Fallo clave: confirman la orden de captura para Jorge Chechile, el prófugo de Roca que mató al volante

Tras ser condenado hace 17 años, huyó a Brasil tras quedar firme la pena de tres años y medio de cárcel por la muerte de Paola Acuña. Un juez había declarado la prescripción de la pena, pero el STJ revocó esta decisión.

El Superior Tribunal de Justicia (STJ) anuló la sentencia que declaraba la prescripción de la pena de un prófugo por homicidio culposo. Consideró que su rebeldía impedía la extinción de la pena contra Jorge Chechile, el hombre de Roca que mató a una joven de Roca en un siniestro vial y huyó cuando la condena quedó firme.

La decisión involucra a Jorge Chechile, quien fue condenado a tres años y cinco meses de prisión, además de diez años de inhabilitación para conducir, por su responsabilidad en un siniestro vial con resultado de muerte y múltiples lesiones. La víctima fatal fue Paola Acuña, de Roca. 

Chechile fue condenado en 2012 por el entonces Juzgado Correccional N° 14, pero evadió la justicia después de que la sentencia fue confirmada. Permanece prófugo desde 2014.

A lo largo de estos años se llevaron a cabo múltiples intentos de captura, sin éxito. En 2024, la madre del condenado, asistida por un abogado, solicitó la prescripción de la pena. Argumentó que había transcurrido el tiempo suficiente para extinguir la condena. El ex Juzgado Correccional aceptó el pedido: declaró extinguida la pena y levantó la captura.

El Ministerio Público Fiscal y los querellantes apelaron esta decisión ante el STJ. Afirmaron que la prescripción de la pena no se podía aplicar mientras el condenado estuviera en rebeldía.

La Fiscalía sostuvo que Chechile había eludido deliberadamente la acción de la justicia y que, según la ley, en esas circunstancias no es posible computar los plazos a su favor para extinguir la condena.

El fallo unánime del STJ contra la prescripción de la pena de Jorge Chechile


El STJ, en una decisión unánime, aceptó el recurso de casación interpuesto por la Fiscalía y anuló la sentencia que extinguía la pena. Subrayó que la rebeldía de Chechile impide que se considere el plazo de prescripción de la pena.

Además de la jurisprudencia propia y de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, citó el artículo 144 del Código Procesal Penal (Ley P 2107), que ordena suspender el proceso y reservar el legajo hasta que “el rebelde comparezca, por propia voluntad o por la fuerza”.

En consecuencia, el STJ anuló la sentencia del Juzgado Correccional y reenvió la causa a Roca para que se mantenga la suspensión del proceso hasta que el condenado sea capturado o se presente voluntariamente ante el Poder Judicial. La orden de captura y la declaración de rebeldía de Chechile continúan vigentes.

“Quien se sustrae voluntariamente de la acción de la justicia que reclama su presencia, carece de derecho para impetrar, ante la autoridad que él ha desconocido, el cumplimiento de preceptos cuya observancia elude, impidiendo por su acto propio su puntual satisfacción”.

Fallo del STJ en el caso Chechile.

Entre sus fundamentos, el STJ citó fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que limitan  “severamente el derecho a la jurisdicción del imputado prófugo o rebelde”. Esa limitación se basa en la contradicción de que una persona reclame un beneficio ante la misma autoridad que ha desconocido con sus propias acciones, es decir, con su voluntad de mantenerse prófugo.

“Quien se sustrae voluntariamente de la acción de la justicia que reclama su presencia, carece de derecho para impetrar, ante la autoridad que él ha desconocido, el cumplimiento de preceptos cuya observancia elude, impidiendo por su acto propio su puntual satisfacción”, precisó.

La muerte de Paola Acuña


El 25 de marzo de 2007, Paola Acuña se encontraba con un grupo de jóvenes en la intersección de las calles Estados Unidos y España, en Roca. Conduciendo a una velocidad «temeraria» (100 kilómetros por hora) -según el fallo del juez Gatti- Chechile impactó a otro vehículo que circulaba por la derecha y terminó provocando la muerte de la joven y heridas a otras tres de sus amigos.

Si bien no se pudo confirmar que conducía en estado de ebriedad, cabe señalar que esa madrugada y antes de que llegue la policía, Chechile fue conducido hasta el Sanatorio Juan XXIII -donde su madre prestaba servicios como médica- y se le pudo hacer la extracción de sangre recién siete horas después. En su sentencia el juez Gatti hizo mención a este punto por lo que entendió que existió una colaboración para que el test de alcoholemia no reflejara el estado en el que se encontraba.

Chechile fue condenado en septiembre de 2012 a 3 años y 5 meses de prisión -además de 10 años de inhabilitación para conducir- pero un año después, en octubre del 2013, el STJ confirmó la condena aunque según el informe del juez Martínez Vivot se fugó dos meses antes. Desde ese momento ni la policía ni las autoridades de Interpol lograron detenerlo.


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