Alberto Fernández denunciado por violencia de género: el inicio de la causa y cómo sigue la investigación

En medio de las diligencias de la Justicia se filtraron fotos, videos y chats que complican más al exmandatario.

Alberto Fernández afronta una grave acusación de violencia de género. Lo que comenzó con una denuncia por parte de su exesposa Fabiola Yañez ahora también incluye evidencia filtrada como fotos, videos y conversaciones. A medida que la investigación avanza se conocen más detalles que complican al expresidente.

Cómo empezó la causa


A fines de febrero, Alberto Fernández quedó formalmente imputado en la causa que investiga el escándalo por la trama de contrataciones por parte del Estado nacional a Nación Seguros, en donde habrían actuado intermediarios y empresas privadas.

La denuncia habla de delitos de violación a los deberes de funcionario público y abuso de autoridad y malversación de caudales públicos. En ese primer impulso, el Ministerio Público también imputó al ex titular de Nación Seguros SA, Alberto Pagliano, y Héctor Martínez Sosa, el marido de una de sus históricas secretarias privadas de Alberto Fernández María Cantero. En la causa hubo distintas medidas de prueba, allanamientos y secuestros de teléfonos.

En el teléfono de María Cantero, se encontraron mensajes que le habría enviado Fabiola Yañez dando cuenta de diálogos con Fernández y fotos en donde se veía a la primera dama con un ojo en compota y moretones en el brazo. Los diálogos habrían tenido lugar entre julio y agosto de 2021, justo cuando se habría conocido el escándalo de la fiesta de Olivos, sucedida un año antes en plena pandemia y aislamiento.

Qué pasó a raíz de esas fotos


El juez Julián Ercolini separó ese material en un legajo aparte y contactó a Fabiola Yañez, que vive en España, a través de su abogado Juan Pablo Fioribello para invitarla a denunciar. Esta clase de investigaciones sólo pueden avanzar si la víctima es la que denuncia. “El juez le ofreció hacer una denuncia pero ella no quiso -contó públicamente Fioribello-. Aclaro que yo no vi fotos vinculadas con violencia ni me consta que estén en la causa. Por ese motivo, el juzgado archivó ese incidente”, señaló.

También afirmó que se había comunicado con el expresidente y le contó de esos chats y según dijo le aseguró que bajo ningún concepto hubo un hecho de violencia física.

Cuándo cambió el escenario


El martes pasado, tras la publicación en el diario Clarín sobre la existencia de esas sospechas por violencia de género y las horas posteriores con enorme repercusión periodística, Fabiola Yañez se volvió a comunicar con el juzgado de Ercolini.

Lo hizo sin avisarle a su abogado. “No aguanto más, quiero hacer la denuncia”, le dijo al juez. Durante 40 minutos, vía zoom, Fabiola afirmó estar sufriendo “terrorismo psicológico” y “acoso telefónico” para que no lo denunciara.

En ese contexto, el juez dictó una serie de medidas cautelares: le prohibió al expresidente “todo tipo de contacto físico, telefónico -por línea fija y/o celular-, por correo electrónico, sistema de mensajería de texto y/o voz a través de cualquier plataforma, por vía de terceras personas y/o por cualquier otro medio que signifique intromisión injustificada con relación a la persona nombrada”. Le prohibió la salida del país y le planteó al Ministerio de Seguridad reforzar la custodia de Fabiola. Aunque viven en continentes distintos, la orden incluye una prohibición de no acercarse a Fabiola en un radio de 500 metros.

Cómo reaccionó Alberto Fernández


En las primeras horas no hubo presentaciones en la causa. “Enterado por los medios de comunicación de la denuncia de Fabiola Yañez en mi contra, quiero expresar que la verdad de los hechos es otra. Solo voy a decir que es falso y que jamás ocurrió lo que ahora me imputa -dijo en un comunicado- “Por la integridad de mis hijos, de mi persona y también de la propia Fabiola, no voy a hacer declaraciones mediáticas, sino que aportaré ante la justicia las pruebas y testimonios que dejarán en evidencia lo que realmente ocurrió”.

Por esas horas, buscó una abogada que lo representara. En la causa de los seguros lo asesora la letrada Mariana Barbitta, pero ella no forma parte de su defensa en esta causa por violencia de género. A última tarde del viernes, a través de un escrito enviado al juzgado, informó que designaba a la abogada Silvina Irene Carreiras, que no tiene causas mediáticas.

