Gulielminetti cumplió 16 años en penales de la democracia por los crímenes en Neuquén y el país durante la dictadura

Fue de la patota de Remus Tetu en la Universidad y está condenado por las desapariciones de las universitarias de Neuquén y las torturas en centros clandestinos de Neuquén y Buenos Aires

La justicia federal en Neuquén declaró cumplida las sentencias de Raúl Guglielminetti en los primeros tramos «La Escuelita», luego de 16 años y 2 meses en prisión desde que fue encarcelado en 2008 para el juzgamiento en Neuquén capital. El civil de inteligencia aún tiene pendiente el cumplimiento de la última condena, a perpetua, entre otros delitos, por los homicidios de estudiantes universitarias neuquinas y los tormentos a artistas y militantes de 1976 en centros clandestinos de la región y del sur de Buenos Aires.

El pedido de prisión domiciliaria de la defensa oficial de Guglielminetti derivó en un análisis del cómputo de su pena en Neuquén, tras dos juicios en 2012 y 2016 en los que fue juzgado por crímenes imprescriptibles: fue condenado por los secuestros, torturas y la desaparición forzada en 1976 de militantes peronistas y universitarios en 2012 y en 2016 de trabajadores cipoleños y neuquinos.

El juez de ejecución, Alejandro Cabral determinó cumplida la pena y fijó la libertad de Guglielminetti para esas dos primeras condenas en Neuquén, aunque la liberación no será efectiva debido a que aún resta en esta jurisdicción el cumplimiento por la condena perpetua (que está en apelación) por el VII juicio, por los homicidios de jóvenes de la región que permanecen desaparecidos y desaparecidas, tras haber sido secuestradas y llevadas en vuelos clandestinos a Bahía Blanca.

Guglielminetti, de unos 83 años, también está bajo las definiciones tribunales federales bonaerenses, con otras dos condenas a 25 años por los crímenes cometidos en centros clandestinos como Automotores Orletti, Coordinación Federal y el circuito Atlético – Banco – Olimpo.

Se hizo llamar mayor Angel Guastavino, pero no era militar, sino civil con sueldo de Inteligencia del Ejército. Formó parte de los grupos de tarea del interventor de la Universidad Nacional del Comahue, Dionisio Remus Tetu en 1975 y ya antes se había infiltrado en las huelgas obreras de El Chocón; se camufló de periodista deportivo en la radio LU5 y en el diario regional Sur Argentino.

Con el golpe de 1976 se integró al plan sistemático de extermino que instaló la dictadura cívico militar: en 2012 fue condenado por los tormentos y secuestros de Orlando Balbo, Carlos Kristensen y Pedro Justo Rodríguez, a 15 años de prisión. En 2016 sentenciado a 8 años por los secuestros y tormentos de Juan Domingo y Julio Eduardo Pailos, además del secuestro de la artista neuquina Alicia Figueira de Murphy, en el operativo en el que desapareció Alicia Pifarré.

En estos casos, en septiembre de este año, se le dio por agotada la pena por las que fue juzgado.

En 2021 fue condenado por homicidio y tormentos, responsable de las desapariciones de Alicia Pifarré, Susana Mujica, Cecilia Vecchi y las torturas de Darío Altomaro y Alicia Villaverde (foto archivo, Cecilia Maletti)

Según las versiones, Guglielminetti fue capturado en El Trigre, donde se mantenía prófugo cuando comenzaron las reaperturas de las causas penales por los crímenes cometidos en la dictadura.

Estaba detenido desde 2008, primero en la U9 de La Plata, luego en Marcos Paz y en la actualidad en el penal 31 de Ezeiza, donde este año le entregó a un grupo de diputados de La Libertad Avanza (LLA) proyectos de ley en busca de lograr la prisión domiciliaria.

Pero sigue vigente la condena perpetua en diciembre de 2021 por los crímenes cometidos contra Pifarré, que sigue desaparecida al igual que Cecilia Vecchi y Susana Mujica (en los tres casos, la sentencia fue por homicidio agravado) y los secuestros y tormentos padecidos por los artistas Alicia Villaverde y Darío Altomaro y el ex diputado del Frejuli, Eduardo Buamscha.

Esa condena está en apelación, en tanto se indicó que no estaría en condiciones de hacer solicitudes de libertad condicional hasta no cumplir con un mínimo de 20 años de pena. Lo mismo ocurre con las causas en las que depende del TOF 1 y 2 de Buenos Aires.

Desde que cumplió 70 años en la cárcel, se le rechazaron los diversos planteos de prisión domiciliaria y de excarcelación, por el tipo de crímenes cometidos, considerados imprescriptibles. De los más 36 condenados en los juicios Escuelita, solo 3 permanecen en prisión: Guglielminetti, Jorge Di Pasquale y Norberto Condall; los últimos dos, también sujetos a condenas en otros tribunales.


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