Spark, encuentro de casi mil docentes rurales para plantear una nueva manera de enseñar en las aulas
El ciclo de charlas fue organizado en Neuquén por primera vez, por la fundación Bunge y Born en conjunto con la fundación Pérez Companc. Se plantearon diferentes formas de abordar el aprendizaje de manera creativa e innovadora. Las sedes fueron el Ruca Che y el espacio Duam.
Casi mil docentes de establecimientos rurales participaron ayer y hoy del «Spark, encuentro de ciencia, arte y tecnología» que se realizó en Neuquén. Se trata de un espacio organizado por la fundación Bunge y Born en colaboración con la fundación Pérez Companc, que se viene realizaron en todas las regiones del país y que este mes llegó por primera vez a la Patagonia. La propuesta, a la que llaman el «Lollapalooza» de la educación, intenta difundir entre los docentes de áreas rurales nuevas maneras creativas de abordar los aprendizajes dentro del aula en tiempos modernos.
Desde las primeras horas del día los docentes ingresaron al predio de Ruca Che el primer día y del Duam, el segundo, para elegir de qué sala formarían parte, de acuerdo a las temáticas que allí se tratarían. Dispuestos en cuatro espacios diferentes, el grupo de maestros se fue encontrando con profesionales que a través de «técnicas no convencionales», brindaron capacitaciones sobre los cambios que deberá afrontar la educación mirando al futuro de los próximos cinco minutos, sin perder de vista que todo es constante y cada uno se puede adaptar. También hubo conversatorios sobre ciencia, donde los docentes descubrieron que dentro de un laboratorio se pueden descubrir nuevas maneras de pensar el mundo y que también la ciencia contiene lindas historias para ser contadas o leídas desde un viejo libro de textos.
En el sector de lo que serían las áreas artísticas, tres disertantes hablaron del juego como mecanismo para expresar emociones y sentires y que todos aprenden «mejor» a través de los lúdico. A través de una pequeña orquesta, un director mostró de qué manera se puede organizar un grupo para que funcione armónicamente, cada uno a su tiempo y en conjunto cuando es necesario. Aplica para las clases dentro del aula. La literatura también estuvo presente como un modo de incorporar a nuestro universo emocional, las emociones de los otros.
Y finalmente el cuatro sector estuvo destinado a los curiosos de indagar en las nuevas tecnologías y la Inteligencia Artificial y el modo en que podrían ayudar para fomentar la educación de los estudiantes. Acá apareció la pregunta: ¿Qué le aporta a los docentes de escuelas rurales este tipo de conocimientos para lugares donde tal vez ni siquiera exista señal de internet?. La respuesta fue muy sencilla: «Si no llegó, en algún momento irremediablemente llegará y es mejor estar ya preparados para eso». Uno de los disertantes abrió el debate de si es o no relevante la IA en la educación primaria.
«Spark es festival itinerante que hacemos todos los años. Es una jornada destinada para entre 600 y 1.000 docentes. La fundación Bunge y Born que se dedica hace más de 40 años a la educación entre otras cosas, Y ese foco está puesto porque consideramos que es una de las áreas que está más relegada, los docentes están más solos y necesitan esos mimos para que su tarea sea cada día mejor con nuevos y distintos desafíos», comentó Ezequiel Bacher, gerente de Comunicación y Asuntos Políticos de la organización.
«El enfoque de estas capacitaciones va mucho más allá de las aulas. Lo que buscamos es sembrar la semilla de la curiosidad, de la inspiración, de la pregunta que está en el aula o que quizás todavía no llegó pero llegará en algún momento. Hoy nos estamos enfocando en temáticas mucho más amplias que tienen que ver con cómo se maneja la y el docente que está frente al aula en el proceso de enseñanza», agregó.
A jugar y nunca dejar de jugar
Cristian Cavo es docente, actor y profesor de teatro. Estuvo a cargo de la charla «Se levanta el telón. El aula como espacio escénico» y fue uno de los encargados de cerrar hoy este festival de docentes rurales. Más allá de lo teatral, planteó la importancia del juego como instrumento más que válido para el aprendizaje.
«Las actividades lúdicas en el aula tienden a generar muchas capacidades para incorporar conocimientos. Recordemos que desde que nacemos todos aprendemos desde el juego. Cuando jugamos a la escondida; cuando una persona se esconde y para el bebé esa persona desapareció pero luego mágicamente reaparece, está aprendiendo desde lo lúdico en un estado de placer. El juego permite primero conectar con nosotros y después con el contexto que nos rodea», comentó.
Y en este punto planteó varios puntos a tener en cuenta. Primero es que el estudiante debe sentirse libre de aprender a su manera. «Si yo le digo vas a aprender a andar en bicicleta y durante 40 días estoy andando en bici mostrándole como se hace, pero no le doy la bici para que se suba, no sirve». Segundo es el valor del error. «Si castigamos el error dejan de correr el riesgo y esto es gravísimo en la escuela», comentó.
Otro punto interesante que planteó fue la importancia de establecer actividades lúdicas de aprendizaje a nivel grupal, porque cada protagonista adopta un rol (el que manda, el que obedece, el que no hace nada, el que espera que le digan qué hacer). «El grupo empieza a organizarse en función de las identidades lúdicas. Y acá deben aparecer los facilitadores (en este contexto serían los docentes) para darle espacio a cada identidad para que se atreva a cambiar de rol.», dijo y cerró: «Háganlos jugar para saber quien es quien».
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