¿Cuál es el beneficio de incorporar el ayuno como hábito saludable?
Descansar entre comidas ayuda a desintoxicar el organismo. Conocé los pro y contras de esta práctica tan común.
¿Qué entendemos por ayuno? En el imaginario popular ayunar conecta con la sensación de carencia, de que falta algo o de pasar hambre. Sin embargo el ayuno, es una práctica que estuvo muy incorporada en este corto plazo de tiempo que el ser humano camina por el planeta tierra.
“Des – ayunar es romper con el ayuno nocturno, es cambiar todo el metabolismo y preparar la mente para la acción. Los pequeños motores que nos componen, las células, pueden comer grasas o azúcares. Cuando comemos grasas, el azúcar en sangre está estable. La mente entra en un estado pacífico. Durante el descanso nocturno el cuerpo se alimenta de la reserva de grasas y con el primer alimento del día, si contiene cualquier forma de azúcar, nuestras células comienzan a alimentarse de ellas. Basta comer una fruta, o un cereal (harina) para que las grasas dejen de ser el combustible usado. Cuando las azúcares (hidratos de carbono simples o complejos) se convierten en el combustible elegido, la mente comienza a activarse en modos más hiperactivos, se dejan de usar las reservas de grasas y la curva de glucemia (glucosa en sangre) comienza a dibujar picos ascendentes y descendentes. La curva descendente de la glucemia es una de las variables que contribuye a la percepción de hambre por nuestro cerebro”, así lo explica la médica integrativa doctora Jaqueline Fierro.
¿Cuáles son los beneficios del ayuno?
Ayunar, es descansar entre comidas y es la consecuencia de una buena alimentación. Básicamente lo que se logra es desintoxicar el organismo. Mantener las glucemias estables a través del consumo de grasas y del descanso digestivo entre comidas, es una de las formas más naturales de disminuir el hambre, usar las reservas de grasa, bajar de peso, limpiar el hígado graso, mantener la mente en estado de calma, disminuir los parámetros de la inflamación, entre otros beneficios demostrados del ayuno intermitente.
¿Cómo realizar un ayuno?
Se puede, como primera medida, alejar la cena del desayuno, respetando los horarios del hambre. Dejar de comer entre comidas. Mejorar la calidad de las grasas en la dieta. Reducir el exceso de hidratos de carbono de alto índice glucémico (harinas no fermentadas), son algunos primeros pasos para incorporar hábitos saludables.
¿Qué se puede tomar en el ayuno intermitente?
Durante el tiempo que durará el ayuno se puede tomar agua, jugo verde filtrado, té, infusión de hierbas, en todos los casos, sin edulcorar ni combinar con leche. Quedan fuera del listado las bebidas alcohólicas, o azucaradas, batidos de frutas o verduras porque de esta manera se interrumpe la fase de ayuno y se aportan calorías o nutrientes.
El ayuno, una práctica ancestral
La médica integrativa Jaqueline Fierro, repasa sobre los tiempos de evolución y nos invita a reflexionar sobre los beneficios de incorporar dicha práctica. “No pasaron muchos años en la evolución de la humanidad occidental desde que olvidamos la memoria mamífera de ayunar. Cuando éramos nómades, dedicados a la actividad de la caza y la recolección, pasábamos mucho tiempo en ayuno. Primero hacíamos el esfuerzo físico y luego obteníamos el premio de la presa, de los frutos silvestres, de los hallazgos en la recolección. Posteriormente, ya con un patrón de asentamiento sedentario, en evolución con los ciclos estacionarios, la humanidad comenzó a cultivar la tierra, desayunar con la salida del sol y cenar con la caída del mismo, como hábitos naturales”.
Las prácticas y las rutinas fueron cambiando a partir del desarrollo industrial, y la incorporación de algunos servicios sobre la vida cotidiana como la luz artificial, el éxodo del campo a la ciudad, cambiaron para siempre la relación entre la comida y el descanso digestivo.
La nueva lógica de producción, reformula los horarios y tiempos de alimentación condicionados por la actividad de las fábricas e instituciones educativas que no responden directamente a las necesidades biológicas.
«El ayuno es una excelente oportunidad de auto observación. Todos y todas tenemos necesidades distintas. El descanso temporal de determinados alimentos nos conecta con nuestro ritmo único e irrepetible y con nuestras necesidades físicas y emocionales. Encontrarnos con nuestro deseo genuino de comer o de decidir no comer a conciencia, es un acto de voluntad que eleva los beneficios del ayuno mucho más allá del cuerpo físico. Ayunar es empoderarse», concluyó Fierro.
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