Reducen a siete personas en una escribanía neuquina

NEUQUEN (AN).- Cuatro audaces y violentos delincuentes coparon ayer a la mañana una escribanía del macrocentro, redujeron a siete personas y se alzaron con tres mil pesos en billetes nacionales y dólares. Después escaparon sin dejar rastros.

Los delincuentes actuaron a cara descubierta. No golpearon ni encerraron a sus víctimas, entre las que había cinco mujeres, pero se manejaron con firmeza y velocidad.

El hecho se produjo poco antes de las 10.30 en la escribanía García Alzueta, ubicada en Miguel A. Camino 55 de esta capital.

En ese momento estaban la dueña, Analía García Alzueta, cuatro empleados (dos hombres y dos mujeres) y dos clientas que se encontraban circunstancialmente en el lugar.

En eso irrumpieron los cuatro sujetos, todos con el rostro descubierto. Por lo menos dos de ellos llevaban armas de fuego, que las víctimas describieron como un revólver y una pistola.

Rápidamente, los individuos se adueñaron de la situación pese a la gran cantidad de personas que había en el interior del inmueble.

Contrariamente a lo que suelen hacer los asaltantes, no maniataron a nadie ni tampoco los encerraron en el baño o alguna otra dependencia; se limitaron a exigirles a todos que se tiraran al piso boca abajo y que no les miraran la cara.

Después se dedicaron a revisar todo hasta que encontraron lo que buscaban: dinero en efectivo.

Se llevaron tres mil pesos

De acuerdo con el balance que hizo la propietaria de la escribanía, se llevaron 3.000 pesos en billetes de dólar y moneda nacional.

Otras versiones, que no fueron confirmadas, mencionaron que la suma ascendía a 8.000. Al parecer no robaron nada más, ni tampoco sustrajeron efectos personales a las víctimas.

Con la misma velocidad que ingresaron, los cuatro individuos escaparon del lugar.

La Policía trata de averiguar si se movilizaban en algún vehículo, y por eso pidió la colaboración de los vecinos que hayan observado algún movimiento extraño en esa cuadra antes o después de las 10.30.

«El aporte pueden hacerlo incluso en forma anónima», dijo el jefe de la Departamental Primera, comisario inspector Edgardo Bastías.

La conmoción que sufrieron las víctimas del robo fue tal que las dos clientas que se encontraban en la escribanía desaparecieron antes de que llegara la policía. Anoche se esperaba que se presentaran a declarar para agregar su testimonio al expediente.

«Todos están muy nerviosos, por eso vamos a darles tiempo para que se calmen antes de tomarles declaración», explicó Bastías.

La escribanía funciona en una casa de familia en la que, según los investigadores, no había medidas de seguridad suficientes para impedir un robo.

Apenas producido el hecho corrió el rumor de que el asalto había ocurrido en un banco.

Por eso durante varios minutos los celulares de los jefes policiales ardieron, desbordados por los llamados de otros policías interesados en el caso. Con el correr de los minutos la confusión se aclaró.