La estrategia de Fabiola


Tras la decisión de impulsar la causa, el juez delegó la causa en la fiscalía. En ese contexto, el fiscal Carlos Rívolo convocó a la Dirección General de Acompañamiento, de Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC), a cargo de Malena Derdoy, y a la Unidad Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), en manos de Mariela Labozetta; y tomó contacto con Yañez. “Interiorizó a la víctima de sus derechos y le informó sobre el proceso”, se informó en un escueto comunicado.

Al día siguiente, profesionales de DOVIC mantuvieron una entrevista por videoconferencia con la ex primera dama. Hasta el momento Yañez no declaró. Pero sí resolvió cambiar de abogado. Dejó el asesoramiento de Fioribello y contrató los servicios de Mariana Gallego, una especialista en temas de civiles y de familia que ya tuvo otras causas famosas representando a Mirtha Legrand o a Rodrigo De Paul. Se esperaba que la abogada y la exprimera dama tuvieran una entrevista en profundidad que permitiera avanzar con su declaración testimonial.

La aparición de las fotos


Aunque para la causa no cambió nada en ese punto, en la noche del jueves se conocieron las fotos y los chats que había en el teléfono de Cantero. Allí se leía que Fabiola le pedía a Fernández que dejara de golpearla: “Esto no funciona así todo el tiempo me golpeas. Es insólito. No puedo dejar que me hagas esto cuando yo no te hice nada. Y todo lo que trato de hacer con la mente centrada es defenderte y vos me golpeas físicamente. No hay explicación”. También aparecían frases como “Me volves a golpear. Estás loco”; “Venís golpeándome hace tres días seguidos” o “Cuando me zamarreaste de los brazos me dejaste moretones”.

Había dos fotos: una con Fabiola con el ojo en compota, y otra -sin el ojo lastimado- levantando el brazo, en donde se veía el moretón que tenía en la parte interna debajo de la axila.

Las imágenes redoblaron las críticas y los repudios al ex presidente, incluso desde su propio arco político. Las palabras de Cristina Kirchner se conocieron el viernes al mediodía.

Sorteo, allanamiento y secuestro


El viernes por la mañana el fiscal Carlos Rívolo decidió mandar a sorteo la causa por las lesiones, luego de que se hubieran tomado las primeras medidas urgentes de prohibición de contacto. ¿Por qué? Porque esa investigación se seguía sustanciando al compás de la causa de los seguros, pero no tenía nada que ver con los hechos de corrupción allí investigados.

Como sucede en cada expediente donde se toma conocimiento de un ilícito ajeno a esa pesquisa inicial, el caso debe ser sorteado para que otro juez intervenga. Así se hizo pero el sorteo volvió a elegir al juez Ercolini. De los doce juzgados, había seis que podían salir. Y dos de ellos están en manos de Ercolini por la cantidad de vacantes que hay en el fuero. El caso salió del juzgado 11 y a partir de ahora tramita en el juzgado 10, pero con la intervención de otro fiscal, Ramiro González.

La importancia de avanzar con esta nueva causa, ajena al caso seguros, era clave: para poder ordenar medidas que tuvieran que ver con la investigación. Y eso fue lo que pasó. Inmediatamente, el fiscal pidió el secreto de sumario en la causa y solicitó un allanamiento al departamento de Alberto Fernández, en el edificio River View de Puerto Madero donde se encuentra recluido.

La orden era secuestrarle el teléfono celular y cualquier otro dispositivo con el que pudieran haberse comunicado con Fabiola en estas horas. La sospecha es que habría seguido el hostigamiento denunciado por la ex primera dama luego de las órdenes de prohibición de contacto dictadas por Ercolini. El procedimiento se cumplió en la noche del viernes.

Los policías se llevaron dos teléfonos, un iPad , 22 pendrives,y dos memorias. Los investigadores evaluarán el material para definir cómo proceder.

¿Cómo sigue la investigación?


El próximo paso clave es poder escuchar a Fabiola Yañez. Será ella quien, a través de su relato, podrá enmarcar en qué contexto ocurrieron los chats y las fotos que aparecían en el teléfono de Maria Cantero.

Y también detallar si hubo más episodios de violencia física o verbal, dónde ocurrieron y cuándo. También saber si hay más personas que pudieron haber sido testigos de esos episodios. María Cantero podría ser una de las convocadas: la pregunta es qué hizo después de haber recibido los mensajes de Fabiola.

Ese escenario le permitirá a los investigadores estructurar el cuadro de investigación y también definir si el caso debe continuar en Comodoro Py o debe cambiar de jurisdicción. La discusión no solo puede enmarcarse sobre si el caso es un delito federal sino también si tiene que derivarse a los tribunales de San Isidro, donde se investigó la causa por la fiesta de Olivos.

Con información de Infobae


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