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La UNRN en Bariloche y el edificio que quedó como símbolo del recorte presupuestario

El ajuste sobre la obra pública que dispuso el gobierno de Milei obligó a postergar las expectativas de la comunidad universitaria. Al edificio solo le faltan detalles.

El primer edificio áulico del campus de la UNRN en Bariloche fue planificado y construido durante más de una década y tenía fecha de estreno para este año, pero la obra quedó paralizada con una ejecución del 95%, afectada por la paralización irreductible de la obra pública que impuso el gobierno de Javier Milei.

La imposibilidad de usar esas instalaciones obliga a los estudiantes a cursar en una decena de sedes provisorias, dispersas por la ciudad, y a un alto costo en alquileres que la universidad debió mantener, aunque esperaba eliminarlos al comienzo del actual ciclo lectivo, con la inauguración del edificio propio.

Todas las gestiones realizadas desde diciembre hasta hoy ante la subsecretaría de Políticas Universitarias para desbloquear el presupuesto faltante resultaron inútiles.

La obra del llamado “pabellón II” del campus comenzó en 2018 y el plan original era ponerlo en uso en 2021, pero hubo atrasos -pandemia mediante- y la nueva fecha de entrega quedó fijada para comienzos de 2024.

La obra está casi terminada, pero desde diciembre el gobierno paralizó los trabajos. solo resta completar un 5%. (Alfredo Leiva)

Con esa previsión, las aulas lucen listas para recibir a los estudiantes, incluso con los pupitres y sillas nuevos, que la Universidad ya compró y distribuyó en las aulas. Pero por ahora siguen ociosos igual que el edificio.

El absurdo de contar con una infraestructura casi lista para desarrollar las tareas académicas de varias carreras de la UNRN y no poder aprovecharla por el recorte general de gastos fue subrayado más de una vez por las autoridades de la universidad a lo largo del año. Y contribuyó una vez más a agitar el enojo esta semana, cuando miles de personas volvieron a protestar en Bariloche y en todo el país contra el ahogo económico de la educación superior.

Un plan que quedó trunco

El vicerrector de la sede Andina de la UNRN, Diego Aguiar, dijo que el plan de obra se paró abruptamente en diciembre. La estructura del edificio, con sus terminaciones y aberturas está lista, y solo faltan los “nexos” de cloacas, agua y electricidad. La inversión demandada, a comienzos de año, con la última actualización, rondaba los 600 millones de pesos.

La ejecución está a cargo de la UTE rosarina Pecam/Dinale. Un punto a favor es que -a pesar de la incertidumbre- la contratista mantiene permanencia en el lugar, con tres serenos en turnos rotativos para preservar las instalaciones.

El diseño fue elogiado por el organismo financiero que aportó los fondos. Alberga varias aulas y laboratorios. (Alfredo Leiva)

El vicerrector dijo que la obra en curso es la más grande de la UNRN en toda la provincia. En realidad se trata de la primera etapa del “pabellón II” del campus universitario, que incluye 12 grandes aulas, laboratorios de química, física y óptica y un salón para conferencias, sobre una superficie de 3.621 metros cuadrados.

El pabellón I comenzó a construirse en 2010 y también está inconcluso, pero con un avance del 25%. En el acceso al perdio se observan los grandes pilotes de hormigón que quedaron de esa obra. El proyecto completo incluye más aulas, un teatro, campo de deportes, áreas de investigación, biblioteca y dependencias administrativas, entre otras instalaciones.

Un rápido recorrido por el enorme edificio permite comprobar que solo le faltan detalles. El diseño es de avanzada, con grandes superficies vidriadas y criterios de sustentabilidad energética. Como no estaba garantizada la “factibilidad” de gas, la calefacción es por electricidad.

Parte de las obras faltantes deben ser ejecutadas por la provincia de Río Negro, como el tendido del ducto cloacal externo, desde la sede de Invap hasta el campus. Según Aguiar esos trabajos estuvieron frenados durante el invierno pero ya le confirmaron que se reactivarán en los próximos días.

Beneficios múltiples

Según el vicerrector, el estreno de las nuevas aulas permitiría agrupar allí la cursada simultánea de varias carreras y beneficiaría a unos 2.500 alumnos.

Hoy la sede andina de la UNRN tiene otro edificio propio en la calle Anasagasti (más cerca del centro de Bariloche), pero no le alcanza y está obligada a desembolsar unos 120 millones de pesos anuales en alquileres. Además, también se dictan clases en cuatro escuelas provinciales, con un esquema de “contraturnos”.

Tanto Aguiar como Juan Ignacio Ortiz, (secretario general y de programación de la sede) señalaron que la unificación de las clases y actividades en un solo espacio facilitará la vida universitaria “y la interacción” entre docentes y estudiantes, que enfrenta “muchas limitaciones” con las sedes dispersas.

Aseguraron que hubo varios contactos con el gobierno nacional en la búsqueda de destrabar los fondos. Hace dos meses el rector, Anselmo Torres, lo planteó una vez más ante el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, quien se mostró comprensivo y le dio la razón sobre la necesidad de cumplir con la escasas inversión faltante, pero le dijo que tenía que consultar con el ministerio de Economía, donde -desde diciembre- se concentraron las decisiones sobre cada desembolso. Y allí mueren todos los intentos.


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