Memoria: ponerle rostro a las calles de San Martín de los Andes

Cinco autoras de la ciudad elaboraron un repaso de quiénes fueron esos vecinos homenajeados en cada arteria del casco céntrico local.

En 116 páginas, integrantes de la Asociación Amigos del Museo de San Martín de los Andes, guardaron vida y obra de gente que dejó huella. Para este rescate elegimos a ocho, en su mayoría residentes por opción, que se animaron al desafío de la cordillera neuquina.

Ana María de Mena, María de la Paloma Martínez, Margarita E. Schroeder, Mabel Inés Martínez y Lidia Mabel Mora son las autoras que le dieron rostro a los carteles de cada esquina. Trabajaron con datos recolectados en un sinfín de libros, documentos, ordenanzas y archivos, lo que dio como resultado esta primera etapa de un proyecto mucho mayor, para abarcar las más de 250 calles, cortadas, pasajes, callejones y cuestas que tiene San Martín.

Gracias a eso y al apoyo de la legislatura provincial, los locales más jóvenes y los foráneos pueden saber, por ejemplo, que Emilio Frey fue un bonaerense, hijo de un inmigrante suizo, nacido en 1872, que hoy se encuentra homenajeado junto a la plaza central. Dedicado a la topografía, trabajó en la Comisión de Límites Argentino – Chilena bajo la dirección del Perito Francisco Pascasio Moreno, así como también en el trazado del Ferrocarril San Antonio Oeste – Nahuel Huapi. Impulsor del turismo, descubrió lagos en Chubut y estuvo entre los fundadores del Club Andino Bariloche. Un lago, un río corto y un refugio llevan su nombre.

Ochos de las personalidades que quedaron inmortalizadas con una calle en San Martín de los Andes. Fotos: Gentileza Ana María de Mena.

***

Su figura se encuentra hoy en la esquina de esa plaza con la de Elias Sapag, que llegó al mundo 39 años después, en la otra punta del planeta y en otro contexto, al norte de Beirut, República de Líbano. Hijo de Canaán y Nazira, siendo un niño llegó a Zapala, donde estudió en la Escuela N° 3, para luego volver a su tierra natal. Hablaba árabe, español y francés, y en todo Neuquén lo recuerdan por su rol en la política como el resto de su familia, aunque también se dedicó al comercio, la minería y la comunicación. 

Si de medios se trata, Miguel Camino fue un referente, y el pueblo hoy lo nombra cuando visita el muelle y la Costanera. Porteño, nació hace 147 años, en 1877, en el hogar de Dominga Mailhes y Miguel Camino padre. También capaz de hablar en francés, es considerado el primer poeta sanmartiniense, lugar a donde llegó en 1916 e impulsó la creación de la Biblioteca Popular “9 de Julio”. Corresponsal de La Nación, columnista en El País, publicó en Caras y Caretas, escribió obras teatrales y se relacionó con la escritora Alfonsina Storni, el pintor Quinquela Martin, entre muchos otros. Aún así, estaba enamorado del sur neuquino y su sencillez, temas que atravesaron su obra. Como si todo esto fuera poco, cantaron sus letras grandes artistas como Carlos Gardel (“Mentías”), Mercedes Sosa y Leda Valladares (“Pobre mi negra”), Alfredo Zitarrosa (“Yaraví”), entre otros.

Este gran autor, comparte el paisaje a orillas del Lago Lácar con la calle de otro destacado, Federico Graef, un alemán nacido en 1872, también topógrafo como Frey. Al margen de su rol y el impulso que le dio a la profesión, fue uno de los que empezó a divulgar la necesidad de esquiar, como una forma de buscar ayuda ante una urgencia, en medio de las grandes nevadas que se registraban. Desde esta convicción, promovió el armado de la Asociación Deportiva Cultural Lácar en 1946 y apoyó la enseñanza y las excursiones a Chapelco para las prácticas de esquí. El refugio allí instalado lleva su nombre en honor a su legado. 

Como en todos los pueblos del territorio, la figura de los educadores fue imprescindible, por sus esfuerzos para bajar el analfabetismo reinante. Dos calles que los homenajearon corren en paralelo: José Calderón y Asunción Fosbery. Ella fue la primera directora y maestra de la Escuela cordillerana local, la “Infantil Mixta”, actual N°5. Española, nacida en 1877, su apellido de soltera era Miralles, descendiente de Antonio Miralles y Margarita Horach. Tras unos años en Junín, junto a su esposo Mariano Fosbery se instalaron a unas cinco leguas del actual aeropuerto Chapelco, donde fundaron el establecimiento “Las Mercedes”, el sitio que albergó a la posterior beata Laura Vicuña, a su madre y a una hermana. Dio clases en la región hasta que debió mudarse a Bahía Blanca, en 1904. 

Foto: Gentileza La Montaña Noticias.

***

José llegó con 22 años a San Martín desde su San Luis natal, tras recibir el telegrama de la designación ordenada por el Consejo Nacional de Educación de aquellos años. Lo hizo para suceder en el cargo a Asunción y luego ser ascendido a “visitador”, hasta que en 1910 condujo la primera Comisión de Fomento. Al igual que Camino, fue uno de los que promovió el armado de la Biblioteca “9 de Julio”, donde hizo de vicepresidente. 

Finalmente, nos resta hablar de dos funcionarios que pasaron por los escritorios locales. El primero, recordado en la subida que bordea el ejido urbano hasta la Ruta 19: estamos hablando de Julio Quiroga, sanjuanino, nacido en 1902, que fue Juez de Paz, juez de Faltas y titular del Registro Civil, a partir de su llegada a San Martín en septiembre de 1940. Destacado por su amabilidad, honestidad y correción, su nombre figura también en el Rotary Club y en el inicio de la Biblioteca. De su hogar con Hortensia García Córdoba nació el concejal e intendente de Neuquén capital, por cuatro períodos, Horacio “Pechi” Quiroga. 

Y por último, Leopoldo Rodríguez dio nombre a la calle de la Escuela 89. Perito mercantil, era un bonaerense, hijo de españoles, casado con la periodista Estrella Vivero, que se convirtió en el primer intendente, cuando la localidad fue elevada a la categoría de “municipio de segunda”, gracias al crecimiento poblacional. Bajo su gestión se construyó el edificio comunal, el primero con características antisísmicas, y se llevó a cabo el Primer Congreso del Área Araucana (1961) para cambiar la mirada sobre la cosmovisión de los pueblos originarios. 



Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora