Tiene 20 años, cometió un femicidio en Buta Ranquil y definen cuántos años pasará en la cárcel
Un tribunal le impondrá el próximo jueves la pena a Maicol Tapia, condenado por el crimen de Carina Barros, una adolescente de 15 años. La querella anunció que el fallo se transmitirá en el polideportivo del pequeño pueblo de Neuquén.
El de Carina es uno de los nueve femicidios que ocurrieron en la provincia en 2023. Foto Florencia Salto.
Maicol Tapia, un joven de 20 años, reconoció la semana pasada, que él cometió el femicidio de Carina Barros, la adolescente de 15 años con la que había estado de novio. La atacó durante la madrugrada en su casa de Buta Ranquil. El jueves 19 se definirá la pena que deberá cumplir.
Tapia fue declarado culpable del homicidio triplemente agravado de Carina: por el vínculo de pareja, por alevosía y por mediar violencia de género.
La fiscal Natalia Rivera y la querellante Nadia Kubatov solicitarán la máxima pena posible, que es la prisión perpetua.
La defensora Soledad Pérez de León anticipó en la audiencia de responsabilidad que discutirá el monto. No ofreció testigos para hacerlo porque, dijo, se trata de una cuestión «técnica».
De concretarse, Tapia sería una de las personas más jóvenes de la provincia en recibir una pena perpetua.
Todas las audiencias penales del norte neuquino se realizan en la sede judicial de Chos Malal. Kubatov confirmó que el jueves se trasmitirá la resolución en vivo en el polideportivo de Buta Ranquil.
El tribunal lo integrarán la jueza Leticia Lorenzo, y los jueces Eduardo Egea y Diego Chavarría Ruiz.
Violencia de género
El 26 de octubre de 2023, entre las 2 y las 3.40, Tapia llamó al hermano de Carina para decirle que se estaba incendiando las casa de sus abuelos. El chico despertó a su papá y salieron corriendo a auxiliarlos. De esta manera aprovechó que la adolescente estaba sola, durmiendo.
Ingresó a la vivienda, como ya había hecho otras veces, para acosarla. La agredió con un cuchillo y dejó el cuerpo tendido en el patio, donde la encontró su papá.
Amigas y compañeras del CPEM N°35 declararon que él no paraba de hostigarla, por teléfono, o se le aparecía en la casa de noche. Ya le había advertido que «la iba a matar si la veía con otro».
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