Acusaciones de golpismo

DyN

El matrimonio presidencial insiste en que intentan echarlos del poder antes de tiempo.

Arnaldo Paganetti arnaldopaganetti@rionegro.com.ar

Todo cambia. Es la etapa en la que está la Argentina, aprendiendo al mismo tiempo a parar la pelota en una instancia exasperante. El gobierno cuerpea la adversidad producto de la nueva relación de fuerzas parlamentarias con su habitual carácter arrogante. Y la oposición le pone límites, aunque a la vez se muestra acotada: no es compacta, exhibe contradicciones internas e intereses contrapuestos y los dirigentes que la componen van y vienen en cada tema, haciendo hocicar todos los pronósticos. No es como en la canción de Serrat sino ley a ley, voto a voto. Pero se deslizan deletéreas acusaciones de golpismo y versiones de intentos de adelantar las elecciones previstas para octubre del 2011, por más que el gobernador de San Juan, José Luis Gioja –en un remedo opuesto al del extinto general Leopoldo Fortunato Galtieri– conmine a sus compañeros peronistas –en sus dos variantes actuales, K y anti K– a “sacarse hoy las urnas de las cabezas”. “Río Negro” indagó sobre los supuestos desestabilizadores en las sombras, denuncias expuestas varias veces en la tribuna por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y agitadas desde el jueves por la senadora Roxana Latorre cuando junto con la rionegrina María José Bongiorno desequilibraron la balanza para aprobar el pliego de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central. Una “paloma” del oficialismo contradijo ante este cronista a sus jefes “halcones” Néstor (quien reasumió la conducción del PJ) y Cristina: “el gobierno –dijo– tiene estructura para resistir hasta las internas abiertas, obligatorias y simultáneas de agosto del año entrante. No existe más el golpismo tradicional ni un proceso semejante al hondureño (donde fue destituido Manuel Zelaya), pero hay gente con muchas ganas de que nos vayamos antes de tiempo. Ése es el ánimo destituyente”. El kirchnerista que hace un culto de la moderación –sin asemejarse por eso al senador José Pampuro, desautorizado por el matrimonio K cuando parlamentó con el vicepresidente Julio Cobos– señala al peronista disidente Ramón Puerta como uno de los más interesados en “agitar el malestar social”. Observa, además, que Eduardo Duhalde y Francisco de Narváez quieren dar batalla en el partido, confiados en “el olfato” de la dirigencia para dar el salto en el momento oportuno, sin soltar el poder estatal. “Pero no nos vamos, gestionaremos hasta el fin”, avisa y ratifica su impresión de que el plan “A” es Kirchner candidato en el 2011. Y, si se cae por el hartazgo mayoritario de las formas prepotentes, el “B” llevará como mascarón de proa al gobernador de Buenos Aires Daniel Scioli. Este diario también indagó entre los radicales reunidos en una cumbre en Córdoba el viernes pasado. “Acá –dijeron– ya no hay salida militar pero sí sectores que quieren forzar situaciones y provocar la caída del kirchnerismo. Contarán con el rechazo expreso de la UCR, que ya sufrió esa medicina en carne propia en el 2001”. Entre los conspiradores los radicales ubican a dirigentes del peronismo federal y a un grupo empresario enfrentado a los Kirchner, pero les restan posibilidades. Añaden que ellos están concentrados en “disciplinar, rearmar, encauzar y suturar el tejido interno” partidario y resolver la ubicación de Julio Cobos, presionado por su doble rol de oficialista y opositor pese a que asegura que no es una cosa ni la otra. Los kirchneristas más duros reconocen los graves problemas con un multimedio y con justicialistas que giran alrededor de los hermanos Rodríguez Saá (Adolfo y Alberto) y del salteño Juan Carlos Romero. “Hay que dialogar y dejarse de joder –se pone en el medio Gioja–, porque a todos nos falta el mango en las provincias. Hay que establecer acuerdos mínimos y esperar, con sentido de la responsabilidad, las internas de agosto del 2011. Hay que dejar de lado los actos vengativos y no mostrar más los dientes detrás del alambrado. Perón en el 73 no era belicoso, utilizaba la persuasión”. El sanjuanino afirma que este mensaje se lo transmitió personalmente a Kirchner en Chaco y que el santacruceño, pálido, asintió pero no le contestó nada expresamente, salvo que aceptará coparticipar de otra manera los recursos federales. Representantes del interior tratarán el miércoles de modificar la ley del cheque que, de aprobarse, sería vetada por el Ejecutivo, según anticipó el diputado Agustín Rossi. De Narváez, el empresario que le ganó a Kirchner el 28 de junio en la provincia de Buenos Aires, cree que se anticiparán las presidenciales del 2011, sin que Cristina se vaya antes. “Si lo hicieron en el 2009, ¿por qué no lo van a hacer ahora que están más débiles? ¿Se van a bancar –enumera– que el Congreso saque el impuesto al cheque coparticipado por mitades, que se reforme el Indec y se elimine la Oncca, que se bajen las retenciones? ¿Cuántos vetos puede bancarse la sociedad?”. Para De Narváez, un adelanto en el calendario los tendría a él y a Duhalde como protagonistas y controladores principales y las primarias quedarían para mejor ocasión. “Desentusiasmado” (sic), Carlos “Lole” Reutemann le dijo a De Narváez que lo “bendeciría y acompañaría” siempre y cuando fuese habilitado por la Corte Suprema. “Francisco es argentino y no tiene que demostrarlo. En abril irá a España y se presentará ante líderes políticos”, confió un colaborador que lo acompañará en ese viaje. Mucha agitación espera a los argentinos corridos por la inflación en los próximos meses. El crecimiento de Ricardo Alfonsín en las encuestas alivia y preocupa a la vez al vicepresidente Julio Cobos, sostenido en la ponderación pública por lo que hizo el 17 de julio de 2008 con su célebre voto no positivo. Claro que hace falta más para convencer a una militancia de boina blanca que se entusiasma con el posicionamiento de Ernesto Sanz. Este mendocino puso en su lugar a “Lilita” Carrió y le avisó a Cobos que se acerca la hora de romper la ambigüedad.

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