A 45 años del adiós a un ícono de la capital de Neuquén
Fue emblema de la capital de Neuquén por 25 años. Anunciaba un buen viaje o un feliz regreso. Se derribó porque los camiones del progreso no podían pasar sin sufrir roturas.
Ayer se cumplieron 45 años desde el día en que se decidió derribar el tradicional arco de “Bienvenida” y “Buen Viaje”, con el que la ciudad de Neuquén celebraba la partida y llegada de los visitantes a estos territorios, al cruzar el río Neuquén, límite de las provincias de Río Negro y Neuquén.
Fue construido en 1954 por el Estado Nacional, como ocurrió en varios poblados de la Argentina. Estaba ubicado sobre la exRuta 22, a l costado del destacamento policial que controlaba el ingreso a la capital. Fue un “regalo” por los 50 años de la capitalidad de lo que supo ser el antiguo paraje Confluencia.
Se construyó en hierro y cemento, con una altura de cinco metros, con un ancho de banquina a banquina. En esos tiempos la ruta no estaba iluminada pero el portal de ingreso contaba con un farol que les daba luz a quienes salían o ingresaban a la capital. Fue postal de muchas fotos de turistas y residentes.
Era pintoresco. Pero con el tiempo comenzó a ser un problema importante y por eso se resolvió demolerlo.
Comenzaban los tiempos modernos y se iniciaba el proceso de construcción de las represas hidroeléctricas de la zona. ¿Cuál fue el problema? Los camiones que trasladaban las turbinas desde otro lado del río Neuquén “chocaban con ese arco de cemento. Imposible pasar sin romper nada.
El 1 de octubre de 1979 desapareció. Pero no de la memoria de los vecinos de la capital que aún recuerdan las fotos que de niños se sacaron en ese lugar.
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