Condenaron a 25 años de prisión a los autores del crimen a sangre fría de un panadero en Senillosa

Fue la pena que le impuso el tribunal a los acusados que mataron el 10 de enero pasado a Cristian Moya, a partir de un acuerdo que hicieron con la fiscalía, con la adhesión de la querella y el aval de la defensa. Los condenaron por un homicidio en ocasión de robo, agravado por el uso de arma de fuego.

Cuatro detonaciones resonaron los primeros minutos de la madrugada del 10 de enero pasado, en la calle Calixto Ceballos 665 de Senillosa. Nadie salió a observar qué pasaba. Cristian Eduardo Moya había recibido cuatro tiros de uno de los dos delincuentes que lo habían sorprendido con la intención de robarle su Fiat Cronos. Los proyectiles impactaron en sus piernas y una cadera. Aún así, Moya se acercó hasta la puerta del conductor y forcejeó con Claudio David Ramos Gatica, que se había sentado frente al volante para llevarse el auto, con su cómplice Claudio Daniel Antihual. Pero Ramos Gatica resolvió terminar con la resistencia de Moya.

Sin que le tiemble el pulso, volvió a disparar contra la víctima. La bala, calibre 38, dio en el pecho y apagó la vida de Moya para siempre.

Ramos Gatica y Antihual fueron condenados este jueves por homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego, en carácter de coautores. El tribunal, integrado por las juezas Estefanía Saulí y Natalia Pelosso y el juez Cristian Piana les impuso 25 años de prisión.

Los acusados admitieron su responsabilidad y consintieron la pena como parte de un acuerdo alcanzado con la fiscal Silvia Moreira, que dirigió la investigación del caso. La funcionaria y el asistente letrado Pablo Jávega presentaron el acuerdo ante el tribunal que lo revisó y admitió.


Los antecedentes penales de los imputados del crimen


Moreira mencionó los antecedentes penales computables, como uno de los agravantes que tuvo en cuenta contra los imputados para solicitar los 25 años de prisión.

Recordó que Antihual ya había sido condenado por un homicidio en Cutral Co y estaba prófugo cuando ocurrió el asesinato de Moya, porque tras una salida transitoria del penal de esa ciudad no retornó.

Mientras que Ramos Gatica cometió el homicidio cuando estaba bajo el régimen de libertad asistida, mientras cumplía una condena unificada por hechos de robo y abuso de armas.

La fiscal señaló como otro agravante la naturaleza de la acción y que durante el hecho “mostraron un desprecio absoluto por la vida de Moya”. Tras la audiencia, Moreira explicó a Diario RÍO NEGRO que ese agravante se impuso porque los imputados “antepusieron su necesidad de transporte por encima de la vida del señor Moya”.

También, mencionó que usaron un arma de fuego calibre 38, la extensión del daño causado en la familia de la víctima, que tenía una panadería en Senillosa, y el peligro ocasionado ya que fue un hecho cometido en la calle. Como atenuantes, valoró la edad de los imputados y que reconocieron su culpa.

El abogado que representó a la familia de Moya , que se constituyó como querellante, adhirió al acuerdo presentado por la fiscalía, la calificación legal y el monto de la condena. La defensa oficial de los acusados consintió el acuerdo.

El Fiat Cronos, que le robaron a la víctima, apareció incendiado en Cutral Co. (Foto archivo)

Las pruebas que la fiscalía presentó para probar la acusación


Moreira comentó a este diario que “fue fundamental el análisis de telefonía que permitió identificar líneas telefónicas que llevaron a identificar a los autores. Además de vídeos y análisis comparativo de imágenes”. Esas pruebas comprometieron a los acusados.

También, mencionó el cotejo del arma con el proyectil recuperado que fue positivo. La fiscal contó que el robo del auto de Moya fue al azar. El hombre vivía con uno de sus hijos, que esa madrugada no estaba en el domicilio.

Según la acusación fiscal, con la adhesión de la querella, la víctima estaba dentro de su vehículo Fiat Cronos, hablando por teléfono en el patio. Allí Moya fue abordado por Antihual y Ramos Gatica.

Primero forcejeó con uno y luego con el otro. En ese contexto recibió al menos cuatro impactos de bala en la zona de las piernas y la cadera. Luego, Antihual se sentó en el puesto de conductor y realizó algunas maniobras mientras que su cómplice lo hizo del lado del acompañante.

Moya intentó evitar que se lleven su vehículo y Ramos Gatica volvió a dispararle en la zona del tórax causándole una herida mortal. Los dos acusados se dieron a la fuga en el Fiat Cronos. Escaparon en el auto y se desplazaron hasta Cutral Co, donde el auto fue encontrado incendiado.

El 7 de febrero pasado, policías detuvieron a los dos sospechosos en allanamientos que se hicieron en viviendas del barrio Sapere de la ciudad de Neuquén. Tras la formulación de cargos se les dictó la prisión preventiva. Este miércoles fueron condenados y renunciaron a los plazos procesales para comenzar a cumplir de inmediato la pena.


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