Frutazo agroecológico en Neuquén: historia de un chacarero de tercera generación

Eduardo es productor de Centenario y participó de la feria en la Universidad del Comahue. Habló de un “nuevo paradigma en la producción de alimentos”. 

“Es un sacrificio, pero es de vocación. La familia agricultora siempre se cría en la tierra, produciendo con las plantas y animales”, contó Eduardo Siliquini, tercera generación de productores en su familia.

Desde Centenario, fue parte de los que vendieron más de 900 kilos de fruta en la primera feria agroecológica en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). Es nacido y criado en el sector rural, mamó los conocimientos de primera mano y al cumplir la edad se fue a estudiar.

Se recibió de ingeniero agrónomo en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCo, en Cinco Saltos. “Yo venía solamente de ser chacarero y el chacarero hace por fuerza de vocación. A la vez, la educación es muy importante para mejorar y para crecer como emprendedores”, señaló. 

Ya dedicado a su profesión, pero también a la labor como pequeño productor agroecológico, decidió devolverle un poco a la universidad de eso que tanto le dio. Por eso fue parte, como productor y como técnico de la Subsecretaría de Producción de Neuquén, de los que organizaron el Frutazo en la universidad el viernes pasado, junto a los estudiantes de «Encuentro Comahue».  

Eduardo tuvo la posibilidad de estudiar y recibirse de eso que tanto le apasionaba desde la cuna. Así pudo poner sus conocimientos al servicio del emprendimiento familiar, que hoy lidera su abuela Isabel Martínez, una mujer de 78 años que sigue en pie dedicada de lleno a la agricultura.

Foto: Florencia Salto.

En su chacra se respetan los principios de la agroecología. “La primera necesidad fue la soberanía alimentaria”, aseguró. Empezaron a producir para consumo familiar y a partir de los excedentes que se generaron empezaron a comercializar a nivel local. 

Tienen animales de cría, cultivos forrajeros, hortícolas, frutícolas y con los años empezaron a diversificar y generar un espacio más sustentable, sostenible. Hace seis años transitan la senda de la agroecología e incentivan a otros en esta dinámica, un “nuevo paradigma en la producción de alimentos”, caracterizó. 

Actualmente estoy haciendo extensión rural en dos departamentos, la zona de Vaca Muerta y Confluencia. Somos dos técnicos trabajando, articulando mesas interinstitucionales para resolver problemas de la comunidad principalmente a nivel de producción”, comentó. 

Siliquini define a su trabajo como militancia, y más aún desde que es parte de la Mesa Campesina del Norte Neuquino desde donde articulan dentro de la Mesa Alimentaria Argentina. 

«La agroecología no es solamente producir alimento, conlleva las dimensiones sociales y económicas que ahí engloba a otras ciencias y a toda la comunidad».

Eduardo Siliquini, productor y técnico en la Subsecretaría de Producción.

Cómo nació el frutazo, la primera feria en la universidad


En conversaciones y articulación con estudiantes universitarios, se les ocurrió hacer un evento en el que puedan acercar alimentos de la agricultura familiar, pequeños emprendimientos, pequeñas empresas agricultoras de la zona, desde el territorio; a la UNCo, según explicó.  

«La idea fue acercar el alimento que produce el productor directamente a la comunidad», dijo. De esa manera tener un costo menor para que las personas que lo requieran por una cuestión de poder adquisitivo, puedan comprar alimento a un precio más bajo y un alimento de calidad en varios sentidos.

Participaron otros productores de Centenario que están en la lucha, resistiendo y produciendo con esfuerzo en zonas de Confluencia y Vaca Muerta, donde la matriz productiva es el petróleo e hidrocarburos. “Eso genera un impacto en la producción agropecuaria”, dijo. 

Foto: Florencia Salto.

“A veces los productores no le sacan la retribución que le tienen que sacar a la fruta. Hay que generar más de estos espacios como ferias de alimentos”, dijo y agregó: “Son espacios para defender”.

Durante los meses de verano, pequeños chacareros se agrupan y autoorganizan para comercializar frutas del Alto Valle a distintos lugares de la Patagonia, apoyándose y tendiendo manos mutuas para poder comercializar su producción.

Para cerrar, Eduardo dijo que es primordial que la fruta sea parte de la dieta diaria de todas las personas. “Necesitamos comer lo más balanceado y natural posible para tener una calidad de vida sana”, aseguró y más en momentos de crisis; donde a los estudiantes se les hace cuesta arriba alimentarse bien y estudiar. 

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