ATEN y la paradoja del presentismo en Neuquén
Hay una idea de dejar que el conflicto se “desinfle” solo, restarle legitimidad a las medidas de fuerza y esperar el efecto del descuento de días.
El diputado kirchnerista Darío Martínez describió esta semana el paro docente que atraviesa la gestión de Rolando Figueroa como un “récord Guinness”: “Solo a este gobierno le pasa de poner más plata y generar un conflicto”.
Es así de paradójico el férreo enfrentamiento que se desató este semestre en la provincia de Neuquén por una ley que definió pagarle un plus salarial a los maestros y maestras por no faltar. No por hacer horas extras, no por asistir a jornadas los sábados, sino simplemente por ir a trabajar.
La herramienta se diseñó así justamente para evitar la tradicional definición de presentismo que implica descuentos por inasistencias. Es decir: con esta ley, si un docente falta no sufre un recorte en su sueldo habitual, solo se pierde este “adicional” que representa un 15% extra por trimestre.
La reglamentación que le entregó el gobierno a la conducción de ATEN la semana pasada para intentar cerrar el conflicto, además, incluyó casi todas las licencias del estatuto en la percepción del adicional. Hubo muchos diputados, incluso del propio oficialismo, que cuestionaron en la sesión del miércoles pasado que esas incorporaciones terminaron diluyendo la ley porque la van a cobrar casi todos, falten o no falten.
“Calculo que en nuestro gobierno debe haber algún morralero cuando veo el decreto, porque es tan amplio que ya no sé si la ley tiene sentido”, se quejó Marcelo Bermúdez del PRO.
En el gobierno justificaron que siempre estuvo claro que se reglamentaría de esa manera y que el presentismo servirá para otro tipo de casos, los más habituales, como faltar para extender un fin de semana largo, porque un día alguien se levanta desganado o, la madre de todas las batallas, para frenar los certificados psicológicos.
Volviendo al récord Guinness, Figueroa estimó que el plus les representará a los docentes que cumplan “un sueldo más” a fin de año. Si se le pagara a todos sería otra masa salarial para sumar a los más de 100.000 millones que se pagan mes a mes por toda la planta provincial.
El secretario general de ATEN, Marcelo Guagliardo, dijo que sí y las asambleas que no. Es cierto que el dirigente buscó que el gobierno le tienda una mano para salir del conflicto, pero tampoco hubo un esfuerzo concreto para revertir la tendencia que hoy se inclina a endurecer las medidas de la mano de la oposición que lidera Angélica Lagunas.
Hay sectores dentro del propio gobierno que consideran que hubo una estrategia equivocada. Se confió en la capacidad de Guagliardo para conducir al gremio a una resolución, pero “se dio vuelta y perdió todas las asambleas”. También ahí hay una devolución de favores: Figueroa dejó a la conducción en offside cuando aceleró la aprobación del presentismo en la Legislatura y no tuvo ni la cortesía de ponerlo sobreaviso. Buena suerte ahora negociando con la Multicolor.
El sector más duro de ATEN funda la continuidad del paro en el pedido de derogación de la ley de presentismo. ¿Quieren los docentes renunciar a “un sueldo más” por año solo para ganarle una batalla política a Figueroa?
Es la principal paradoja del conflicto que, tanto el Ejecutivo como la conducción de Guagliardo en ATEN parecen esta semana haber “soltado”. El gobierno no volverá a convocar y los sectores afines a la conducción del sindicato no participarán de las asambleas.
Hay una idea de dejar que el conflicto se “desinfle” solo, restarle legitimidad a las medidas de fuerza y esperar el efecto del descuento de días de paro sobre los recibos de sueldo que llegarán dentro de poco.
Según informó el Consejo Provincial de Educación (CPE), el corte para la liquidación se hizo al 20 de agosto, por lo que ingresarían en el descuento siete días de huelga. Para un docente sin antigüedad, serán unos 175.000 pesos menos en su bolsillo.
Figueroa entiende que esa firmeza, más que el presentismo, será el “cambio” que premiarán sus futuros electores.
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