Cómo fue la audiencia del juicio tras la muerte de Inés Ragni, Madre de Plaza de Mayo en Neuquén
El juicio por los delitos cometidos por civiles durante la dictadura abordó el caso de omisión de justicia por el expediente de Oscar Alfredo Ragni, días después de la muerte de Inés, Madre neuquina de Plaza de Mayo
Tristeza. La última audiencia en el juicio contra Duarte y Ortiz desbordó de militancia de organismos de derechos humanos, maestras, mapuche, estudiantes terciarios, abogados, sobrevivientes de la dictadura de Neuquén y Cutral Co, docentes universitarios, Jóvenes por la Memoria, la APDH y el grupo de Apoyo a las Madres.
Dos días después la muerte de Inés Ragni (Madre de Plaza de Mayo de Neuquén y Alto Valle) se percibía la pena por su ausencia, en el juicio contra los jueces de la dictadura.
La despedida de una luchadora (el mismo domingo de su muerte) estuvo cargada de aplausos, reflexiones de resiliencia, cantos y de abrazos también para Lolín Rigoni (Madre de Plaza de Mayo), quien en pocas palabras, exhortó a no dejar ni la calle ni la rebeldía ante un sin fin de personas que se acercaron al velorio.
«Tantos años de vida y haber partido con ese dolor inmenso de no saber qué hicieron con su hijo. Imagino lo que pasaron mis abuelas, mis ancestras que sufrieron el genocidio de Julio Argentino Roca», dijo Pety Piciñam, dirigente mapuche en la audiencia. Agregó que «siempre tuvimos mucha admiración por las Madres y Abuelas; como pueblo mapuche acompañamos en el proceso de juicio y debemos seguir», sostuvo.
Habló del deber de continuar «todos y todas comprometidas con las Madres que se fueron, con las que quedan y acompañando a Lolín en los difíciles tiempos para las Madres».
Explicó que el público en la sala era «en defensa de la vida y de las vidas: hoy estamos aquí sabiendo lo que pasó en el golpe militar, lo que sufrió nuestro pueblo con tantas pérdidas y los asesinatos por los que nunca se hizo juicio, acompañar estos juicios es un deber como mapuche».
El juicio por el accionar de Pedro Duarte (ex juez) y Víctor Ortiz (ex fiscal) durante la dictadura llegó a los alegatos. La fiscalía explicó cómo el juez y el fiscal se ensañaron con el sufrimiento de las familias que durante años se presentaron con porfía ante sus despachos, preguntando y aportando datos sobre el posible destino de sus hijos e hijas secuestradas, detalló cómo dibujaban investigaciones en los expedientes mientras daban aval a la continuidad del accionar delictivo.
«Todo tiene esa relación de hacer a un lado la vista y la responsabilidad de dejar hacer en desmedro de los derechos de la vida, de los derechos territoriales y los que hasta ahora se siguen negando», resumió Piciñam.
Recordó que durante el juicio, Cecilia Maliqueo (dirigente mapuche), testimonió sobre otras acciones de Duarte en la cordillera neuquina, en causas en las que los mapuche lo señalan por apropiación de territorios.
En una doble jornada de acusación, por la tarde se dieron los detalles del expediente Ragni, con la ausencia física de Inés y Oscar Ragni, también querellantes. Por la mañana hubo un corte de luz que obligó a un largo cuarto intermedio, que fue propicio para opinar sobre datos que se tiraron en el alegato fiscal, compartir anécdotas, sacar fotos y levantar carteles mientras se alivió el corazón a viva voz de… Inés Ragni, presente!
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