Proliferación de comedores y personas en el basural de Bariloche: piden un relevamiento
Los espacios que brindan asistencia alimentaria no reciben ayuda por parte del Estado y cada vez, les cuesta más sostenerse. También preocupa la cantidad de gente en busca de comida y ropa para vender en el vertedero. La concejal Julieta Wallace propuso crear un Programa de Asistencia Alimentaria.
Los comedores y merenderos no dan abasto ante la creciente demanda social. Cada vez más familias acuden en busca de un plato de comida. Pero a la vez, los recursos son finitos. Muchas de estas instituciones no reciben ayuda del estado y dependen exclusivamente de las donaciones particulares que, ante la falta de trabajo y los índices inflacionarios, también van disminuyendo. Paralelamente, el basural se llena a diario de personas en busca de comida y ropa para vender. Según los vecinos de los barrios circundantes, abundan los niños y adolescentes.
“No podemos mirar para otro lado. Hay que mirar en profundidad lo que pasa en nuestros barrios”, planteó la concejal Julieta Wallace que presentó dos proyectos de ordenanza.
Por un lado, propuso realizar un registro de comedores y merenderos. Argumentó que después de la pandemia por el Covid-19 florecieron gran cantidad de espacios para brindar asistencia alimentaria y consideró que hoy, los indicadores son similares a ese contexto. Así lo refleja el último informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina, que depende de la Universidad Católica Argentina (UCA), que da cuenta de un índice de pobreza del 54,9% y del 20.3% de indigencia durante el primer trimestre de 2024.
En 2019, las organizaciones sociales reclamaron la declaración de emergencia alimentaria durante el evento «Bariloche a la Carta». En ese momento, dieron a conocer un relevamiento, según el cual había 25 comedores y merenderos en la ciudad, y un total de 2.500 personas asistidas con un plato de comida en esos espacios que no contaban con apoyo estatal. El entonces intendente Gustavo Gennuso había cuestionado la proliferación de comedores que no recibían aportes ni subsidios municipales, por considerar que había «otras herramientas municipales y programas sociales alimentarios que contenían a las familias».
En esta ocasión, Wallace argumentó que “para pensar cualquier política pública necesitamos conocer cuántos comedores o merenderos existen en la ciudad. La idea es entregar una ficha para que expliquen en qué momento del día brindan asistencia, quén prepara todo, si tienen ayuda del estado”.
El relevamiento, especifica la iniciativa, permitiría generar estadísticas socioeconómicas locales sobre los usuarios que concurren a estos espacios. Pero además, la finalidad es fortalecer con módulos alimentarios a los comedores y merenderos comunitarios que se encuentren registrados.
Advirtió que hoy en día, “no se acompaña el esfuezo que hacen las instituciones”. “Se empieza a generar como un embudo. Se empiezan a cerrar puertas por la pérdida de trabajo y la situación inflacionaria. Este esfuerzo de quienes llevan adelante comedores debe tener una red de apoyo y contención por parte del estado. No solo a través de dinero o alimentos sino acompañamiento de profesionales de la salud o de la educación”, dijo.
La concejal también centró la mirada en el basural a cielo abierto de Bariloche. Sugirió realizar un relevamiento en el lugar respecto a la presencia de niños y adolescentes en un plazo de 30 días.
“La situación social de vulnerabilidad por la crisis económica, la inflación y los desajustes de la macroeconomía impactan en los sectores más vulnerables. Y el vertedero es una caja de resonancia de esta situación. Por eso, la Asociación de Recicladores Bariloche (ARB) surge en 2001. Y el año pasado, surgió un nuevo grupo Nueva Esperanza que recolecta elementos para reciclar del basural. Pero los chicos deben estar en la escuela”, aseveró Wallace y recalcó que, al no haber un cerco perimetral acorde, “se convierte en tierra de nadie”.
El informe sobre la situación social del vertedero será remitido a diversas áreas para que tomen medidas como así también al Concejo Municipal, la Defensoría del Pueblo de Bariloche y la Defensoría de Menores e Incapaces. A la vez, la iniciativa prevé la puesta en marcha de un Programa de Asistencia Alimentaria.
“Cuando el estado disminuye la presencia, el control y se relaja, la situación social empieza a explotar”, mencionó y recordó que días atrás, el chofer de un camión de basura fue increpado por la gente que esperaba la descarga del vehículo en el basural. “El estado -continuó- no debe mirar para otro lado y debe generar una red de contención. En la iglesia del Pilar I se brinda asistencia alimentaria que representa el esfuerzo de mucha gente. Sin una ayuda económica en alimentos es difícil”.
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