La historia del médico de Villa La Angostura que unió la ciencia con el sentir
Cuando se recibió de médico, Francisco Panessi decidió buscar nuevos horizontes en Australia. Se reencontró con otro tipo de medicina y regresó a la Patagonia.
Cuando Francisco Panessi se recibió de médico, no encontró ninguna residencia que le despertara interés y decidió volcarse a la aventura y viajar a Australia, Nueva Zelanda, México, Tailandia, Camboya y Laos. Trabajó vendiendo pochoclo y café en el Cirque du Soleil, cambiando neumáticos y hasta cosechó perlas en una granja de mar.
En medio de ese torbellino de experiencias, se reencontró con la medicina y decidió regresar a su Villa La Angostura natal donde hoy ejerce la medicina tradicional y la medicina integral holística.
«No me resonaba la forma en que se imparte la residencia, no me encontraba con ninguna de las convencionales, no sabía qué hacer y me fui seis años. Hice de todo», contó este médico de 36 años y agregó: «Me sirvió mucho para saber que se puede hacer cualquier cosa y elegir qué quiero hacer. Por eso, hoy puedo disfrutar tanto lo que hago«.
En ese viaje, descubrió otro tipo de terapias, como las plantas en México o los masajes hawaianos. Admite que lo sedujo el costado holístico. «Después volví a la medicina aunque con otro abordaje. La vida me hizo volver. Estaba trabajando con masajes terapéuticos energéticos en México y me iba para Europa, pero tuve que quedarme por un golpe tonto en una pileta que hizo que me quedara sin fuerza en la mano», relató.
Panessi se tuvo que someter a una intervención quirúrgica y en ese momento, decidió realizar un retiro andino de seis días, que incluyó yoga, alimentación natural y ejercicios de consciencia. «La idea fue buscar mi centro y cuestionarme todo lo que estaba viviendo para saber qué deseaba realmente. A partir de esa operación, me quedé y conecté de otra manera con la medicina», señaló.
Regresó entonces a Villa La Angostura donde comenzó a trabajar en el centro de emergencias del cerro Bayo. Optó por integrar la medicina alópata a su forma de vida más natural. «La emergencia es como lo más pragmático en el cerro. Mientras tanto, me permito esquiar. Disfruto mucho del deporte. Tengo un consultorio donde atiendo pacientes, hago medicina on line y me voy a San Martín de los Andes una vez por mes para atender. También sigo haciendo esos retiros. Me gusta la vida», expresó.
Aseguró que las consultas con sus pacientes duran, al menos, una hora. La observación es la base. Observa la forma en que camina esa persona, su estado, analiza lo que come o desayuna, si tiene períodos de ayuno, si concurre al baño de manera frecuente, si duerme bien, si se despierta por la noche.
«Mucha gente viene por síntomas; pero muchos otros no los tiene. Tengo pacientes que están tratando de salir de un cáncer o quieren sentirse mejor. Pacientes con problemas digestivos, distensiones, quienes tiene gases, problemas de depresión o ansiedad», describió y acotó: «Siempre nos basamos en los pilares de la alimentación, el descanso y el bienestar«.
Plantas para la salud
«Al tomar un medicamento, algo químico, éste tiene efectos, pero esos efectos no son reconocidos como propios por el cuerpo. Y se generan otros efectos adversos. Al lograr una interrelación con plantas naturales, esa conexión genera otra forma de curación«, planteó Panessi.
El próximo sábado, este médico dará una charla abierta sobre “El alimento como medicina: desintoxicación, suplementación natural y hongos adaptógenos”. Será en el marco del tercer Encuentro de Plantas para la Salud» en el CPEM 17.
«Se trata de entender la salud y la vitalidad que nos dan las plantas y cómo nuestra alimentación es clave. Soy médico y como tal, hacemos un juramento hipocrático. Las máximas de Hipócrates son que el alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento. Otra máxima es que antes de curar a alguien, hay que preguntarle si esta dispuesto a dejar aquello que lo envenena«, indicó.
Panessi insistió en observar las plantas como alimento para aquellas situaciones en las que no nos sentimos bien. Ponderar sus propiedades. «Interaccionan con nosotros y nos dan lo que necesitamos. La vitalización va a través del remedio que le damos al cuerpo todos los días, a través de la alimentación continua. Esa la base», dijo.
Resaltó el uso plantas para la salud tanto en infusiones como a través de la alimentación. «Se pueden hacer depuraciones hepáticas, desparasitaciones, desintoxicaciones. Las culturas originarias solían decir que los remedios que necesitás están en el patio de tu casa, como el llantén, el diente de león, la milenrama que son yuyos. Muchas veces, la gente los saca y son medicinales«, describió.
Mencionó el radal para el asma, la flor del chilco como antipirética -para bajar la fiebre- o bien el canelo, como antiparasitario «muy potente», además de ser una pimienta natural. La pasionaria puede resultar un ansiolítico y digestiva. El arrayán, por ejemplo, tiene cualidades para indigestiones e infecciones. O el sauce llorón, de donde se saca la aspirina. «Si hervís la corteza del sauce, tenés una antiinflamatorio natural», acotó.
Otro capítulo tendrán los hongos adaptógenos a fin de desterrar algunos mitos y «amigarse con lo natural». «Ayudan al cuerpo a regularse. La homeostasis es la regulación del cuerpo para estar en armonía y estos hongos lo consiguen. Según qué hongo, ayudan más o menos, pero siempre funcionan como amortiguadores«, recalcó.
Mencionó el «melena de león» para los procesos de obnubilación mental, olvidos o falta de descanso. También hay hongos hepatoprotectores o bien los que ayudan en la relajación. Otros que potencian el sistema inmume. «El hongo Cordyceps sirve para deportistas porque mejora la resistencia, la potencia y la vitalidad, como así también la libido. Tengo un paciente de La Angostura que corre triatlones y decidió hacer una limpieza hepática. Se iba midiendo cómo dormía y mejoró la calidad de sueño. Cambió su alimentación para mejorar el rendimiento», subrayó.
¿Cómo define Panessi su reencuentro con la medicina después de tantos años? El médico consideró que, en un principio, tuvo que pelearse con ella para entender que, en realidad, está en todos lados. «Medicina no solo son los fármacos. Una de las medicinas más importantes es la percepción. La percepción lo modifica todo. Me gusta la filosofía del budismo. Eso de no sentirse atravesado por las emociones. Sentir, aunque sin vernos identificados por esa emoción. Hay un ser que percibe, pero que puede mantenerse en armonía y calma», manifestó.
Cuando Francisco Panessi se recibió de médico, no encontró ninguna residencia que le despertara interés y decidió volcarse a la aventura y viajar a Australia, Nueva Zelanda, México, Tailandia, Camboya y Laos. Trabajó vendiendo pochoclo y café en el Cirque du Soleil, cambiando neumáticos y hasta cosechó perlas en una granja de mar.
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