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La cuestión mapuche y la violencia, ejes en el segundo día del juicio por usurpación en Villa Mascardi

En la segunda jornada se sumaron testimonios que reforzaron la teoría de la fiscalía y la querella. La machi habló como “amicus curiae”.

Con la exposición de la machi (líder espiritual) Betiana Colhuan de la lof Lafken Winkul Mapu en referencia a la “cosmovisión mapuche” y la importancia del territorio de Villa Mascardi y su rewe (lugar sagrado), terminó ayer la segunda jornada del juicio oral por la usurpación y también los testimonios para dar paso ahora a la instancia de alegatos que será el lunes en el Escuadrón 34 de Gendarmería Nacional en Bariloche.

La segunda audiencia estuvo centrada en testigos de la querella y la fiscalía, puntualmente dos trabajadores del parque nacional Nahuel Huapi que constataron la ocupación de los predios ubicados a la vera de la Ruta 40 en noviembre de 2017 y prefectos que intervinieron en el operativo posterior al desalojo cuando detectaron que presencia de personas en los terrenos y se produjo el asesinato de Rafael Nahuel, que ya fue juzgado en otra causa y las condenas no están firmes aún.

Colhuan participó del juicio en calidad de “amicus curiae”, a propuesta del juez Hugo Greca que a la mañana descartó el pedido de los defensores que pretendían citar a la joven mapuche como testigo. La condición de su intervención, que se dio al finalizar la jornada, fue solo para hablar de la “cosmovisión mapuche” y nada vinculado al motivo del juicio en el que están imputados la madre de la machi, María Nahuel, su hermana Johana Colhuan, Jésica Bonefoi, Gonzalo Coña, Ailén Tapia, Romina Rosas y Luciana Jaramillo, todos ellos integrantes de la lof Lafken Winkul Mapu.

En el desarrollo del juicio, se avanzó con testigos de la querella y la fiscalía que profundizaron su teoría de la existencia de violencia, la intromisión de personas ajenas a la zona en los predios de Parques Nacionales y la presencia de algunos de los imputados dos días más tarde del desalojo del 23 de noviembre de 2017, en el día en el que fue asesinado Rafael Nahuel.

La guardaparque Marcia Urbinati expuso un relato verborrágico referido a su primer contacto con los ocupantes cuando acudió al predio a constatar la usurpación el 14 de noviembre, junto al brigadista e integrante de la comunidad Wiritray, de Villa Mascardi, Oscar Montenegro.

La mujer enfatizó en la “violencia” ejercida por los ocupantes tanto verbal como material en un episodio posterior cuando le arrojaron “palos prendidos fuego” a la camioneta que conducía por la Ruta 40. Dijo que en su acercamiento eran cerca de 14 personas, que pusieron a los niños al frente y que los varones estaban encapuchados. “Dijeron que no se iban a ir, que estaban por llegar cientos de ellos. Me trataron de winca genocida, que de dónde venía yo y a mi compañero (Montenegro) lo trataron de traidor porque era de otra comunidad. Insultaron bastante”, afirmó.

Indicó que la violencia verbal escaló y decidió retirarse para luego realizar un informe de situación y radicar la denuncia en la Policía Federal, por instrucción del intendente del parque Nahuel Huapi, Damián Mujica.

Montenegro además de coincidir en el primer encuentro complejo con los ocupantes, habló del lugar que pertenecía a su familia porque era el espacio de veranada de los animales de su abuela. También dijo que esa tierra fue incluida en una segunda carpeta técnica del relevamiento indígena de la comunidad Wiritray, que tiene reconocimiento en el Inai, participa del comanejo con parques y cuenta con personería jurídica, y enfatizó en que los ocupantes no eran de la zona y nunca habían estado en el lugar.

Los prefectos que detectaron «intrusos» tras el desalojo


Pablo Berra, Osvaldo Villalba, Diego Sánchez y Francisco Lezcano, todos ellos agentes de Prefectura Naval Argentina, dieron testimonio de lo ocurrido el 25 de noviembre de 2017, que es uno de los hechos que se ventilan en el juicio con Parques Nacionales como querellante, porque fue allí que se identificó a tres intrusos en el predio (uno de ellos permanece prófugo todavía).

Los prefectos coincidieron en el relato de como fue ese operativo, que un grupo subió a la montaña y detectó a personas ajenas que podrían ser quienes se dieron a la fuga dos días antes. Hablaron de un “enfrentamiento” con disparos por parte de los ocupantes cuando fueron “descubiertos” los prefectos haciendo tareas de relevamiento en el interior del bosque.

Los prefectos tenían la orden de custodiar el predio que ya había sido desalojado. Algunos puntualizaron que solo debían realizar una inspección y otros dijeron que tenían orden de detener en caso de detectar “intrusos”.

Berra, que era el responsable de la custodia del predio con unos 20 agentes a su cargo, dijo que en el enfrentamiento hubo piedras y lanzas primero, pero cuando los mapuches advirtieron que “eran pocos” los uniformados en la montaña, “empezó a haber disparos de armas de fuego contra los prefectos”. Por eso, los agentes pidieron autorización para utilizar sus armas y allí se produjo el disparo letal hacia Rafael Nahuel.


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