Carolina, una fusión de tango, jazz y folclore de Neuquén a Alemania

La cantante es de Neuquén, pero hace nueve años vive en Alemania. Conforma un dúo de voz y piano con el que en noviembre presentará su primer disco de música argentina.

De Neuquén a Alemania, de la música clásica al folclore y el tango, dos continentes que se unieron a través de la música latinoamericana y argentina. Un proyecto que desde hace unos meses se vino gestando en la ciudad de Würzburg, Alemania, y que a fines de noviembre se estrenará bajo el nombre “Ojos de cielo”, un EP de tres temas de Atahualpa Yupanqui y de Víctor Heredia, con melodías que recorren los sonidos del Jazz más tradicional.

Carolina Attoumani Díaz, es una joven neuquina que hace nueve años tomó la decisión de “cruzar el charco” para estudiar música clásica en Alemania. Allí participó de varios coros y ensambles vocales, hasta que un día el Jazz se le atravesó en la piel.

Conocí un profesor de saxo y comencé a meterme de lleno en ese género y me fascinó sobre todo el tema de la improvisación de los músicos. Uno canta pero siguiendo todo lo que sucede de manera espontánea en el escenario con lo que les va surgiendo a los músicos. Eso es maravilloso”, contó desde su actual residencia, donde al momento de esta nota ya estaba anocheciendo, mientras que aquí en Argentina, aún no era horario de merienda.

Cuando finalizó sus estudios de música clásica y pedagogía musical, se anotó para cursar la materias de Jazz y ahí empezó todo.

El tiempo transcurrió y junto a cuatro músicos alemanes, formó su propio grupo musical al que bautizó “Mi banda” que con composiciones de su propia autoría recorre la música latinoamericana.
Luego de varias presentaciones en escenarios locales, su inquietud por sumar algo más a sus creación, la llevó a pensar si no sería posible interpretar tango. Según contó Carolina, fue como “traerme un poco de mi país natal acá, a Alemania. Después de tanto tiempo en el extranjero, uno extraña su tierra y su cultura”.

Un nuevo desafío estaba por llegar. El tango tal vez podía ser más fácil de instalar, “porque acá conocer esa música argentino. No sucede lo mismo con el folclore, que es como una nueva experiencia para la mayoría del público que nos va a ver”. Una de las primeras cosas que me asombraron es que en Alemania se sabía que el tango se bailaba pero me encontré con mucha gente que no tenía idea de que también se podía cantar”, agregó la cantante.

Su primer paso fue encontrar un pianista para interpretar el dos por cuatro. Y en esa búsqueda conoció a Félix Schneider-Restschikow, un músico alemán que no tuvo miedo a incursionar en la música argentina.
“Balada para mi muerte” de Astor Piazzolla fue la primera pieza que Carolina le acercó y “lo enamoró”.
“Empezó a escucharla una y otra vez hasta que pudo sacar la canción en el piano de oído y luego se fueron sumando otros tangos y muchos más”, contó la artista.

Posteriormente, llegó “Alfonsina y el mar”, de gran Mercedes Sosa y fue cuando la invitación se dio al revés. El pianista el dijo a la cantante:“Esta hay que hacerla”. Ya con un repertorio más que amplio y un amor de pareja que se iniciaba después de tantas horas compartidas, conformaron el dúo “La Yeta”, porque si de algo no se olvida esta música es de su orígenes.

Pero hacía falta algo más y Carolina volvió a recordar su tierra natal. A los acordes del jazz y a su voz le sumó un bombo legüero que le aportó un valor agregado a sus composiciones.

Y así fue que se fue gestando su primer trabajo discográfico, que cuenta con interpretaciones propias de “Ojos de Cielo de Víctor Heredia y “Chacarera de las piedras” y “Piedra y camino” de Yupanqui. En la actualidad están armando una serie de presentaciones que no tienen fecha confirmada pero que se irán afianzado de acá a noviembre cuando el EP sea presentado en sociedad.

Con respecto a la situación de los artistas independientes en Alemania, Carolina aseguró que “es como en todas partes del mundo, difícil sobre todo en lo que tiene que ver con las discográficas y las salas de ensayo. Es complicado, pero siempre se encuentra una manera”.

Lo que no falla nunca es el público. “La gente se sorprende con el folclore y el tango. El público acá tiene mucha apertura para dejarse llevar por nuevas propuestas. Y yo por supuesto, estoy feliz de poder ofrecer la música argentina porque uno se siente como si siempre estuviera regresando a casa”, concluyó Carolina.


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