Río Negro y el GNL: nace una nueva provincia… ¿nace un nuevo gobierno?
El anuncio de la inversión de YPF y Petronas hizo pasar rápido de la cautela al desborde de optimismo. El logro también llevó bien lejos las críticas y los desafíos al presidente Javier Milei.
Podrá opinarse sobre el carácter “intempestivo” que le asignó el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, a la decisión de YPF y Petronas de llevar adelante en Río Negro su inversión multimillonaria para exportar el gas de Vaca Muerta, pero no hay dudas sobre el efecto vertiginoso que generó el anuncio de esta semana.
La cautela y el profesionalismo que guiaron los pasos del gobierno liderado por Alberto Wererilneck durante la etapa previa a la reunión definitoria del martes empezó a competir rápido con ciertos desbordes de optimismo por parte del mismo Ejecutivo, que el viernes ya se preguntaba desde el titular de una gacetilla oficial “¿Qué pasa en Río Negro que todos quieren invertir en esta provincia?”
El manejo de las expectativas será determinante para que el proceso avance sin dificultades significativas, al menos en lo que depende del Estado provincial.
Y si lo que viene -en términos del primer mensaje público de Weretilneck después del anuncio- es el “nacimiento” de una nueva provincia, cabe preguntarse si la gestión gubernamental no tiene que alumbrar también una nueva era, donde las capacidades profesionales y la experiencia en roles técnicos o administrativos pesen mucho más que las lealtades, un valor muchas veces sobredimensionado a la hora de definir equipos dentro del Estado.
Ese esfuerzo para elevar la vara va más allá del gobierno y alcanza a la oposición política, como también a actores sociales y privados. Para dimensionar el desafío basta la mención de que prácticamente habrá que refundar una localidad, como Sierra Grande, dotándola de un servicio de salud, de educación y de seguridad acorde al movimiento económico que concentrará, instalando una sede de la Secretaría de Trabajo para monitorear los vínculos laborales, sumando la planificación urbana y suburbana.
Intuición y nexos con el mundo petrolero
El gobernador dio prueba sobre su intuición y sentido de la oportunidad. No faltó a la verdad Kicillof cuando el miércoles contó que el proyecto de GNL se gestó hace diez años mirando a Bahía Blanca y tendrá que revisar la política bonaerense —al menos así lo cuentan en el poder rionegrino— cuánto puede perderse cuando se anteponen los proyectos personales o grupales al desarrollo conjunto de una comunidad o región.
Weretilneck percibió que el ruido por las disputas internas bahienses, profundizadas el año pasado por la competencia electoral, incomodaban a YPF y especialmente a Petronas. Tener en marcha el proyecto Vaca Muerta Sur, el oleoducto que también terminará en Punta Colorada, sumado a los nexos firmes que tiene el mandatario dentro del mundo petrolero, completaron el escenario para que Río Negro saliera a la cancha a disputar la inversión.
La jugada salió perfecta para los intereses del gobierno provincial. Pero desde ahora se juega en otra liga y la exigencia es diferente. Por lo pronto, el primer mensaje que recibieron los funcionarios del Ejecutivo fue que “este es un proyecto en el que no se puede fallar absolutamente en nada”.
La otra prueba que dio el gobernador esta semana es que siguen sin ponerlo colorado los cuestionamientos por el camino zigzagueante de JSRN dentro de la política nacional.
“Lo veo como un gobierno normal”, respondió esta semana cuando fue consultado sobre su mirada sobre la gestión de Javier Milei. Valoró para esa conclusión, el diálogo reconstruido y la posibilidad de gestionar obras para la provincia.
Desde el desafiante “saquen de sus cabezas vernos de rodillas” o el “podemos dejar sin energía al gobierno nacional” lanzados desde el poder rionegrino en enero, la “normalidad” actual hace pensar que en JSRN ven a Milei con enormes capacidades para reflexionar sobre lo inconveniente de sus destratos.
Y tamaña evolución presidencial merece un plus de reconocimiento. Por eso ya se prepara el camino para que la senadora Mónica Silva vote a favor de llegada de Ariel Lijo y de Enrique García Mansilla a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
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