Inés Ragni murió sin que le respondieran dónde están las y los desaparecidos
"La calle no se deja" fue la consigna insistente de Inés Ragni cada 24 de marzo. Cuando estuvo frente a los grupos de tarea en 16 años de juicios, no dejó de exigir que le digan el destino de las y los desaparecidos, a riesgo de las llamadas de atención por la falta de decoro en la sala.
«Den vueltas, den vueltas», exigen las Madres de Plaza de Mayo en las rondas de los terceros jueves en Neuquén, cuando las personas se arremolinan en torno a sus pañuelos blancos para saludarlas y demostrar afecto. Lolín e Inés piden que marchen porque sus cuerpos, ya gastados por reclamar justicia, están restringidos de seguir el ritmo luego de tanta caminata tras casi medio siglo en la calle. «Digan dónde están», insistió a los responsables, Inés Ragni, en cada juicio.
Inés Ragni, de la seccional Neuquén y Alto Valle de las Madres de Plaza de Mayo, falleció hoy a los 96 años luego de un par de días de internación en el hospital regional. Junto con Oscar Antonio Ragni, su compañero de vida y de lucha, fueron Padre y Madre de la Plaza de Mayo.
Como Adelina Pifarré o Beba Mujica, (que integró el primer puñado de Madres que marcharon en torno a la plaza de Mayo) exigió justicia hasta el último paso.
En 2008, Inés Ragni, madre de Oscar Alfredo y «y de los 30.000» -como porfiaba en recordar- siguió a un general por las calles de Neuquén desde las escalinatas del juzgado federal en la calle Carlos H Rodríguez hasta el auto que había quedado estacionado en la zona de las diagonales. Fue uno de los primeros juicios que se desarrollaron en el país tras la reapertura de las causas contra los militares por los delitos cometidos durante la dictadura.
Rodeado por las cámaras de televisión, reporteros de los medios gráficos y periodistas, al militar le resultaron interminables las pocas cuadras céntricas mientras Inés insistía con paso rápido en la calle, a su lado, con el dedo en alto y a viva voz, por una respuesta a las preguntas que el jerarca devolvió con evasivas a los jueces.
La postura inquisidora de Inés le llegó a Raúl Guglielminetti, partícipe de los secuestros y desapariciones de las universitarias de Neuquén. «Acá está Beba con nosotras, dónde está Susana», le dijo desde el público en la sala de audiencias cuando los jueces aún exigían que los imputados estuvieran en la sala.
Al general Enrique Braulio Olea (representado por su hija Laura, la de los chats libertarios del escándalo por la visita en Ezeiza) le recriminó más de una vez que mintió cuando dijo que no conocía el centro clandestino en los fondos del Batallón de Ingenieros, que estaba a su cargo. Y volvió a reclamar a viva voz que dijera dónde están.
Varios años después, pidió permiso al tribunal e insistió en que Jorge Di Pasquale (otro de los condenados de Inteligencia en Neuquén por integrar los grupos de tarea) aportara datos. A Oscar Ragni se lo llevaron de la vereda de su casa el 23 de diciembre de 1.976 y sólo se supo de él que estuvo cautivo en «La Escuelita».
«Mi esposo hizo todo» resumió este año, nuevamente ante un tribunal, en referencia a los habeas córpus planteados en Neuquén en el juicio contra el ex juez Pedro Duarte y al ex fiscal Víctor Ortiz. «Algún día voy a saber quién fue, es Justicia lo que estoy pidiendo: no me quiero ir sin saber qué hicieron con mi hijo, les dijo. «Este pañuelo es en defensa de los 30.000 desaparecidos», les insistió.
Inés Ragni y Lolín Rigoni convocaron este año a la marcha federal en Defensa de la Universidad Pública, así como antes reclamaron por el trabajo de los obreros de Zanón, de las textiles, se sumaron a las marchas por más presupuesto Salud y Educación. Estuvieron en cada demanda de Justicia, porque aseguran que fue el legado que aprendieron de sus hijos, en ese camino de búsqueda y reclamo por los desaparecidos.
“En enero de 1977 las madres todavía no éramos Madres, éramos familiares de detenidos, acudíamos al diario, a la policía, al comando y demás lados y nadie nos contestaba. Solo se abrieron las puertas del Obispado, que fueron las puertas más grandes de los Derechos Humanos. El obispo (Jaime De Nevares) había fundado la asamblea con las personas que había convocado para la comisión y todos los martes a las 21, nos reuníamos con la APDH. Hoy Jaime nos acompaña desde el cielo. Siempre nos pidió a las madres neuquinas que no bajáramos los brazos y cumplimos hasta hoy con Jaime y los con 30 mil”, dijo Inés en marzo de 2022, cuando se preparaban para marchar por la avenida Argentina.
La asociación Madres, sede Neuquén y Alto Valle, nació el 30 de abril de 1977, cuando con un pañuelo sobre la cabeza, un grupo de mujeres que buscaban a sus hijas e hijos en Neuquén y Buenos Aires, dieron vueltas en Plaza de Mayo en modo de ronda, mientras la policía las amenazaban para que … circulen, circulen… y dejen de protestar en la calle.
Despedida
La despedida de Inés Rigo de Ragni será hoy de 17 a 21 en la sala de CALF, Alderete 222 de Neuquén Capital. Sus restos serán llevados al Cementerio Central, mañana lunes a las 10.
«Nos deja como legado la coherencia de más de 47 años de lucha», destacó hoy la Asociación Madres de Plaza de Mayo Alto Valle y el grupo de Apoyo de las Madres y los 30.000, en el comunicado en el que dieron a conocer el fallecimiento de Inés y acompañaron a María Inés y María Eva. «Ni un paso Atrás, Inés Ragni #Presente!», plantearon.
La APDH despidió a Inés Ragni con unas líneas en las que recordó que su despedida «nos obliga a seguir su ejemplo de lucha y coherencia». «Fue una referente indiscutida junto a otras madres a las que le arrancaron sus hijos; luchó toda su vida reclamando aparición con vida, interpeló a los genocidas para que digan dónde están y solo encontró, como respuesta, el silencio».
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