagonia se va a degradar de forma inmediata porque los guanacos están extendidos. Tienen sitios de preferencia, hay algunos sitios de sobrecarga y otros que no», aclaró. Dijo que no se pretende apuntar la discusión a «producción o conservación».

Por otro lado, la ingeniera agrónoma destacó la modificación del plan de manejo del guanaco por parte del gobierno nacional que admite «un aprovechamiento de la especie (a través de la fibra, la carne o subproductos), dándole potestad a las provincias para definir las estrategias en el manejo de la especie». «En nuestro caso, estamos haciendo estudios con respecto a la fuente de proteina de la carne del guanaco«, concluyó.


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