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Planta de GNL: es necesario debatir el RIGI en Río Negro

Queremos discutir sin ofensas ni insultos. No pensamos que quienes apoyan este régimen especial para grandes inversores son “entreguistas” ni aceptamos que digan que quienes lo rechazamos “no queremos inversiones”.

Punta Colorada, Sierra Grande

Para que quede bien claro: ¡Todos los peronistas rionegrinos (no solo “algunos”) queremos q la planta de Gas Natural Licuado (GNL) se instale en nuestra provincia!

Lo que “algunos” apoyan y la mayoría del peronismo no, es un RIGI que entrega casi todo, dejando muy poco en Río Negro. Y no avalamos, en nada, las condiciones de “enclave” que propone el gobernador (puerto sin presencia estatal alguna, carencia de control oficial, manejo exclusivo de los privados).

Esas condiciones leoninas tanto del RIGI como lo que impulsa Weretilneck, dejan a los privados temas que hacen a la inevitable regulación estatal. Regalan soberanía territorial e institucional.

Petronas e YPF tienen mucho interés en nuestras ventajas de calado de puerto, ya que es ventajosa la diferencia de profundidad de aguas de nuestro Golfo San Matías respecto a Bahía Blanca, y de mejores contextos naturales para instalar la planta.

Por supuesto que apoyamos todo lo que signifique inversión privada, que permita ingreso de divisas a nuestro territorio y que mejore situaciones de demanda laboral y profesional para nuestros comprovincianos y distribuya beneficios para la comunidad rionegrina y garantice un certero desarrollo productivo.

Sin regulaciones

Pero, lamentablemente, esto no está asegurado por la vigencia del RIGI ni por la inentendible postura del gobernador sobre que la provincia se retira de toda regulación sobre el espacio cedido y en ese mini territorio rionegrino ya no caben las leyes provinciales.

El RIGI pone en legalidad desequilibrios e inequidades entre nacionales y extranjeros y entre inversiones consolidadas con esfuerzo y las nuevas.

Lleva a 30 años la garantía de exacción y giro de divisas al exterior y eso lo aseguran tribunales extranjeros, donde generalmente y ante reclamos que hacemos, siempre perdemos.

Claro que queremos que la planta venga a la provincia, pero nos agradaría que el gobierno fije alguna cuota de obligatoriedad de ingreso laboral local y de compra y utilización de bienes y servicios a proveedores rionegrinos (ambas cuestiones no están claras en la ley nacional que las deja al arbitrio de una desconocida “autoridad de aplicación” a constituirse).

Estamos a favor de un Régimen especial para grandes inversiones. ¡Claro que sí! Que ofrezca diferencial impositivo (pero no estos 30 años increíbles que brinda el RIGI).

No habrá problema en ceder tierras e incluso impulsar una resolución de zona franca (pero jamás sobre la base de que en ese espacio territorial de Río Negro, no rijan las disposiciones provinciales), queremos que se incorpore un capítulo sobre cómo se hacen cargo del pasivo ambiental y como ser resuelve el uso ultraintensivo del agua (que es el verdadero activo estratégico a proteger, no solo de la provincia sino de todo el país) y que fije claras obligaciones de evaluaciones ambientales y marque sanciones en caso de contaminación del suelo y el ambiente.

La racionalidad debe guiar todo desarrollo productivo. Y no vemos esa racionalidad acá.

No estamos cerrados a inversiones lógicas y sabemos que el capital extranjero ayuda al desarrollo nacional, pero no de cualquier forma.

Recursos naturales en riesgo


El RIGI vulnera la ocasión de mejorar la utilización de nuestros recursos naturales para obtener renta genuina que se vuelque en sectores de la producción ya instalados e impulsen los nuevos que surjan de esa inversión.

La provincia quedará sujeta de pies y manos durante 30 años sin posibilidad de sumar mejores rentabilidades y desde ahí encarar nuevos modelos productivos.

El RIGI y la propuesta del gobernador combinan una irritante y poco feliz mezcla de privilegios al capital extranjero y restringen el bien colectivo. No hay muchos ejemplos en el mundo de una legislación similar.

Es la experiencia regulatoria más “generosa” en la historia argentina. Y con un agravante, prácticamente ¡no tiene condiciones a cambio!

Es tan así que, sin ningún tapujo, el RIGI prohibe durante 30 años cualquier alteración a los escenarios establecidos que no pueden modificarse ni en lo nacional ni en lo provincial ni en lo municipal.

Y si querés quejarte, andá a cantarle a Gardel o apelá al Ciadi. Uno es imposible y el otro es salir perdiendo seguro.

Y es necesario aclarar que había un acuerdo original entre YPF y Petronas, por la famosa inversión de los 30 mil millones de dólares y estableció mejores condiciones para las industrias nacionales, el despegue de economías regiones y obligaba a trasferencia de tecnología, contratación de proveedores locales (en general son PYMES) y toma laboral de trabajadores del lugar.

Y esto, estaba aprobado en el Senado nacional. Por supuesto, en Petronas de giles no tienen nada y todo eso lo dejaron de lado cuando apareció el RIGI, que les ofrece la noche de Reyes, Navidad y Año nuevo, todo junto envuelto para regalo.

* Exdiputado Nacional (FpV). Peronistas rionegrinos.


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