San Juan de Capistrano, la celebración católica del día: su vida y legado

Su compromiso con la justicia social y su defensa de los derechos humanos. Los detalles.

San Juan de Capistrano, un destacado santo franciscano del siglo XV, es venerado y recordado el 23 de octubre en el calendario litúrgico. Nacido en Capistrano, Italia, en 1386, dedicó su vida a la predicación del Evangelio y la defensa de la fe católica.

Juan de Capistrano fue conocido por su elocuencia y su fervor en la predicación, así como por su celo misionero. Viajó extensamente por toda Europa, exhortando a la gente a la conversión y a una vida más santa. Además, desempeñó un papel crucial en la reforma de la Orden Franciscana, promoviendo la observancia estricta de la regla original de San Francisco de Asís.

Su compromiso con la justicia social y su defensa de los derechos humanos lo llevaron a intervenir en asuntos políticos y sociales de su tiempo. Participó activamente en la defensa de la ciudad de Belgrado contra la invasión otomana en 1456, donde su liderazgo fue fundamental para la victoria cristiana.

El legado de San Juan de Capistrano perdura a lo largo de los siglos, recordándonos la importancia de la fe activa y el compromiso con la causa del Evangelio. Su ejemplo de valentía y dedicación nos inspira a seguir trabajando por un mundo más justo y fraterno, donde la verdad y la justicia prevalezcan.

En la festividad de San Juan de Capistrano, los fieles honran su memoria y buscan su intercesión, confiando en su poderosa intercesión ante Dios. Su vida nos enseña que, incluso en tiempos de adversidad, la fe y la confianza en Dios pueden guiarnos y fortalecernos en nuestro camino hacia la santidad.

Oración a San Juan de Capistrano


Cómo pedirle a San Juan de Capistrano: Esta es la oración para pedir su intervención
En el día de San Juan de Capistrano, esta es la oración para pedir su intervención:

Dios de Gracia, San Juan Capistrano fue encomendado por el Papa
a unir a los reyes de Europa contra los turcos invasores que deseaban eliminar a la cristiandad.
Tuvo éxito inspirándolos a poner su confianza en Ti.

Aunque San Juan Capistrano tenía setenta años, corrió al frente de batalla
y animó a los soldados levantando su crucifijo y gritando:
«¡Victoria, Jesús, Victoria!» El enemigo corrió despavorido.

Le pido que ore por mí cada vez que tengo oportunidad de animar a otros.
¡Dame palabras que inspiren la fe en el poder de la Cruz y
muéstranos cómo lograr lo imposible!
San Juan, ruega por nosotros. Amén.


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