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Represas en la cuenca de los ríos Neuquén-Limay y Negro

La acción del Gobierno de crear diferentes empresas para explotar las represas indica que se eligió un camino equivocado. Debe constituirse una empresa tripartita donde Nación y ambas provincias conformen el directorio.  

En la década del ’60 se constituyó Hidronor para “la construcción y explotación de aprovechamientos hidráulicos en la zona del Comahue.” Es importante resaltar que se instituyó un plan maestro que tenía como eje el diseñar, construir y explotar un sistema encadenado de represas para generar energía eléctrica y regular los caudales del sistema hídrico de la cuenca.

Quienes estuvimos en Neuquén en los años 1966 y 1967 recordamos las bondades que señalaban los funcionarios respecto de estas obras, de las cuales las primeras serían El Chocón y Cerros Colorados.

No solamente se destacaba el crecimiento económico que esas obras conllevaban, sino la inmensa expansión de la superficie a irrigar (se decía que alcanzaría al millón de hectáreas).

Las obras comenzaron en 1967 y en 1973 comenzaron los despachos de energía por las LAT (500kV) también construidas por Hidronor.

El gol de esta empresa fue el desarrollo de un master plan sobre el río Limay comprendiendo varias represas. Hidronor (con un plantel profesional de excelencia y muy capacitado) diseñó un sistema de generación encadenado que construyó y operó, donde la cascada de represas optimizaba el flujo de agua erogada y los niveles de embalse de los lagos. Esa operación en una sola empresa permitía programar las paradas técnicas de mantenimiento y con la previsión meteorológica y climática prever la oportunidad más conveniente para esas paradas.

La empresa es disuelta y dividida en unidades de negocios cuya explotación se adjudicó a operadores privados diferentes, lo que rompió esa unidad de diseño y el manejo de esas variables del sistema quedaron empequeñecidas por la competitividad empresarial que procuraba maximizar sus ganancias.

Había una supervisión de las autoridades de energía de Nación, pero con reducida capacidad de decisión y las multas por las violaciones a sus directivas resultaban más baratas a las empresas que las ganancias obtenidas por el desacato. Tuvimos así erogaciones extraordinarias y estiajes exageradas aguas abajo del sistema y limitaciones de generación en represas cuyo nivel de embalse no se recuperaba.

Tampoco tuvimos las superficies irrigadas, por lo que los objetivos declamados nos fueron escamoteados. Tampoco se construyeron escalas de peces como ya indicaban las incipientes normas de cuidado ambiental (en ambos casos la justificación fue, cuando no, la restricción financiera. Nunca se contempla cuanto más caro resulta, en el mediano-largo plazo, no hacer que hacer).

La acción del poder ejecutivo nacional de crear empresas diferentes para explotar estas represas indica que se ha elegido un camino equivocado, a nuestro entender, cuando lo conveniente sería volver al diseño de una sola empresa operadora de un sistema complejo como este.

Debe recuperarse el criterio sistémico de una sola empresa que tiene el manejo del parque hidrogenerador de la cuenca

Hidronor cayó en desmanejos que aumentaron su costo operativo, error en que no debe volverse a caer. Bajo el mismo concepto de eficiencia y soberanía energética por el que se sostiene una sociedad con mayoría estatal como YPF debe constituirse una empresa tripartita donde nación y ambas provincias conformen el directorio (en el caso de Cerros Colorados bipartita nación y prov. del Nqn) que acepte integración privada y hasta un gerenciamiento profesional concursado internacionalmente. El sistema es rentable y genera suficientes beneficios para atender sus costos operativos, distribución de dividendos, etc.

Debe establecerse un nuevo valor de las regalías a pagar a las provincias por la energía generada y aplicar un canon por el agua erogada, turbinada y no turbinada, que ya fue legislado por las provincias. La explotación privada y separada no permite hacer un aprovechamiento óptimo del agua erogada, y eso significa un canon mayor por ese caudal. La unicidad en una sola empresa permite un menor gasto administrativo y optimización de funciones y cuadrillas de mantenimiento profundo, menores costos de conducción y de desplazamiento de directivos, etc.

No se trata de crear una estructura parasitaria más, sino de administrar con criterio empresario y esos directivos serán responsables civil y patrimonialmente.

En su momento existió una Tarifa Comahue que fue anulada y debe reclamarse su restitución. Entre los objetivos de esta generación en la cuenca se proponía esa tarifa para potenciar el desarrollo local.

Hay un exceso de beneficios a las zonas extra-Comahue que impulsaron el desarrollo y bienestar de otras áreas de Argentina, y que reclamamos debe ser compensada de ahora en más.

El tema Chihudos merece un análisis más detallado que no es ahora el tiempo de desarrollarlo. Recordemos que Nación siempre “pateó” esta obra y llegó a sugerir que es un tema que debe resolver la provincia. Hay algunas ideas para desarrollar este tema, que es muy importante porque protege Cerros Colorados de las crecidas mayores de 10/12000m3/seg (el caudal de la crecida extraordinaria fue estimado en 1 000m3/seg ) Igualmente una crecida del orden de los 6/7000m3/seg ya pone en emergencia al valle si es prolongada en el tiempo por la capacidad de embalse y del Lago Pellegrini.

Una crecida extraordinaria no solamente afectará el Alto Valle sino también amplas áreas de explotación con la contaminación que generará, el daño a instalaciones y la grave contaminación que volcará al reservorio de agua dulce del Alto Valle.

Hay muchos, lugares, decenas, donde es posible instalar centrales de baja generación y con la contención de agua desarrollar enclaves de producción hortícola, granjas e irrigación de bosques en altura con electrificación para bombeo de agua, calefacción, etc. Esto potenciará un futuro maderero. No pienso en obras mayores, sino en azudes de volumen reducido de obra civil y turbinas de baja potencia.

Continuar con los parques de mediana y gran escala de generación eólica y fotovoltaica en camino a una transformación energética complementaria de la generación hidroeléctrica para avanzar hacia mínimos de aportes al calentamiento global. Las represas pueden funcionar como “baterías” para estabilizar la potencia en momentos de radiación o viento insuficiente.

Además de parques de escala en posible desarrollar e instalar puntos aislados y autónomos alimentados por estos sistemas que rompan definitivamente el aislamiento comunicacional y de provisión de electricidad a pobladores asentados distantes de centros donde cuenten con atención sanitaria y otros servicios, facilitándoles la extracción de agua por bombeo cuando sea necesario y contar con energía para desarrollar huertas, criar animales, proveerlos de calefaccionado en invierno, etc.

En otro momento tomaremos el tema del Hidrógeno verde, GNL, petróleo… 

(*) Néstor Berdichevsky es Ingeniero. Reside en Neuquén. 


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