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La educación agraria

¿Qué está pasando en la educación Neuquina y los fondos de inversión en amplios sectores?

*Anaclara González, profesora de Historia en nivel medio, historiadora y doctoranda en Historia.

La agricultura invisibilizada no es más que una realidad que nos aqueja en la vida cotidiana que devienen de políticas públicas poco aplicadas, sin plan de inversión en los sectores agropecuarios, sin incentivos a los obreros o peones rurales; sin políticas educativas que fomenten el aprovechamiento de la tierra y de los riquísimos recursos que posee la provincia.

¿Qué está pasando en la educación Neuquina y los fondos de inversión en amplios sectores? En tiempos actuales es donde en las escuelas los docentes reforzamos las diferentes maneras de obtener un ingreso propio para muchos alumnos que viven en la periferia neuquina y una de las ventajas que posee la provincia son los bastos campos despoblados sin el aprovechamiento del mismo, la agricultura familiar ha desaparecido.

Pero ¿cómo podemos concientizar a la población sin acompañamiento? Es muy notable el desfinanciamiento que hay en materia educativa en cuanto a incentivos que promueven la investigación. Ya no se ven como antes las olimpiadas de matemática, física, biología, competencias investigativas en ciencias sociales u otras disciplinas. Mientras el gobierno de la provincia avanza con la implementación de las reformas y los nuevos contenidos de los tres últimos años del nivel secundario, en ninguno de esos proyectos aparece la implementación o concientización de los recursos naturales que posee la tierra. Son muchos los proyectos que quedan sin completarse y la ilusión de muchos estudiantes por descubrir cosas nuevas, entre ellas, viajes de estudio, talleres que no están pensados.

No todos los habitantes de la provincia viven o trabajan del petróleo, no todos los recursos que tiene la provincia recaen en ello.

Si financiásemos más a los sectores productivos micro-económicos, la provincia no solo tendría un impacto mayor en materia económica y productiva, sino que sería el punto de partida para muchas cosas nuevas, entre ellas proyectos de urbanización en cuanto a la horticultura, planeamientos de paisajes, entre otros.

Todos los años en la primera semana de noviembre muchas escuelas exponen en la feria de emprendedores, trabajando especialmente desde la materia economía para el análisis de precios y competencias de mercado.

Materias como biología para la elaboración de jabones, cultivo de plantas, son algunos de los casos prácticos que utilizamos los docentes de distintas áreas para incentivar al alumnado y animarse a emprender.

Todos los años se discuten salarios docentes, reformas, infraestructura de las escuelas y la falta de inversión en las mismas, pero lo cierto es que el problema de fondo es aún mayor, no hay incentivos educativos para que los estudiantes conozcan otras cosas, otros recursos, otras provincias. En muchas de las escuelas no hay laboratorios con equipamiento necesario, los alumnos se reciben de un secundario sin saber lo que es un telescopio, por mencionar solo un elemento.

Todo ello repercute y explota en la sociedad, no contamos con los recursos necesarios para enseñar que el cultivo de una planta salva vidas, que el cultivo agrícola nos abastece para obtener alimentos saludables y que a su vez obtenemos un rédito económico y una educación con programas sustentables.

Estos temas que lejos de ser ajenos están más vigentes que nunca, es tiempo que la sociedad despierte y descubran el poder que posee la tierra.


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