Decanos de todo el país denuncian el hostigamiento a las ciencias sociales
Los referentes de las Facultades de Ciencias Sociales y Humanas de más de 60 universidades nacionales advirtieron que "es el pensamiento crítico el que puede contestar al nuevo emergente anticientífico, anticultural y antisocial de dominación".
“Inutilidad y adoctrinamiento son los motes que se utilizan para estigmatizar a nuestras disciplinas”, plantearon desde el Consejo de Decanas y Decanos de Facultades de Ciencias Sociales y Humanas de más de 60 universidades nacionales. De esta forma, denunciaron el “hostigamiento” que enfrentan las ciencias sociales, durante el último plenario.
“Existe en el plano simbólico un ataque que cuestiona la utilidad de nuestras producciones y el ejercicio libre de la crítica social”, manifestaron a través de un documento que incluyó a la Universidad Nacional de Río Negro y la Universidad Nacional del Comahue.
Recordaron que las ciencias sociales contribuyen con “enfoques críticos y propositivos para la transformación social a través del análisis de las políticas públicas, nutriendo y densificando diagnósticos y propuestas de intervención con sentido público”. Agregaron que contribuyen a analizar “crítica y constructivamente el orden establecido”.
El informe expone una “coyuntura crítica de fuerte hostigamiento al sistema científico en general y a la universidad en particular” mencionando “el desfinanciamiento dramático” que amenaza el funcionamiento de las unidades académicas, las prácticas docentes, de investigación y de vinculación territorial.
“Sostenemos la necesidad de un movimiento inverso: la hora de las ciencias sociales y las humanidades. Son nuestras disciplinas las que pueden ofrecer algo de esclarecimiento sobre el momento político, económico y social que atravesamos. Es el pensamiento crítico el que puede contestar a este nuevo emergente anticientífico, anticultural, antisocial de dominación”, resaltaron.
Destacaron que si bien “siempre existió violencia en la sociedad, este es un tiempo que, lejos de construir legitimidad a través de la empatía con un otro en términos amplios, moviliza el goce en el dolor ajeno, un ensañamiento con las penurias en los miembros de la comunidad”.
También cuestionaron los discursos de odio que se promueven “desde las más altas esferas del poder” que derivan a su vez, “en prácticas sociales de violencia que son festejadas o celebradas”. “Advertimos que un hilo une los cuestionamientos que caen sobre las autoridades de nuestras casas de estudio con las amenazas de muerte que sufren militantes estudiantiles y diferentes miembros de la comunidad educativa. Este hilo se enlaza con la estigmatización a militantes y organizaciones sociales y el desfinanciamiento de agencias públicas de comunicación, cultura y promoción social”, especificaron.
El documento hizo hincapié en que las más de 60 universidades nacionales cumplen un rol clave en el desarrollo productivo, social, cultural y ambiental “de los territorios donde se emplazan y del país”. “Esa red federal debe ser sostenida con políticas públicas que solo el Estado puede garantizar y que hoy día se encuentran fragilizadas por el desfinanciamiento de los proyectos y el empobrecimiento de los sujetos”, concluyeron.
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