Río Negro padece la falta de médicos en sus hospitales y salió a buscar pediatras jubilados
Los exámenes para residencias que se rindieron esta semana ratificaron el escenario crítico para especialidades de alta demanda.
Más de 90 postulantes se anotaron para el examen único de Residencias 2024 de Río Negro. Un total de 51 rindieron en Cipolletti. (Foto: Florencia Salto)
En Argentina se abrieron este año 602 vacantes para residencias médicas en Pediatría. Pero fueron apenas 33 los inscriptos para los exámenes que se rindieron este martes a lo largo y ancho del país. Esos números reflejan una crisis que se agrava dentro del sistema de salud y que en el norte patagónico muestra impactos contundentes. El más notorio de ellos aparece en Cipolletti, donde tuvieron que acudir a médicos jubilados para garantizar la atención a niños y adolescentes en el hospital.
Paradójicamente, en el mismo Pedro Moguillansky se hicieron esta semana las pruebas para los 77 puestos que el Ministerio de Salud de Río Negro pretende cubrir en el 2024 para su red hospitalaria.
Los escritos se remitieron ese mismo día a Buenos Aires, para las evaluaciones y la posterior definición sobre los ingresos.
Lo que ya se sabe es que quedarán casilleros vacíos, porque en más de una especialidad los interesados fueron menos que las vacantes.
De acuerdo con los datos aportados por la coordinadora de Desarrollo de Recursos Humanos de Salud, Renata Scalesa, en pediatría los espacios disponibles eran tres y se presentó un solo aspirante; en clínica médica esa relación fue de 11 y 4; en tanto que en medicina general fue de 15 y 3.
La contracara en Río Negro aparece en enfermería, donde hubo 24 inscriptos para 10 vacantes y en anestesia, con 10 y 5, respectivamente.
De esta manera, la realidad obligará a las autoridades sanitarias de la provincia a recorrer dos caminos paralelos: uno para resolver la urgencia y otro para corregir el rumbo y hacer que más egresados de las carreras de medicina se interesen por las especialidades críticas.
Según informó la ministra de Salud, Ana Senesi, en Río Negro las carencias se acentúan de manera diferente en cada región. En Cipolletti se tocó fondo en Pediatría, pero en Roca ese problema no es el más grave, ya que el déficit principal está en el Servicio de Ginecología.
En Viedma la necesidad principal son los intensivistas y en el Valle Medio y las ciudades del sur preocupa la falta de generalistas.
¿Y cómo actuó el gobierno provincial ante los escenarios más complejos?
A partir de la convocatoria a pediatras jubilados, en Cipolletti ese servicio se organizó con dos profesionales que hacen consultorio externo de lunes a viernes. Y además se armó una guardia para las 24 horas. Lo que no hay actualmente es internación, cubriendo esas necesidades en otros centros del Alto Valle, según la complejidad.
En Roca, como se informó semanas atrás, los partos programados también se derivan, principalmente hacia Allen, hasta tanto se pueda normalizar el plantel para Ginecología y Obstetricia.
Ahora bien, la imposibilidad de contratar profesionales no sólo pasa por el bajo número de especialistas, sino también por los salarios que paga el Estado en Río Negro.
Senesi recordó que los montos reconocidos por guardias se aumentaron un 100%, afirmando que “el esfuerzo que hace la Provincia es importante”, pero también dijo entender que “es poco, en este contexto de salarios tan depreciados”.
Por eso se mostró a favor de la idea de modificar la legislación vigente, quitar la restricción que impone hoy la condición de “full time” y abrir la posibilidad de que los médicos cumplan funciones simultáneas dentro de los subsectores público y privado.
“No va a haber otra opción, porque por ejemplo en Roca los ginecólogos son pocos para todo el sistema, público y privado”, dijo la ministra.
Las alternativas en carpeta
A mediano y largo plazo, el Ministerio de Salud de Río Negro evalúa tres opciones para implementar desde el 2025.
Una de ellas se centra en el pago de un incentivo para quienes estén estudiando en el último año de sus carreras universitarias y se orienten a las especialidades que necesita cubrir Río Negro.
La segunda estrategia que podría definirse tiene que ver con el pago de un adicional a quienes se desempeñen en especialidades críticas, siempre que cumplan su residencia dentro de la red pública provincial.
Y finalmente, dentro de la cartera sanitaria se evalúa la posibilidad de hacer residencias provinciales, semejantes a las que tienen actualmente varias instituciones privadas de salud.
Senesi fue cauta al describir ese escenario, advirtiendo que “no hay recetas mágicas para asegurar el recurso humano” y que el problema no es provincial, sino que tiene dimensión a nivel nacional y mundial.
Por eso también avizoró que en un futuro no muy lejano, “muchas especialidades se van a suplir con Inteligencia Artificial”, ante la falta de profesionales.
