Nombres anónimos de la capitalidad de Neuquén
Antes del gobernador Carlos Bouquet Roldán, hubo otros hombres que avisaron la potencialidades de desarrollo del paraje Confluencia para convertirse en una gran ciudad.
Siempre se dijo que los promotores de convertir al antiguo paraje Confluencia en la nueva capital del Territorio del Neuquén fueron el entones gobernador Carlos Bouquet Roldán y el ministro del Interior del presidente Julio Argentino Roca.
El surtidor más famoso de Neuquén
Pero hay una historia, quizás menos conocida, entre los archivos históricos, que revela otros apellidos que ya en 1901 pensaron: “Esto está destinado para pueblo grande”. Uno de esos apellidos fue Olmos.
Se trata del gobernador Lisandro Olmos, que en una “jornada primaveral de 1901, el gobernador se encontró con Casimiro Gómez en el magro caserío de la confluencia del Neuquén y el Limay e imaginaron el surgimiento de una urbe próspera”, según consta en un informe que dio a conocer el portal web masneuquén.com.ar hace unos días.
Casi en paralelo, y sin desmerecer el mérito de Bouquet Roldán, hubo otros antes de la llegada del ferrocarril que le “sacaron la ficha a este territorio”. Uno de ellos fue Remigio Lupo, que llegó a las márgenes del río Negro como Administrador de Aduanas y en ese entonces publicó en un diario de la época una noticia que hoy sería “primicia”.
“Julio A. Roca ha telegrafiado al presidente pidiéndole que suspenda la venta de estas tierras para poder fundar colonias en ellas, que en poco tiempo prosperarían hasta convertirse en grandes pueblos, emporios de riqueza”, decía la misiva. Fueron los antecedentes de que lo vendría después.
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