Cuando la nieve se derritió en su campo de Santa Cruz, encontró 2.000 ovejas muertas
Un productor ganadero de Gobernador Gregores perdió la mitad de la hacienda en los últimos meses. Los animales quedaron sepultados bajo la nieve. Estima pérdidas por 140 millones de pesos.
Recién cuando la nieve comenzó a derretirse, el productor ganadero Sergio Poklepovic pudo recorrer su campo en Gobernador Gregores, en el Departamento de Río Chico en Santa Cruz. El panorama fue desolador: perdió más de 2.000 ovejas que quedaron sepultadas bajo la nieve.
“Es lamentable, pero era algo que me imaginaba. Te das cuenta cuando falta hacienda. El temporal fue tan grande, un manto blanco cubrió absolutamente todo y ahora que empezó a derretirse empezaron a aparecer los animales”, describe este productor de 56 años, propietario de un campo de 20 mil hectáreas, próximo al parque nacional Perito Moreno, sobre la ruta nacional 40.
La primera nevada sorprendió a fines de abril y en ese momento, se acumularon 90 centímetros de nieve. Nunca se derritió y a mediados de junio, se sumó una segunda nevada durante cinco días consecutivos con viento fuerte. Poklepovic asegura que había, por lo menos, dos metros de nieve.
“Intentábamos hacer huella, con mi hijo mayor de 24 años que es mi mano derecha, arreando las yeguas hacia la parte más alta para poder limpiar un poco de nieve. Tengo el campo preparado para la invernada, pero cuando es tanta la nieve te supera”, relata a RÍO NEGRO.
La región no registraba una nevada similar desde 2000, año en que Poklepovic perdió 5.000 ovejas. “Nos quedó poca hacienda. Después de ese año, fue empezar de cero. Levantamos el número y fuimos creciendo de a poco. Siempre apuntando a la producción”, dice.
Pérdida millonaria
Una vez más, el productor volvió a perder la mitad de su hacienda bajo la nieve. Estima una pérdida de 140 millones de pesos. “Es muy difícil calcular pero pensar en 70 mil pesos por oveja no es descabellado. Había ovejas que estaban para esquilar a fin de septiembre. Ahí tenía 10 meses de lana. Un kilo de lana está en 3,20 dólares. Y algunas estaban preñadas. De modo que perdés la oveja, la lana y el cordero que nacería en octubre porque ahí empieza a parir la hacienda”, se lamenta.
Poklepovic recuerda que cuando cayó la segunda nevada, “se taparon las antenas de internet y perdió comunicación con la gente del campo. Además, las rutas estaban intransitables y se dependía de Vialidad”. En ese momento, se conformaron centros de operaciones de emergencias en todos los pueblos.
“Hubo un uso político. Los funcionarios iban a sacarse fotos. Priorizaron la zona de la ruta 12 donde hay campos abandonados”, objeta.
“¿Cómo hubiera podido evitarse el desastre?”, pregunta este diario. “Las máquinas permiten despejar la zona más rápido, el mismo trabajo que hice con caballos y que me tomaba 15 días. Pero me cansé de pedirlas. Esta es la zona más productiva. Y soy el único que vive en la zona porque hay muchos productores de Buenos Aires, de Bariloche”, responde.
Explicó que, al quedar encerradas en la nieve, las ovejas “empiezan a girar en círculo y no pueden salir”. “Quedan medio tontas. Al abrirles ese lugar, los animales pueden salir para comer. Las tapó la nieve y murieron”, dice.
No logra ocultar su angustia, pero insiste en que “hay que seguir trabajando. Da bronca que el gobierno se llena la boca hablando del campo y nadie me contactó. La ayuda nunca llegó. No soy el único productor afectado”.
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