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Obstetricia, sin inscriptos en todo el país
El caso de pediatría es el más notorio dentro de las especialidades con vacantes sin cubrir, pero hay otras ramas de la medicina que atraviesan problemas similares a la hora de cubrir las residencias.
Dentro de más de 70 áreas, el ranking de cupos libres también muestra en los primeros lugares a la clínica médica, con 612 vacantes ofrecidas para los exámenes de este año, pero sólo 360 inscriptos.
Medicina general y/o de familia es otro segmento con carencias importantes de recursos humanos, a partir de la inscripción de 153 anotados para un total de 415 puestos laborales.
La obstetricia también tiene delante un panorama oscuro, ya que este año no hubo inscriptos para los exámenes de residencia del sector público, cuando las vacantes eran 150. Con 0 inscriptos también terminaron fonoaudiología (45 vacantes), nutrición (59) y psiquiatría infantojuvenil (27).
En terapia intensiva los lugares disponibles eran 256 pero los anotados fueron 142; en epidemiología la relación fue 41 a 1; y en salud mental fue de 58 a 11.
Uno de cada tres anotados es extranjero
Dentro del escenario nacional y regional de este año, los exámenes de residencias médicas también aportaron una novedad, relacionada con el origen de los nuevos médicos.
El 31,3% de los inscriptos este año para ingresar al sistema de salud pública en la Argentina es extranjero, según datos informados por el Ministerio de Salud de la Nación.
Se trata de 2.577 profesionales, sobre un total de 8.282 anotados. La cifra también representa casi la mitad del total de vacantes ofrecidas este año para residencias, que asciende a 5.216.
Ecuador, Bolivia, Colombia, Brasil, Perú y Venezuela son los países con más presencia en el listado de extranjeros anotados para ejercer la medicina en Argentina, de acuerdo con los registros de la Dirección de Talento Humano y Conocimiento del Ministerio de Salud de la Nación.
Esos números, publicados días atrás por “La Nación”, muestran que la cantidad de interesados en las residencias de medicina aumentó con respecto de 2023. Un 13,5% para los argentinos (de 5.028 el año pasado a 5.705 este año) y un 12,9% para los extranjeros (de 2.284 a 2.577).
Desde el Ministerio de Salud señalaron que la mayoría de los profesionales de otros países homologaron el título de grado para hacer la residencia en la Argentina a modo de posgrado rentado, sobre todo en cirugía, ortopedia y traumatología, diagnóstico por imágenes, enfermería y dermatología.
A nivel provincial, desde Salud informaron que los extranjeros anotados este año para las residencias fueron pocos (menos de una decena), advirtiendo que los ingresos de profesionales de otros países durante los últimos años fueron por otras vías administrativas.
El sector privado y el desafío por la competencia petrolera
En el sector privado de la salud las carencias responden al mismo patrón exhibido por las estadísticas del sistema público, aunque en la región norpatagónica hay un actor que hace más difícil la incorporación de nuevos médicos a clínicas y sanatorios: la industria petrolera.
La oportunidad de obtener mejores ingresos con una carga laboral menos intensa inclina la balanza entre los médicos clínicos con menos trayectoria, según describen los responsables de reclutar residentes en instituciones del Alto Valle.
Esas mismas fuentes advierten que el problema es doble, porque no sólo se reduce aun más la oferta dentro de esa especialidad, sino que a mediano plazo, cuando esos mismos médicos se cansan del esquema laboral del mundo petrolero, se presentan en el sistema tradicional sin la capacitación que garantizan la práctica de consultorio y la convivencia con otros colegas de trayectoria dentro de una institución.
En Río Negro las residencias médicas están divididas entre los subsectores público y privado. Dentro de ese último ámbito, cada centro organiza su esquema de formación y algunos lo llevan adelante a partir de convenios con universidades, como el caso del Sanatorio Juan XXII y la Universidad Nacional del Comahue.
Este año, esa institución privada de Roca abrió 21 vacantes para el examen que se rindió en mayo, con una orientación que refleja necesidades similares a las reveladas por el Ministerio de Salud a nivel nacional:
Las áreas con cupos disponibles fueron Cirugía (3 para primer año, 2 para segundo año), Cardiología (2 para primer año), Clínica Médica (3 para primer año y 3 para segundo año), Diagnóstico por Imágenes (4 para primer año) y Terapia Intensiva Adultos (3 para primer año, 1 para segundo año).
Al mismo tiempo, en junio se hizo el acto de egreso de seis profesionales que completaron las residencias.
Esos médicos tuvieron la particularidad de haber ingresado al programa en el 2020 y el sanatorio destacó que “enfrentaron uno de los momentos más significativos de la historia contemporánea”, como fue la pandemia por covid-19.
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