Masacre de pingüinos en Punta Tombo: «los pichones murieron tapados por la tierra»

Segunda jornada del histórico juicio oral en Rawson. Un doctor en biología hizo un relevamiento horas después de que una maquinaria pesada arrasara la zona donde anidan cientos de ejemplares. Declaró sobre lo que vio, filmó y fotografió.

En la pantalla, el doctor en biología Pablo García Borboroglu proyectó un video que tomó el 26 de noviembre del 2021 a las 14, apenas horas después de que una máquina retroexcavadora arrasara la colonia en la zona de Punta Tombo. La sala de juicio miraba en silencio. En las imágenes se veía a un pingüino de Magallanes tratando de reanimar a dos pichones. García Borboroglu explicó: «estas aves pasan el 70% de su vida en el mar. Cuando están en tierra es el momento de mayor fragilidad. Aquí vemos que es un adulto macho que trata de revivir, de proteger a su cría. El cuidado parental hacia sus pichones es superior a tratar de preservarse él».

La escena fue una de las más impactantes que se vieron en la segunda jornada del juicio contra Ricardo La Regina, acusado de provocar un desastre ambiental en la zona protegida de Punta Tombo-Punta Clara, provincia de Chubut, la zona de nidificación de pingüinos de Magallanes más grande de Sudamérica.

Entre agosto y diciembre decenas de miles de ejemplares se congregan allí para reproducirse. En esos meses, en 2021, el imputado -según la acusación fiscal-abrió un camino de 900 metros de largo por 6 de ancho con una máquina retroexcavadora y arrasó con la colonia. El campo es de su propiedad, y quiere destinarlo a la cría de ganado vacuno y al turismo.

Pablo García Borboroglu fue convocado como experto cuando se descubrió el desastre. Concurrió con su equipo para filmar y dejar registro. Es doctor en biología, egresado Universidad Nacional de la Patagonia, investigador del Conicet, profesor asociado de la Universidad de Washington en Seattle, entre muchísimos otros títulos.

«Fue una barbaridad»


Describió, apoyado en las imágenes, «la barbaridad que sucedió en esta colonia». Dijo que el hallazgo de pichones muertos y del adulto tratando de revivirlo fue «uno de los momentos más duros» del recorrido.

Señaló que «los pingüinos de Magallanes se habitúan a la presencia humana, cuando el manejo de la colonia es el adecuado. Pero esta colonia era prístina, era muy difícil estudiarla, estaba intacta, no tenía presencia humana. Por eso me impactaba comprobar que pasó de no tener presencia humana a tener una maquina de 8 mil kilos durante tres meses impactando. Lo que veíamos era el cadáver de la colonia».

La causa de la muerte


El defensor de La Regina, Federico Ruffa, le preguntó si había hecho un estudio para determinar la causa de la muerte de los pichones y si pudo ser por causas naturales. El experto admitió que no realizó una autopsia, pero sostuvo la idea de que la causa fue porque los taparon con tierra.

García Borboroglu también se refirió al alambrado de seis hilos, con un boyero eléctrico, que dividió en dos a la colonia. «Era muy visible la perturbación de los animales, tenían que ir al mar y no sabían por dónde, tenían que volver y tampoco sabían. El alambrado era como una L, encerraba a la pingüinera en una época crítica, cuando los viajes de alimentación son muy cortos, tienen que ir y volver todo el tiempo porque la demora tiene impacto en la supervivencia» de las crías.


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